Opinión

Y entonces ¿votos para qué?

  • Por Cynthia
Y entonces ¿votos para qué?

Para Aristóteles existían seis formas de gobierno: 1.- La tiranía: el mal gobierno de una sola persona. 2.- La monarquía: el buen gobierno de una sola persona. 3.- La oligarquía: el mal gobierno de un grupo de personas. 4.- La aristocracia: el buen gobierno de un grupo de personas. 5.- La oclocracia: el mal gobierno del pueblo. 6.- La democracia: el buen gobierno  del pueblo.

Según esta escala vivimos en una oligarquía, una muy mal disfrazada de una democracia que se podría definir así.

Democracia: vaca sagrada de “los países en vías de desarrollo”, base única de su crecimiento, incomprendida y por tanto fallida en su implementación… intocable.

Los griegos no fueron democráticos, fueron los atenienses y no siempre, la luz que guía la mayoría del pensamiento occidental y donde se basan la mayoría de instituciones y valores que ahora conocemos no fue siempre esa luz que pareciera guiar nuestro rumbo por siempre y para siempre; no planearon los atenienses un regalo para las generaciones venideras, mucho menos para otras naciones, costo mucho trabajo, vidas, experiencia, visión de nación y sobre todo tiempo.

La saturación en los medios se deba a algún proyecto de educación para la democracia sin duda tan necesaria en nuestro país, ahuyentar al fantasma del fraude y dar a los votantes la certeza de que su voto cuenta y de que la coacción debe dejarse de lado,  ¿pero así?, ¿votando por quien se nos de la gana?, ¿un ateniense votaba por quien le daba la gana?, sin duda la humanidad evoluciono y sus ideas (la democracia es al fin una idea) junto a ella, adaptándose a las nuevas circunstancias, pero la esencia siempre debe permanecer.

La diferencia básica entre la democracia griega y la nuestra se basa en solo una cosa, en ambas votan los ciudadanos, en la antigua Atenas se consideraba ciudadano a todo aquel que demostrara  la capacidad de tomar elecciones, votaban solo propietarios, votaban generales de alto rango, votaban ministros, votaban eruditos, en México un ciudadano es toda aquella persona que con mas de 18 años posea un pedazo de plástico con su foto y su nombre.

Sera que se democratizo la democracia haciéndola accesible a todos sin distinción, o será que nunca fue la democracia “para todos” que creemos conocer.

Existe una diferencia sustancial, aun a siglos de distancia, del por que y el para que, por que solo algunos votaban en la democracia ateniense, por que solo estos resaltaban como aptos, como los que conocían y entendían la situación, no por que fuesen la elite y es así como debemos entenderlo, votar solo los aptos y si queremos igualdad, si queremos una democracia incluyente entonces debemos educarnos y educar a todos, concientizar de la responsabilidad que se ejercita en el voto, hacernos aptos, pero no así, no “como se nos de la gana.”

Intentemos reducir en un flash la situación política mexicana: nuestras sociedades eran regidas dentro de un militarismo teocrático, después durante tres siglos una colonia, seguido por una caótica serie de guerras internas, intervenciones y dictaduras, a continuación una revolución que termino por institucionalizar otra dictadura y en la ultima década, una democracia, que sabe a todo menos a democracia.

En resumen jamás hemos sido democráticos, solo lo simulamos, decimos serlo y como se puede dilucidar en el caso de los griegos, tal vez aun falte tiempo para construirla.

A lo que de todo esto se reduce es: ¿Por qué la insistencia de implementar la democracia?

Los griegos la inventaron por que en esa era la solución a su muy especial contexto, todas las formas conocidas de gobierno han sido resultado de ello, de una nación, de un pensamiento y de las circunstancias, la república romana, su misma monarquía, el fascismo Italiano, el nacional socialismo alemán o el comunismo ruso, todo es consecuencia de lo expuesto, pero sin el inconveniente de la imposición, nació en cada sociedad en los momentos en que se requería.

Por ende por que la democracia habría de ser la solución a nuestros problemas, si no es en forma, principio o fundamento creación nuestra, si su esencia no tiene raíces mexicanas. Recordemos a aprendamos: existen casos de falsas identidades nacionales, de sistemas políticos que han fracasado por cometer el mismo error, imponer y como dolorosos ejemplos están la Unión Soviética y Yugoslavia.

Fundar un sistema propio, coherente a nosotros, requiere demasiado, esfuerzos sociales y culturales, un pensamiento fundamentado, critico, pero sobre todo propio.

Es todo y cuanto.