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Magistrado Luis Villegas última vez que me ocupo de usted

  • Por José Oswaldo
Magistrado Luis Villegas última vez que me ocupo de usted

Por León Reyes Castro

Yo de plano no leo sus escritos con interés, porque me da hueva, los veo de lo más incoherentes y me parece que su problema es personal y le repito yo no entro a esos temas.

Sólo le aclaro las notas periodísticas, eso son, por lo demás usted que es jurista, si revisa los hechos por mí planteados y confesados y las leyes vigentes en esa época, dichas estrategias no estaban prohibidas, eran perfectamente legales y en democracias avanzadas son prácticas aceptadas, por favor su señoría, no me aplique la ley con carácter retroactivo, en cuanto mi habilidad para pronosticar resultados electorales que usted quiere hacerla aparecer como prueba de delitos electorales, para mí es una muestra de mi capacidad profesional, le presumiré: ante la sorpresa de más de 50 personas formulamos una quiniela sobre los resultados electorales de la última elección, no le fallé a ninguna. Será magia, alquimia o profesionalismo, yo afirmó que es lo tercero.

Lo que sí constato en sus escritos es su capacidad para adjetivación, personas, conductas y demás. Decía un viejo y respetable maestro: cuando en un debate se usan adjetivos y no sustantivos es que no hay argumentos.

Usted a mí no me conoce, más que por la fama, tenemos amigos comunes que nos conocen de toda la vida, pregúnteles a ellos, porque fueron colaboradores míos si alguna vez participaron en alguna acción ilegal, si yo le ordene alguna tapicería, etc.

Por último, algunas personas me han hecho llegar notas periodísticas sobre su conducta personal, política y profesional que denotan quien es usted, según las notas, por pudor y respeto a su persona y a su familia, pero más por respeto a mí mismo, no toco ese tema.

Convencido estoy que somos de diferente madera. No me atrevería a decir que la mía es mejor que la suya, pero sí diferente.

Tomo una frase del político, para mí más detestable de la historia moderna de México: “La injuria no me hiere, el odio no ha nacido en mí, está mi mano tendida. Estoy seguro que usted no me dará la suya, es su derecho”.

Acepto su definición ni yo soy tema para usted, ni usted para mí.

Sólo le mando una arrogante frase muy usada en mi barrio: “El coco pitchea en el Yankee Stadium, hay tipos que juegan en la liga de ejidatarios y piensan que retándolo, o denostándolo, los contratarán en las ligas mayores”.

Remato: como dice uno de mis hermanos cuando enfurece: para mí estás muerto y a la semana, te pide dinero prestado.

Díaz Mirón, estando ebrio retó a duelo a un general que tenía fama de buen tirador, al día siguiente, con la resaca a cuestas, se dio cuenta del despropósito de su conducta, tomó lápiz y papel y le mandó al general el siguiente recado: sr. general anoche al influjo del alcohol, cometí una imprudencia, en relación al duelo que tenemos pendiente, por mí, usted es el ganador, así que por favor deme por muerto.

Yo le agradecería me dé por muerto. Lo que sí me queda claro es que usted sabe de elecciones, lo que yo sé de derecho. Y que según la prensa, usted tiene más cola que le pisen que a mí.

Cuando vives en casa de cristal, no le tires piedras a la casa de tu vecino.