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Magistrado Luis Villegas Montes

  • Por José Oswaldo
Magistrado Luis Villegas Montes

Por León Reyes Castro

Un amigo mutuo, supongo con buenas intenciones me mandó por este medio sus reflexiones sobre un tema por mi tratado en mi muro, ¿Será que usted de siempre ha sentido repugnancia por mi persona? y seguramente es por motivos ideológicos y partidarios, yo sólo le puedo decir que esas cuestiones, no las transfiero a las relaciones personales.

Seguramente usted y yo nunca hubiésemos compartido espacios comunes, de no ser por haber coincidido en gustos literarios y compartir el deseo de, en mi caso aprender a escribir, porque usted para mí lo hace muy bien.

Lamento causarle esos sentimientos pues no merezco ser tema en su universo de intereses, en cuanto a mis le paradas, llevadas a letra de imprenta, puede que usted tenga razón, pero mis amigos y amigas a quienes respeto, por saber infinitamente más que yo de la técnica de escribir, opinaron que el acartonamiento culterano me hacía ser otra persona, que yo era yo y que debía seguir siendo, como dice usted el famoso Coco, algunos de ellos, escritores con obra premiada me han dicho, olvídate de la política y dedícate a escribir, tienes muy buen estilo, no sé bien que quiere decir eso, pero he seguido su consejo, le comento, que a Dinorah a quien usted conoce tampoco le gusta que escriba así, tampoco a mi mamá, que me dice: tanto esfuerzo para mandarte a la universidad, ¿Para qué? si parece que estudiaste en el 20 regimiento de caballería.

Entonces me parece que respetable su opinión, la de Dinorah y la de mi mamá, es cuestión de gustos.

Además como nunca he tomado la vida en serio y escribo para mí y para mis amigos del barrio, que a duras penas cursaron primaria, discúlpeme magistrado, pero así soy feliz.

Además quiero manifestarle que para mí fue muy agradable compartir con usted los martes en la noche y disfrutar sus conocimientos literarios muy superiores a los míos y recibir sus acertadas críticas a mis trabajos presentados, en especial cuando me dijo: es el mejor trabajo que presentas desde que iniciaste, refiriéndose a un pequeño cuento titulado Anna Elena.

Ahora si al tema: si usted lee bien mi opinión que no es más que eso, yo me refiero exclusivamente a la posibilidad de un fraude electoral en la casilla, sólo a eso y la opinión va dirigida a desestimar la impugnación presentada por el PRI, partido en el que milito, porque me parece que es una fantasía pensar y una tontería argumentar que en las casillas se ejecutó un fraude, haga usted cuentas, use la calculadora y verá que se necesita un ejército de delincuentes electorales, para introducir 175 mil boletas, cosa que a mí me parece imposible de lograr.

El otro tema de que eso se puede hacer quirúrgicamente y dice que yo lo sé y que me consta, le manifiesto lo antes dicho, a mí me parece imposible, su afirmación se asemeja a la de López Obrador, a la de los priístas fanáticos, a la de los panistas del mismo cuño, frases que nadie ha probado, me decía un compañero de partido: pues yo no sé pero yo vi cosas muy raras y yo le contesté: claro que sucedió algo muy raro: salió a votar mucha gente.

Por último está usted equivocado de blanco, yo no soy el tema, es más estoy de acuerdo con todas sus afirmaciones, acepto sin regateos las imprecisiones y limitaciones de mi artículo.

Sólo pretendía fijar una posición dentro de mi partido, tratando de argumentar que los ciudadanos decidieron en contra nuestra, que es hora de respetar esa decisión.

Es la misma posición que asumí en 1992, todo cuando propugna una transición civilizada y ordenada y sin regateos asistí a la toma de posesión de Barrio como gobernador, lo demás que usted piense sobre mi persona es un asunto suyo, le pediría pruebas, pero no es mi estilo, yo lo asumo con un viejo dicho: los políticos somos como los cantantes, unos nos aplauden y otros nos chiflan.

Remato: yo en política sólo soy un gato asesor, no cuento la fábula porque seguramente afectará, su solemnidad y buen gusto y no quisiera aumentar su repugnancia por mí.

Disculpe mi mala ortografía, que seguramente le ofenderá, es producto de una vieja afección cerebro vascular.