Opinión

Peña Nieto: entrega de corazón

  • Por José Oswaldo
Peña Nieto: entrega de corazón

Almajuarense

Por Francisco Rodríguez Pérez

Con su frase “entrega de corazón”, pronunciada en el encuentro “Unidad para continuar la transformación de México”, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto mueve al priismo nacional, con un impulso que le permitirá consolidar la filosofía política de su Administración condensada en el lema “Mover a México”.

La crónica que produjo la Secretaría de Comunicación Institucional, del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, el sábado 25 de julio del 2015, es un  emotivo reconocimiento al Presidente y de éste hacia el PRI.

Permítanme reproducirlo porque, en efecto, es una motivación, un llamado al entusiasmo, al optimismo, para trabajar, todos juntos, en la transformación de México.

Cuando Enrique Peña Nieto sintió el calor de los hombres, mujeres y jóvenes del PRI, que mueven a México, decidió sacarse la chamarra roja y encaminarse al podio donde ya lo esperaban más de 10 mil militantes de su partido. Fue la tercera oportunidad en la que, ya como jefe de la Nación, volvió a su casa política. Es, sin duda, esa “entrega de corazón” que nunca le ha faltado al estar frente a sus correligionarios.
Fue ese corazón, rojo priista, que lo acogió y su chamarra dejó de ser necesaria y entonces se dispuso a abarcar más y más con los saludos, las selfies, los abrazos y los besos de un priismo entregado, que hoy, en el encuentro “Unidad para continuar la transformación de México” le demostró al mexiquense, que está con él más que nunca y que existe “un priismo verdaderamente Peñista”.

Antes de salir por la puerta del edificio “Luis Donaldo Colosio”, el último en construirse en la sede nacional priista, se tomó del brazo de los dirigentes del tricolor, César Camacho e Ivonne Ortega. Fueron 25 minutos de saludos, de intercambio de fotos con celulares y tabletas: Cuatro veces pidió una silla para dejarse ver más ante los sonorenses, los potosinos, los regios y los mexiquenses…

En más de una ocasión, el “primer priista del país” rompió el protocolo ante la mirada nerviosa de su escolta, quienes corrían de un lado a otro para cubrir todos los flancos del primer mandatario, que por esta ocasión, desbordó entusiasmo y carisma. No por nada lo presumió una y otra vez ante el micrófono: ¡Soy orgullosamente priista!

“Este corazón del presidente, del compañero de partido, tiene memoria, afecto y gratitud para todas y todos aquellos que me han apoyado, que me han respaldado y que me permiten cumplir con la alta responsabilidad que los mexicanos me han confiado para conducir los caminos de nuestra nación”, afirmó el mandatario ante la militancia de todo el país.

Ante ellos, priistas que trabajan en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los gobiernos estatales y federal, en las alcaldías y sindicaturas, pero sobre todo en las seccionales del partido, el presidente Peña Nieto le hizo un amplio reconocimiento al tricolor: “son ustedes la principal fuerza transformadora de México”.

Incluso, fue más allá en su agradecimiento, al sostener que las reformas transformadoras promovidas desde la Presidencia de la República, “no son del presidente, sino de un PRI comprometido con el bienestar y el futuro de  México”.

Previó a su discurso de más de media hora, el presidente del CEN del PRI, César Camacho, le dijo al compañero de trayecto y de destino, que su partido, el tricolor, estará con él para respaldarlo, pues en México se vive ahora “la hora del patriotismo”.

El acto de unidad fue el mejor pretexto para acercar a la militancia con el primer priista del país. Fueron 33 minutos con 39 segundos de discurso, de agradecimiento, pero sobre todo de propuestas. Tiempo para mantener el rumbo y el orden; la estabilidad y el progreso; tiempo para renovarse y estar a la altura de la nueva sociedad mexicana.

Y ahí, desde el corazón del tricolor, el presidente convocó a todos los priistas a actualizarse y reformarse en su estructura, para regresar a las universidades, a las comunidades y convertirse en un espacio de participación y renovación ética y social. Un PRI llamado a ser el partido de la igualdad y la libertad, a fin de convertirse en la opción de todos los que quieran construir un mejor país.

