Opinión

La columna

  • Por Cynthia
La columna

“El PRI unido es invencible”: Enrique Ochoa Reza.

Las redes sociales: innovación tecnológica y equitativa

Preciado: le enviaron sus armas al armario.

Iglesia Católica, “Maru” y Cabada, los nuevos frentes abiertos: ¿contenibles?

Mario Mata: al frente de la JMAS de Chihuahua.

Si, como dice el dicho: “Por las vísperas se sacan los días…”, donde está a punto de salir humo blanco es en la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional, pues, entre otras, a esa conclusión se llega luego del encuentro con la dirigencia y la militancia, efectuado en la capital del Estado el domingo 16 de octubre, por parte del dirigente nacional Enrique Ochoa Reza.

Sí, los tiempos para la sucesión del licenciado Guillermo Dowell en el liderazgo formal de los priístas de Chihuahua  cada vez están más cerca, y la visita del jerarca nacional de la familia tricolor es una inequívoca señal de que el proceso de auscultación y acuerdo entre los grupos está por comenzar -si es que no se halla ya avanzado-. Al transmitir su mensaje a sus correligionarios tricolores, Ochoa dijo que el PRI unido es invencible, y aseguró que dentro de cinco años recuperará el gobierno de Chihuahua, con base en la unidad y la inclusión de los priístas; a su vez, Dowell exhortó a los militantes a reinventar el partido, pues afirmó que no es tiempo de llorar. 

Aunque en las apuestas de los cafés políticos promovidas por los rumorólogos y los analistas se siguen mencionando con fuerza los nombres de Óscar Villalobos, Lilia Merodio, Miguel Ángel González, Graciela Ortiz, Francisco Salcido, Fermín Ordóñez, Pedro Domínguez, Eloy García, Alejandro Domínguez, Liz Aguilera, Rosy Gaytán, Mario Trevizo, Guillermo Márquez, Víctor Valencia, José Luis de La Madrid y Jaime Enríquez, el sentido que habrá de tener el fallo del supremo tribunal revolucionario aún sigue siendo un enigma para todo el mundo. Sin embargo, lo cierto es que el Revolucionario Institucional deberá tener mucho cuidado al definir el perfil de quien haya de ser su próximo capataz en las tierras chihuahuenses, pues no se puede soslayar el hecho de que hoy la entidad vive un amanecer nuevo y diferente.

El nuevo líder estatal de las huestes revolucionarias deberá contar con tres elementos: real estatura política y prestigio, tanto entre la militancia como ante la opinión pública; sensibilidad y prudencia en el manejo de la diplomacia; y un profundo conocimiento de los actores y las estructuras del partido, así como de la presente realidad sociopolítica y económica de Chihuahua, y de sus protagonistas.

Entre quienes llenan tal perfil se halla, indiscutiblemente, Óscar Villalobos Chávez, experimentado exdirigente estatal del priísmo -durante una parte de la primera época en la que al PRI le tocó desempeñar el papel de oposición en Chihuahua-, ex legislador federal, y ex de muchas otras responsabilidades de índole pública o política. No obstante lo expuesto, la sucesión aún no se define, por lo que la suerte está echada.

Entre las novedades anunciadas por el nuevo Gobierno de Chihuahua se halla la utilización amplia y sistemática de las redes sociales para la difusión de los programas y acciones del poder ejecutivo. Este plan representa una opción más de acercamiento y contacto con la ciudadanía, cuya implementación habrá de servir además para extender la cobertura de internet, y el acceso a éste en toda la geografía del Estado. Además de la divulgación en tiempo real, de las noticias y comunicados oficiales, el sistema de comunicación propuesto por Javier Corral tendrá como efecto colateral la virtual conexión de un vasto sector de la población escolar -alumnos de primaria y de otros niveles educativos- a este imprescindible servicio electrónico -internet- de indiscutible utilidad para el desarrollo de las labores académicas.

Pese a lo lógico, y quizá conveniente, de la propuesta del senador del PAN Jorge Luis Preciado Rodríguez, en el sentido de reformar la ley para permitir a los ciudadanos el uso de armas de fuego en la casa, el automóvil y otros lugares, fue desechada tal iniciativa por no contar con el apoyo de sus colegisladores. Sus mismos compañeros senadores albiazules, en voz del Coordinador de la bancada, se negaron a respaldar la polémica propuesta. 

No obstante lo controversial de la misma, hay que reconocer que ante la actual situación de inseguridad que desde hace años limita y viola la libertad y los derechos de muchos mexicanos, en prácticamente todo el territorio del país, tiene fundamento lógico el planteamiento del solitario senador, a quien por lo pronto “le enviaron sus armas al armario”, pues quizá los principales actores políticos de la nación pensaron que “no está el horno para bollos”, y decidieron “patear el bote para más adelante”. Ahora, al surgir el tema, recuerdo cuanta razón tenía mi querido y sabio viejo -mi padre, fallecido hace 28 años- quien pese a no estar relacionado con labores policiales, ni tener enemigos, o desempeñar labores ilícitas o peligrosas, siempre tuvo armas en casa, y aunque no las portaba en sus ropajes, ni en la calle o la oficina, jamás se subía a su automóvil sin llevar una pistola escuadra o un revólver debajo del asiento. 

La razón que explicaba su costumbre era muy sencilla: él decía que siempre había que estar preparado para no ser sorprendido por algún delincuente que pudiera quitarle a uno la vida y dejar en la orfandad a la familia, pues estos son los principales bienes del ser humano. Además, otra razón que justificaba en mi papá el traslado de armas, era su frecuente desplazamiento por las carreteras. Hoy en México una propuesta de este tipo es enormemente polémica, pues sobran argumentos en su contra debido, entre otras razones, al mal uso que pudiera dársele a las armas, y a la escalada de violencia y muerte que como consecuencia de ello podría generarse.

