FAMÉLICO.

La semana pasada en varios de los periódicos digitales de mayor influencia en la ciudad de chihuahua, se difundió la noticia de la detención de una mujer por elementos de la dirección de seguridad pública por el supuesto delito de robo, en su fotografía se podía advertir la exhibición de la imputada como si fuera una “EXTRAORDINARIA” detención en un mega operativo de un peligroso criminal o que se tratase de una detención de la cual la ciudadanía nos deberíamos de sentir orgulloso de su actuar, sin embargo en la misma fotografía se advierte que la señora se “robo” de una tienda los siguientes artículos: un litro de leche, un paquete de galletas, una porción de queso, un bote de mayonesa, tres zuco, tres cabezas de ajos y un paquete de lápices.

A todas luces lo desplegado  por la señora representa un robo famélico, sin embargo en el presente escrito no me haré cargo de cuestiones jurídicas. Lo lamentable aquí  es que en la actualidad en nuestra sociedad existen muchas personas que literalmente están muriendo de hambre y que por sobrevivir están dispuestos a poner en peligro su libertad, y que a muy pocos les interesa el dolor ajeno; evidentemente la señora robo esos artículos por que los suyos tenían hambre y seguramente esos alimentos terminarían temporalmente con la agonía diaria (mañana vemos que comemos), aunado a ello tenemos que en lo robado esta una caja de lápices los cuales seguramente son para cumplir con una obligación primaria de alguno de sus hijos en la escuela.

Sin embargo, este minúsculo análisis no lo hicieron los elementos policiacos y los medios de difusión la exhibieron como una ratera, como si tener hambre fuera un delito.

Pareciera que en esta sociedad hemos perdido toda capacidad de asombro y solidaridad fraternal, hay que volver a lo básico, cuando amar al otro hombre resulta eje primordial de comportamiento social.

Es todo y cuanto.