Opinión

Justicia alternativa: una opción que no cuesta nada… y ahorra mucho

  • Por Denisse
Justicia alternativa: una opción que no cuesta nada… y ahorra mucho

Por: Maestra Angélica María Ramos Zamora

Hace unos días, al salir de mi casa, me encontré en el jardín, bajo tierra, sobresaliendo un papel que llamó mi atención por estar escrito a mano. Lo extraje y lo miré de cerca y el contenido era el siguiente:

 “La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer pero encuentra muy difícil engendrar la alegría, porque la verdadera alegría tiene otro origen: es espiritual”.

Con independencia de dicha curiosa circunstancia y del autor de dichas palabras, lo cual no ignoro, pero omito mencionarlo, para no referir nada que pueda parecer política en cualquier ámbito, puesto que no es mi objetivo en este espacio; el contenido, el significado de tales palabras, fue recurrente en mis pensamientos durante todo el día, ante los cotidianos acontecimientos y el “robotismo” en que nos encontramos inmersos actualmente y sobre todo las nuevas generaciones, cuya forma de comunicarse, ha trascendido del cálido trato personal a la frivolidad de sofisticados medios de comunicación consistentes en sistemas de computación y otros equipos digitalizados.

Medios que sin duda alguna son por demás benéficos y han agilizados fenomenalmente dichas comunicaciones, pero también han conllevado luego a la deshumanización y han  constituido  en veces, un arma de fácil acceso para quienes albergados en el anonimato y la diatriba, los utilizan para satisfacer fraudulentos e ilegales fines.

Pues bien, al llegar al lugar a donde me dirigía, a mi encuentro un compañero me aborda y me comenta, que una vecina suya le mencionó que me conocía y que había visto mis artículos anteriores en este medio, y requería comunicarse conmigo para solicitarme una orientación y efectivamente corroboré al proporcionarme el nombre, que se refería a una conocida de muchos años antes, una Secretaria que tuve como compañera en cierta oficina pública, misma que  dejó de trabajar a los dieciocho años, para contraer matrimonio, en tanto yo me encontraba realizando mis estudios de Licenciatura en la U.A.CH.  De tal forma que le comenté al compañero, que no podría asesorarla en forma particular, pero que le hiciera llegar mi correo para que me expusiera su caso y buscar la forma de brindarle algún apoyo. Así fue y prontamente me llegó un correo donde esta amiga, me expuso en términos generales que “tras contraer matrimonio con su novio, el cual se encontraba estudiando una carrera profesional, ella dejó su trabajo porque ya se encontraba embarazada y de mutuo acuerdo decidieron que ella se dedicaría al hogar y el terminaría su carrera lo cual hizo y proveería lo conducente para el hogar. Y así fue durante aproximadamente veinte años tras los cuales procrearon dos niños más, últimos los cuales eran aun menores y el otro ya mayor, que aun se encontraba estudiando; su matrimonio había discurrido aparentemente normal, hasta hacia aproximadamente dos años, en que su esposo empezó a perder comunicación con ella y sus hijos y encontrarse siempre enfrascado en su teléfono celular y la computadora, a los cuales permanecía todo tiempo pegado, incluso en las horas de comida.  Todo ello, hasta que hace unos días en que habiéndose su esposo quedado dormido en la biblioteca junto a la computadora prendida y su teléfono móvil a un costado, descubrió su relación amorosa con una joven, que según se infería conoció a través de las redes sociales y así mismo, contaba con varias fotos, captadas por su teléfono celular, en pleno coloquio amoroso con dicha mujer a la que llamaba con cariñoso apodo. Ante lo cual y tras un enfrentamiento con su cónyuge, le exigió se retirara del hogar familiar, negándole desde ese día la entrada y la comunicación con él. Sin embargo, durante toda su vida conyugal, ella ya no había vuelto a trabajar fuera del hogar, por lo que se encontraba en una situación muy difícil no sólo emocional, sino económicamente, pues el hombre siempre ha sido el proveedor de la familia, por lo que además, no tenía el recurso para contratar un abogado y promover un juicio para los alimentos de ella y sus hijos y un divorcio, pues considera que su situación no tiene arreglo, solicitándome así mismo una respuesta por este medio, con la petición de omitir sus datos de identificación.