Aunque duela decirlo, es preciso advertir que si el entorno social continúa descomponiéndose, y los delincuentes siguen apoderándose tanto de los espacios públicos, como de los bienes materiales y la tranquilidad de los mexicanos -ante la insuficiente capacidad de contención de las fuerzas de seguridad del Estado-, el tiempo terminará por dar la razón al senador Preciado, y todos tendremos que andar armados preventivamente –como siempre lo hizo mi padre-, para cuidar nuestras vidas y las de nuestras familias, que son nuestros bienes más preciados.

Los diversos temas recientemente posicionados en la agenda política estatal, por la Iglesia Católica; la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos; y el Presidente Municipal de Juárez, Armando Cabada; han levantado una variedad de comentarios e interpretaciones por el evidente riesgo de tensión que, al menos en teoría, parece advertirse en ellas, en lo que respecta a la relación de tales actores con el inquilino de palacio. Sí, en forma inesperada -y quizá hasta con enojo- el gobernador Javier Corral ha visto cómo estos nuevos asuntos se le treparon al cúmulo de pendientes sobre su escritorio.

No hay, para el mandatario, mucho margen para hacer maniobras de contención en el caso de la declaración del Padre “Negris”, quien a nombre de la Iglesia Católica señaló la necesidad de revisar el logotipo de la naciente administración estatal, por la semejanza de sus colores con los de la bandera gay. Tampoco se ve del todo posible que el titular del Poder Ejecutivo pueda modificar los planes del primer alcalde independiente de ese municipio fronterizo, cuya reciente decisión de nombrar como Director de Seguridad Pública a Jorge González Nicolás, al ex Fiscal del Estado -cercano ex colaborador del exgobernador César Duarte-, levantó enorme prurito político en el actual mandamás de palacio y su séquito cercano.

No, no hay viabilidad para una intervención eficaz que permita a Corral –al menos por decisión de él- hacer a la Iglesia o a Cabada desistir de sus posturas, ya que estos son -uno en forma absoluta y el otro de manera relativa-, autónomos e independientes del Poder Ejecutivo del Estado. Sin embargo, donde sí puede intervenir el gobernador -y tal vez lo haga- es en el caso de su correligionaria albiazul, la presidenta “Maru” Campos, conductora del rumbo político del municipio de Chihuahua, pues la oposición pública de ésta a la determinación asumida por Javier Corral sobre las fotomultas -tema de gran controversia- es considerada –aquí y en China- como una afrenta a las reglas no escritas de la institucionalidad partidista y la sana subordinación que, en teoría, deben prevalecer en la relación entre actores políticos de diversos órdenes pero de igual origen ideológico. Así que tal vez el árbitro de palacio le saque una “tarjeta amarilla” a “Maru” Campos.

Con el cambio de gobierno, igual que en el resto de las dependencias y organismos de la administración pública estatal, en la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Chihuahua comienza una nueva etapa.

La llegada a la Presidencia del Consejo Directivo de dicho organismo operador, por parte del ingeniero Mario Mata Carrasco, exalcalde de Delicias, marca el inicio del período 2016-2021 en esa institución. Mata es un político y empresario, que además de contar con el bagaje obtenido de la experiencia y sensibilidad adquiridas a su paso por organizaciones de la sociedad civil y la alcaldía de su tierra natal, tiene -desde que era muy joven- vocación por las cuestiones de orden público y social, y pertenece a una reconocida familia deliciense cuyos miembros se han distinguido tanto por los notables resultados de su dedicación al trabajo y al estudio, como por su capacidad intelectual.

De ahora en adelante, Mario Mata tendrá la honrosa oportunidad de dedicar su empeño a una de las tareas más importantes del servicio público estatal: la dotación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, a la comunidad de la ciudad capital. Es diverso e interesante el espectro de actividades que conforman el trabajo diario de la JMAS de Chihuahua, y siempre habrá algo qué hacer para mejorar su eficiencia y calidad.

Las labores del organismo abarcan amplios ámbitos de acción, como la atención a aclaraciones y solicitudes del público usuario; realización de estudios socioeconómicos para tratamiento preferencial a personas con vulnerabilidad económica o social; difusión escolar y social de la cultura del agua; operación del sistema de recepción y gestión de quejas y reportes ciudadanos -Centro de información y Servicio (CIS)-; ampliación y mantenimiento de la infraestructura: fuentes de abastecimiento -pozos-, tanques -rebombeos, líneas de agua potable, agua recuperada y drenaje –de conducción, redes generales y colectores-, y plantas de tratamiento de aguas residuales; facturación y cobranza de los servicios; instalación y/o reposición de aparatos medidores de consumo de agua; recepción de nuevos asentamientos urbanos y emisión de dictámenes de factibilidad; licitaciones para adquisición de insumos, contratación de servicios y obras; gestión de recursos financieros provenientes de programas del Gobierno Federal (CONAGUA) -PRODDER, APAZU-, capacitación - actualización del personal; modernización de los sistemas administrativos, de tecnologías de información y de cobranza; etc.

Quienes, como un servidor -en compañía de magníficas compañeras y compañeros de trabajo- tuvimos la grata oportunidad de atender a nuestros conciudadanos durante casi seis años en la JMAS de Chihuahua, sabemos de lo que hablamos cuando nos referimos a la trascendencia de éste ente público imprescindible para el desarrollo socioeconómico de la capital del Estado de Chihuahua. Enhorabuena, felicidades. Mis mejores augurios para el ingeniero Mario Mata, y para mis excompañeras y excompañeros de trabajo, en esta nueva etapa de la vida institucional de la JMAS.

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