Por Carlos González
México, México, México, México;
México de campos virginales,
de montañas, llanuras y valles,
de esplendorosos paisajes naturales,
de mezquites, de maguelles y nopales,
de estepas y sabanas singulares,
de extensos ríos de lagos y de mares;
bellos tus pueblos y tus sierras
y un cielo lindo que baña de soles
la especial belleza de tus playas,
de tus mujeres y todo lo que entrañas,
en tus volcanes se estampan los colores
y en donde afloran tus vetas minerales,
aún en tus campos de trigos y maizales;
oh, suave patria, te llenas de causales.
Raza de bronce, tus pobladores;
raza de bronce, los mexicanos;
gente que cuida de tus honores,
viven y luchan días tempranos;
sean copreros o pescadores,
lo mismo obreros que campiranos,
ríen y juegan sus emociones
en carnavales, ferias y gallos
y en las carreras, competiciones
entre las yeguas y los caballos…
en los poblados nacen los hombres
a las faenas circunstanciales,
Hacia el cortejo de los honores
en bellas fiestas patronales.
A ti llegaron los españoles,
según la historia, te conquistaron,
la tierra azteca de mil colores
al mestizaje la pronunciaron
y despertamos la madrugada
en que luchamos
dándote, patria, los corazones,
la independencia brotó en dolores
y luego al tiempo, te mutilamos…
Y hubo guerras intestinales,
entre reforma y revolución
conservadores y liberales
pleitos infames y hasta traición
oh, suave patria qué tanto vales
cómo me duele tu situación.
México de rezo y canto,
México de religiones,
México de risa y llanto,
México de paz y flores,
México de mis amores;
México, México, México, México
México.