Opinión

Celebraciones católicas

  • Por José Oswaldo
Celebraciones católicas

Por Gustavo Sánchez Prieto

En el calendario litúrgico la Iglesia Católica celebra el 1 de noviembre la solemnidad de todos los santos, antes tenía la categoría de fiesta, y el 2 de noviembre la conmemoración de los fieles difuntos. Ambas celebraciones tocan aspectos fundamentales de nuestra fe católica, iluminando el entero arco de nuestra vida cristiana en esta tierra y la esperanza de vida eterna, confiando en la misericordia del Padre en Cristo para el más allá de esta vida terrena.

La solemnidad del 1 de noviembre es la celebración litúrgica de todos aquellos hermanos nuestros que, aunque no estén incluidos en el catálogo de los santos, vivieron dóciles al Espíritu Santo que los consagro para Dios desde su feliz y santo bautismo.

A veces la gente sencilla, cuando se trata de canonizaciones, dicen que 'lo van a hacer santo', expresión imprecisa porque da la impresión de que el Papa es el que santifica. Cosa que es falsa. No es el Papa el que hace los santos, es Jesús con su Sangre preciosa y con la fuerza del Espíritu, quien nos saca de pecado y nos introduce en la misericordia del Padre (Col 1, 15 ss).

El Papa canoniza, pone en la lista de los santos. El cristiano, como María, abre el corazón a Dios y se deja llevar por el Espíritu, renunciando libremente a Satanás y luchando por vencer las insidias del enemigo. Ni es magia, sin nuestra libertad; ni se trata de superhéroes, como si nada mas dependiera de nuestra voluntad.

El camino de la santidad asume nuestra miseria, los retos que plantea nuestro mundo, y la gracia que Dios da. San Pedro escribe que “el diablo como león rugiente ronda buscando a quien devorar”. El cristiano, en la oración y en la caridad, lucha y vence, con Jesús, a Satanás.

En la conmemoración de los fieles difuntos la Iglesia ora por aquellos hermanos que, al término de su vida terrena, perdonados por el arrepentimiento sincero y la confesión sacramental, si hubo la oportunidad. La 'conmemoración' se traduce en oración por su eterno descanso.

La Iglesia no cree en altares de muertos ni en halloweenes. La Iglesia cree en Jesús, en el Señor de la vida y por eso estamos llamados a una vida santa.

La Santa Sede acaba de publicar una serie de normas sobre la cremación y el uso que se hace de las cenizas, prohibiendo que se manejen como si fuera un producto más en el mercado funerario.

La Santa Sede nos urge a respetar la memoria del difunto, a orar por ellos y a considerar con particular honor los restos mortales del cristiano.

La Iglesia privilegia la sepultura, la 'antiquísima tradición de la Iglesia' ha sido enterrar el cadáver, con la esperanza segura de que resucitaremos (1 Cor. 15). Permite la cremación cuando se busca no por motivos contrarios a la fe.

No se pueden manejar las cenizas como si fuera cualquier recuerdo del difunto.

El cristiano ora por los difuntos. En este año de la misericordia, el Papa nos da la oportunidad de ganar la indulgencia en favor de los difuntos. Esta es la práctica católica, muy lejos de aquella práctica que hoy se difunde en algunas parroquias con la llamada "oración de sanación intergeneracional". Un invento chino, no católico, con un mal uso de la Biblia que, en vez de hablar de indulgencia, acusa en falso a los difuntos.

Sea para nuestra vida presente, sea para el mas allá después de la muerte, los cristianos encontramos la respuesta en Jesús, "camino, verdad y vida" (Jn. 14,6).