Ayudan alumnas de Upnech a jóvenes con discapacidad con proyecto de autoempleo

Chihuahua.- Ana Alejandra Pérez Juárez y Marisol García Gómez vieron más allá de sus labores de Servicio Social en el Centro de Atención Múltiple No. 7 “Paula Aún de Aguirre”, y ahora ayudan a construir el futuro de cuatro jóvenes egresados de esa institución.

Motivadas por lo aprendido en las aulas, las futuras licenciadas en Intervención Educativa (LIE), con especialidad en Educación Inclusiva, de la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (Upnech), aceptaron el reto de ayudar a estos jóvenes con el proyecto de un autoempleo.

La historia de Luis Omar, Luis Alberto, José Francisco y Cristóbal comenzó cuando sus padres, preocupados por su futuro, comenzaron a planear un autoempleo para sus hijos, por lo que después de analizar varias opciones  decidieron abrir una peletería. 

Con el apoyo de cinco familias, se iniciaron las labores del pequeño negocio que era supervisado por los padres; sin embargo, por diversos problemas, este proyecto duró sólo una semana y media en funciones. Es así como el proyecto llegó a las manos de Ana y Marisol.

Las jóvenes se apoyaron en la materia, que en esos momentos cursaban,  Proyectos laborales y sus adaptaciones, la cual consistía en buscar un empleo a una persona con discapacidad.

El primer paso que dieron fue plasmar el proyecto en papel, con un objetivo y una misión, así como formar un equipo con los padres de familia.

Durante el corto tiempo que duró la peletería, en su primera etapa, se vio que los muchachos tenían las habilidades necesarias para empacar, limpiar y atender, por lo que esa parte no fue un problema para las LIE.

Se tuvieron que hacer nuevamente los contratos con las empresas, así como presentar el proyecto al Instituto Chihuahuense del Deporte para que les prestaran el local, ubicado a espaldas del Gimnasio Nayo Revilla, en la Deportiva.

Otra de las dificultades que enfrentaron fue tratar con los padres de familia, ya que cada una venía de contextos diferentes, “los jóvenes viene de diferentes familias, de diferentes partes de la ciudad por lo que trabajar con ellos también ha sido difícil”, comentó Ana.

Al momento el local tiene tres semanas en funcionamiento, las reuniones con los padres se realizan de manera continua, ya que son ellos los que se encargan de surtir la mercancía.

“Este es un trabajo colaborativo, todas las decisiones se toman en juntas, la idea es que los papás puedan seguir con el proyecto a pesar de que nosotras ya no estemos, dejar una organización que les facilite seguir con el local”, indicaron Ana y Marisol.

Dentro de las actividades que los jóvenes realizan está el limpiar los baños que se encuentran en el local, por los cuales se cobra una módica cuota para que las personas lo puedan usar y  así ellos se encargan de que esté limpio.

Por el momento, Marisol apoya directamente a los muchachos en la peletería, coordinando las actividades que se realizan y cobrando a los clientes, única actividad que los jóvenes no realizan.

“Ellos surten los cueritos, acomodan la mercancía, los dulces son a granel y ellos los empaquetan, por su seguridad no manejamos nada con vidrio, además el queso para los nachos ya está medido para que ellos no batallen” indicó Marisol.

El principal objetivo de las LIE es que los jóvenes aprendan a manejar la responsabilidad, “no sabemos cuánto más pueda durar el proyecto, nosotros nos retiramos por lo que buscamos dejar todo estructurado”, es por esto que una de las metas a mediano plazo es crear un fondo, para buscar a alguien que, conozca cómo se trabaja con personas con discapacidad, para que labore en la peletería.

El trabajo en estas semanas ha rendido frutos ya que los papás comentan que sus hijos son cada vez más independientes.

En cuanto a lo que aprendieron en la licenciatura, comentan que gracias a la teoría han sabido cómo atender a cada uno de los muchachos y hacer las adecuaciones necesarias para que ellos puedan desempeñarse mejor.

Y es que, dos de los jóvenes que laboran en el local tienen autismo y los otros  dos presentan una discapacidad intelectual.

“No es lo mismo la teoría a la práctica pero al menos ya tenemos una noción de lo que hay que hacer”, comentó Marisol, “su condición no representa ningún problema a la hora de atender a los clientes”.

Por lo que a su futuro se refiere,  Ana y Marisol esperan seguir apoyando a la comunidad, “ya no es una prioridad trabajar en una escuela regular, ahora que estamos aquí nos damos cuenta que es muy satisfactorio y  que podemos hacer muchas cosas más que en la escuela”.

Para todos los que quieran apoyar a estos jóvenes emprendedores, la peletería está abierta de lunes a sábado de 12:00 a 20:00 horas, y está ubicada a espaldas del Gimnasio Nayo Revilla, en la Deportiva.