Noticias

Como nos ven

  • Por Alejandra Pérez
Como nos ven

Por: León Reyes Castro

Cuando, con gran temor, emprendí la aventura de conquistar la gran Tenochtitlan, muy joven para esos retos, con el estereotipo de los malditos chilangos, me instalaron en las oficinas que me asignaron.

Mi asistente era una joven y bella jarocha, Pilar era su nombre, compositora de algunas canciones nada malas, formaba parte de los coros de Alex Sintek y para completar la chuleta, trabajaba en el PRI.

Era dueña de un pelo rojo, abundante, denso, brilloso y lo usaba casi a la cintura, ojos verdes, enormes y de grandes pestañas, cuerpo de ensueño, para que entrar en detalles, está junto a mi Dinorah y seguramente, pensará que algo hubo, pues sostiene que dediqué mi vida a corretear mujeres. 

Lo cierto es que Pilar era de muy buen ver y me imagino que de mejor tocar. Todo esto para lo siguiente: era frecuente que llegaran a mi oficina paísas, chihuahuitas a visitarme, cuestión que era de mi agrado, pues permanentemente sufría del chihuahuazo cuando no corrían con suerte mis paisanos y no me encontraba en la oficina, generalmente regresaban, Pilar siempre diligente y amable me informaba: vinieron a visitarlo paisanos suyos. 

Un día le pregunté: ¿Te dijeron que son de Chihuahua? no señor, se les nota, yo que rechazo las tesis de la chihuahuanieidad, le pregunto, ¿Cómo lo notas? sonriendo y supongo sin mala leche, mostrando sus perfectos y blancos dientes, contesta: pues mire: siempre traen camisas blancas medio amarillentas, seguramente porque casi no las usan, les quedan chicas del cuello, y normalmente usan corbatas fuera de moda y los zapatos sin lustrar, me quedo serio y remata, bueno señor usted así llegó, pero ha cambiado mucho.

Dedicado a aquellos que sostienen que somos excepcionales, pioneros y primer lugar en todo y que colindamos con Grecia.