Cuando Peña Nieto terminó de hablar, un mar de mujeres, hombres y jóvenes, desbordó la seguridad del Estado Mayor Presidencial, como pocas veces se ve en los sobrios eventos de la Presidencia de la República.

Todos, querían aparecer en la foto con el primer priista de México. Ello no importó para que el presidente, moviéndose en aquella ola roja de priistas, entre empujones y empellones, se abriera paso para subirse a la grada de los jóvenes de la Escuela Nacional de Cuadros, a quienes saludó y disfrutó, no sólo por su empatía generacional, sino por su fuerza y fibra emprendedora.

¡Arriba… arriba… que se suba… que se suba…! Y se subió. Desde ahí levantó la mano, se tomó fotos, reconoció a cuadros distinguidos de la institución formadora priista y siguió saludando, tomándose fotos…

Al final, sudando la camiseta como cualquier priista se secó el sudor y pidió a su personal de seguridad dirigirse a una de las entradas del auditorio Plutarco Elías Calles… detrás del presidente de México, estaba su corazón, su militancia…

Hasta allí la crónica.

El discurso del Presidente Peña resultó extraordinario. Dedicó sus palabras a quienes “conforman esta gran estructura de una militancia activa, de una militancia entusiasta, pero especialmente de una militancia comprometida con el progreso y el desarrollo de México; comprometida en su diario quehacer para llevar a México a mejores condiciones”.

Para iniciar, les dijo que ese acto le recordó aquellos que le tocó vivir en campaña: “… podía faltar algo de voz a veces, pero lo que nunca faltaba, como hoy no está ausente, es LA ENTREGA DE CORAZÓN QUE EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA QUIERE HACER CON SU PARTIDO”.

Luego presentó una síntesis histórica para demostrar que “por su permanente compromiso social e innegable contribución al desarrollo nacional, el nuestro, el Partido Revolucionario Institucional, es el partido de México”, el Partido del siglo XX.

“Ahora, en este nuevo siglo, el PRI está decidido a seguir siendo la principal fuerza de transformación y desarrollo nacional”, dijo el Presidente.

Destacó que desde el Gobierno de la República se ha emprendido “el más amplio y profundo proceso transformador de las últimas décadas”.

Tras enumerar ejemplos y cifras de resultados, Peña Nieto dijo: “Estas reformas no son las reformas del Presidente. Son las reformas del PRI, de un PRI con visión de futuro y comprometido con México”.

Luego insistió en el camino de la transformación de México, para lo cual destacó y agradeció la participación del PRI: “Los priistas no dudan, ni titubean al momento de defender sus postulados y compromisos. Sin pena, ni timidez, los militantes priistas defendemos el proyecto de nación que estamos impulsando en favor del empleo y la prosperidad, en favor de la paz, la educación y la justicia social”.

Enseguida expresó algunas tareas para la militancia.

Ahora corresponde ampliar nuestras bases y atraer más simpatizantes. Lo debemos hacer a partir del trabajo y resultados de cada uno de nuestros representantes populares.

Hoy nos corresponde honrar la confianza de millones de ciudadanos que han respaldado al PRI como la mejor opción de cambio positivo para México.

Esa es la responsabilidad que hoy tenemos con los electores: seguir impulsando un cambio con rumbo, un cambio con estabilidad para el país.

Fue entonces que dijo: “No obstante que algunos se adelantan al calendario electoral del 2018, para nosotros, los priistas, estos son tiempos de trabajar y de cumplirle a México”.

“Hoy no hay espacios para proyectos personales. Hoy es momento de un proyecto de Nación”.

Luego denunció el populismo y la demagogia y advirtió que México debe tomar en cuenta los riesgos que representan este tipo de irresponsabilidad política

Enseguida insistió en la tarea fundamental del PRI: “Nuestro partido necesariamente tiene que renovarse para estar a la altura de esta nueva realidad.

“Tenemos que definir juntos el PRI que queremos para los siguientes años. Una vez más tenemos que actualizar y reformar a nuestro partido para que siga siendo el partido de la transformación nacional”.

Quiero concluir esta colaboración con las palabras finales del discurso del Presidente Enrique Peña Nieto: “El PRI es el partido que está en constante renovación y preparado para seguir construyendo el México del Siglo XXI”. ¡Hasta siempre!