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1946... 2016 La Muerte

  • Por Cynthia
1946... 2016 La Muerte

Por León Reyes 

7 de 10

¿Qué es, quién es, por qué se da, qué sigue después?

Pues nada de eso tiene respuesta unánime o cierta,

De niño, no había duda, era cuando Dios decidía que terminaba la vida terrenal del seleccionado y según el comportamiento, o el arrepentimiento, se lo llevaba a uno junto a él, nos decían a la diestra de Dios Padre o te mandaba, temporalmente a purgar una pena, en las llamas del purgatorio, pero, si habías sido de vida pecaminosa, por la eternidad te mandaba a las llamas del infierno

No me queda claro si la muerte es algo que sucede, así nomás o es alguien que hace esa chamba, será, la para mi moderna Santa Muerte.

O la vieja estampa del juego de la lotería, La Calaca, con guadaña al hombro, o será la coqueta y festiva catrina, o las Chavas buenos

Cueros que hace unos cuantos años, maquilladas artísticamente por centenas se ven en la calle el día de muertos.

A mí las únicas que medio me animan a recibirlas, son la Catrina de Posadas o las chavas decorada, más que maquilladas.

Pero al final del día, no quiero tener esa experiencia, aún y cuando ya le estoy pegando a los límites de expectativa de vida.

Cuando toco ése espinoso tema y manifiesto mi interés de estirar la pata cuando a México lo gobierne un partido de izquierda, nomás para saber que se siente, pues mi Papá decía que México era a toda madre, cuando lo gobernó LÁZARO CÁRDENAS, mi Mamá contesta, mira, mira, el Señor no cumple antojos , ni endereza jorobados.

¿Por qué se presenta? , pues también es tema de largo debate y reflexión, otra vez recurro a la eterna fuente de sabiduría de Doña Petra Esperanza, dice ella que nomás porque sí, que el que todo lo puede, cuando considera que cumpliste tu misión en la tierra, todo se acabó y a rendirle cuentas al creador, para ella, no hay argumento biológico, ni estadística que valga, rápidos dice: haber con tus números y tantos años de estudio, explícame porque yo ya tengo

92 años y mírame y tú a los 70, pareces mi esposo y no mi hijo, date cuenta son cosas del Señor, remata: cuando te toca, aunque te quites, cuando no, aunque te pongas.

Así que perdida ésa discusión y ante la amenaza de “aquí en ésta casa las enchiladas que estoy preparando, son obra de Dios y no están cocinadas para Ateos" se termina la discusión y vendo mi Ateísmo, por un plato de enchiladas, que son bastante mejor que, uno de lentejas, o diría el clásico, Paris bien vale una misa.

Pues obra de Dios o de Natura, la muerte, en mi niñez me dio risa, los muertos del barrio para todos , menos para los dolientes eran motivo de fiesta, tamales, hechos por los vecinos, charras al por mayor, motivo para llegar tarde a la casa, aprontarse temprano, en la casa de los dolientes y mínimo pan de dulce con leche o café, a veces hasta desayuno repartían. Me gustaba la hora del rosario, que durante el velorio se repetía en varias ocasiones, bajo la batuta de la rezandera del barrio, de nombre Doña Rayo, los hacía eternos, pero con mil detalles desconocidos, para los católicos comunes, estoy seguro que con los que me receté, me iré directo al cielo, a pesar de ser ATEO y un pecador constante y consuetudinario.

Los ritos funerarios, son de los cambios culturales que la modernidad ha destruido y que extraño, no había como un buen velorio en octubre, donde todo mundo se olvidaba del muerto y se ponía a platicar de la serie mundial de beisbol.

Después de la muerte, sabrá la bola que sigue, yo entre mas años cumplo, mas risa me da éste tema, si no sigue nada, pues no nos daremos cuenta, si sigue algo, no lo podremos comunicar, así que para que preocuparse, si el tema termina en la nada, para que te preocupas y menos para que te ocupas y si sigue algo, pues igual, para que te preocupas y menos para que te ocupas.

Todo estuvo bien hasta el día que murió mi Abuela, ella de 57 años, nació con el siglo XX. Ahí si sentí, que la vida tenía llanto, dolor y perdida,

Llegué a la casa y había mucha gente, Cármen se llamaba, bajita de estatura, delgada, de rasgos afilados, pispireta, y de buen humor.

La vi tendida en la cama, la toque y aún sentí su calor, llegó el de la funeraria, eran vecinos de toda la vida en el barrio, de apellido Hernandez, le tocó el servicio a Chicho, amigo de mis tíos, le puso un espejo en boca y nariz, me arrime, y vi el espejo, esperando verlo empañado y nada, ya descansó dijo Chicho.

Esa era la muerte, no tiene nada de risa, duele y duele mucho.

De ahí siguió mi abuelo José María, se terminaron las historias de su levantamiento en armas en Monte Escobedo, Zacatecas, junto a Santos Bañuelos, quien llegó a General, después mi abuelo se incorporó a las fuerzas de Pánfilo Natera.

A la derrota del villismo emigró a Estados Unidos, ahí nacieron algunos de sus hijos, y regresó a México en el 24.

Se avecindó en Chihuahua, trabajando para el ferrocarril NorOeste de México.

Mi abuelo nunca regresó a su pueblo, decía: aún hay muchos dolientes en ése lugar, ahí todo se perdió, algunos ganaron, otros perdimos todo.

Mi Padre, de Nombre Exiquio, murió en 1992,

Mi sobrina, La Kuata Xóchitl, unos años después y Toño mi cuñado y amigo de toda la vida, hace unos años, pero ésas son otras historias.

La muerte me ha rondado cerca en tres ocasiones, la última hace unos años, me operaron a corazón abierto, para prevenir un infarto, le dije a mi Mamá pues si así es la muerte, pues bienvenida, no se siente nada y como siempre, discusión perdida, dijo : no sentiste nada, porque ésa no es la muerte, solo es un ensayo.

Dentro de unos días le pegaré a los 70, siento paz y serenidad, siento cumplidos muchos ciclos, eso llamado muerte, más temprano que tarde llegará.

Todo está listo para recibirla, espero sea rápido y sin dolor, pero tengo presente lo dicho muchas veces por Petra Esperanza, yo le doy su matiz, El que sea o lo que sea, NO CUMPLE ANTOJOS NI ENDEREZA JOROBADOS.

mañana 8 de 10.