Supongo el estado emocional en que se puedan encontrar los involucrados en esta crisis, tras lo reciente de situación y me parece que lo conducente es que tanto ella, como cualquier familia en situación similar, acudan al Centro de Justicia Alternativa, el cual es un órgano desconcentrado del Poder Judicial, que funciona en nuestro Estado, desde el 2014 y cuenta con personal certificado y capacitado en Derecho, Psicología y Trabajo Social, para fomentar y promover los mecanismos alternativos de solución de controversias, solicitados por las personas físicas o morales, o bien, aquellos que le sean encomendados por los órganos jurisdiccionales en materia civil, mercantil, familiar y penal  cuando sea procedente y cuyos servicios son gratuitos y que en la práctica consiste básicamente en la intervención, a solicitud de parte, de un facilitador, que coadyuve o dirija el dialogo entre los involucrados, con la finalidad que concertar acuerdos o convenios, que concluyan en forma total o parcial con la controversia.

Conozco lo que implica la justicia alternativa, desde el año 2013, fecha en que a la par con un grupo de personas integradas al trabajo jurisdiccional, tuvimos el privilegio de realizar en la escuela judicial, un curso intensivo de varios meses en tal materia, en la que tuvimos así mismo el honor de tener como Maestro a quien fuera uno de los pioneros en el Distrito Federal, de la conformación del primer Centro de Justicia Alternativa en tal localidad, luego en el año 2014, se realizó otro curso, del cual emanaron los profesionistas que actualmente prestan sus servicios a dicho centro aquí en Chihuahua.

La información con respecto al mismo, fue en su momento difundida en los medios.

Tales procedimientos se han incorporado, en México, en más de la mitad de las entidades federativas que lo conforman, como un derecho de los gobernados, tras las reformas de los artículos 17 y 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que integraron a sus textos, que las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias y en materia penal, cuando esto sea procedente. Ello no sólo con la finalidad de impulsar dichas reformas legales y procesales, sino también con la finalidad de cumplir con otro imperativo legal que consiste en la eficiencia y prontitud de resolución de conflictos  y para disminuir la sobrecarga de trabajo de los órganos jurisdiccionales y el despliegue de recursos que la ley otorga para los procesos judiciales.

La inclusión de los métodos alternos de solución de controversias como vías de acceso a la justicia, constituye además un cimiento importante para edificar un sistema de justicia más humano, satisfactorio, económico, ágil, expedito y rápido; pues privilegiar la libre decisión de las partes, la cooperación y el compromiso mutuo, facilita la pacífica continuidad de las relaciones, reduciendo así la  posibilidad de futuros litigios, independientemente de que difunde un sentido de responsabilidad en los individuos al incentivarlos a dialogar y resolver sus conflictos, lo cual deviene en permear en la sociedad una cultura de paz y convivencia, tan necesaria en estos tiempos.

La mediación es un mecanismo jurídico de solución de conflictos, pero es así mismo multidisciplinaria ya que requiere también en su desarrollo de técnicas psicológicas, con el fin de conllevar a las partes a un ambiente de comunicación y dialogo, con la intención de que concluyan con un acuerdo lo más favorable posible para los contendientes y demás involucrados, pero que además sea construido por ellos mismos.

Por lo que si bien los medios alternos de solución de conflictos, no devienen obligadamente en la resolución de éstos, son una buena opción, que complementa a la administración de justicia y cuya eficacia se traduce en la reducción de desgaste emocional, físico y económico en favor de los directamente involucrados, as ícomo de los gastos que implica la admistración de justicia.

Nota: Los conceptos, puntos de vista y posturas y consideraciones vertidas en mis comentarios, son a título personal, no involucran a ninguna institución.