Opinión

La suprema corte y los yihaidistas

  • Por José Oswaldo
La suprema corte y los yihaidistas

Uno, dos, tres

Por Luis Raúl Valenzuela Colomo

Uno: el terrorismo de la corte

Ya no sabemos cuál es peor, si el terrorismo de los yihaidistas musulmanes que masacraron más de 200 personas en París, y amenazan con más ataques, o el de la Suprema Corte de Justicia en México que tiene aterrorizado a todo nuestro país.

Efectivamente, no salimos de una cuando ya nos acomodaron otra, ahora con la decisión que llevaría a la legalización práctica de la mariguana en su “uso lúdico y recreativo”.

Uno se pregunta ¿Qué le pasa a la Corte?, ¿Desde cuándo la autonomía individual prevalece sobre el bien común?

Bajo ese criterio tan absurdo de la autonomía del individuo se podría legalizar cualquier otra droga.

Es decir, el criterio que utilizó la Corte para justificar el “lúdico y recreativo” de la mariguana, sería destructivo de todo nuestro sistema jurídico que, si bien concede derechos al individuo, estos no pueden estar por encima del bien de la sociedad, que en este caso serían la Salud y Seguridad Públicas.

Dos: coro de voces en contra

Un auténtico coro de voces se alzó en contra de la sentencia de la Corte.

Los conocedores del tema cuestionan: ¿ Cómo es posible que un grupo de ministros, sin consultar a ningún experto en el tema, de entrada de pronto a una droga que se considera muy potente, dañina y peligrosa tanto para la salud del consumidor como para los que le rodean?.

Un dato curioso es que el Presidente Peña Nieto se mostró abierto al debate, pero no a favor de la legalización de la droga.

Sin embargo llama la atención que el grupo parlamentario del PRI en el Congreso de la Unión se haya pronunciado por legalizarla para efectos medicinales o terapéuticos, lo cual, en la práctica llevaría al resultado de que ya no se le persiguiera.

Los más malpensados dirían que “El Chapo” estaría detrás de estas decisiones, ya que primero huye de la cárcel, luego se le concede un amparo contra una posible extradición y ahora aspira a convertirse en empresario del ramo de la farmacología.

En todo caso me parece que el legislativo, en lugar de hacerle el juego a la Corte, debería servir de contrapeso y enmendar tan descabelladas decisiones.

Por algo nuestro régimen jurídico es un sistema de división de poderes, que se contrapesan entre sí.

Tres: derechos humanos en el fondo del debate

Me parece que en el fondo del debate está la reciente gran reforma constitucional a la cual se le pretendió dar la connotación de privilegiar los derechos humanos, y considero que se ha estado malinterpretando este importante concepto.

Los derechos humanos no son, en modo alguno, el derecho de cada individuo de hacer lo que le venga en gana.

Los derechos humanos son aquellos que el hombre tiene intrínsecamente por el solo hecho de ser hombre, y que derivan de su propia naturaleza humana, para los jus-naturalistas, y de la dignidad de ser hijo de Dios, para los creyentes.

Algunos de estos derechos son: La libertad de expresión, libertad de trabajo, vivienda digna, alimentación adecuada, solo por citar algunos.

De allí deriva un principio general de nuestro régimen jurídico que asienta que “todo individuo puede realizar aquello que no le esté prohibido expresamente por la ley”.

Es decir, el individuo tiene una amplia libertad, pero debe abstenerse de aquellas conductas prohibidas por la ley, precisamente para proteger a la sociedad de los excesos y desvaríos en que pueda incurrir dicho individuo y que pongan en peligro a otras personas.

La libertad individual termina donde empiezan los derechos de los demás.

Como verá, amigo lector, en nada tienen que ver los derechos humanos con el uso recreativo de la mariguana.

Creo que los señores ministros harían bien en empaparse de los grandes autores del ius-naturalismo como Francisco Suárez y Francisco de Vitoria.