Opinión

Espresso Doble

  • Por Cynthia
Espresso Doble

Pirotecnia política 

Más allá de los colores de partido que tenga cada quien, hay un gobernador electo por la mayoría de los chihuahuenses y éste debe de gobernar para todos, es decir, para quienes votaron por él y quienes no. 

El ejercicio del poder no está exento de pasiones, mismas que llevan a los gobernantes a utilizar el poder para joder a sus enemigos de hoy y de antaño. No hay excepciones. Todo gobernante cuando asume el poder, lo primero que piensa en ejecutar es la venganza de aquellos que en el pasado le dificultaron el camino. 

Y en ese trayecto, está el siembre tener alguien a quien echarle la culpa de que las cosas no salgan como se planeó. Todo gobierno debe tener un chivo expiatorio interno y otro externo. 

En los discursos populistas de muchos gobernadores mexicanos, el gran culpable de todo es Enrique Peña Nieto. 

Desde 1994, patrocinada por Ernesto Zedillo y sus aliados, estuvo la gran campaña contra su antecesor, Carlos Salinas de Gortari. Y como resultado de la misma, desde hace más de dos décadas, Salinas ha sido el villano favorito de México, el culpable de todo. ¡Hasta de los huracanes y terremotos!

Así, hoy en día, el expresidente Salinas, puede descansar. Puesto que parece que anda cediendo su puesto al hoy presidente Peña Nieto, tras una campaña sistemática que comenzó desde antes de asumir la presidencia mexicana. 

Sí desde entonces sabían de ella, ¿por qué no actuaron? ¿por qué no planificaron una estrategia de comunicación para combatirla? Peña Nieto y sus Golden Boys que hicieron una campaña a la gubernatura que revolucionó la mercadotecnia política en nuestro país, ha sufrido (quizás) la flojera creativa de sus chicos de oro, que desdeñaron (como casi siempre sucede) la comunicación entre gobierno y gobernante. 

En nuestro Chihuahua, a más de un centenar de días de que asumiera el gobernador del estado para un mandato de cinco años, no vemos resultado alguno; ni obras, ni rumbo claro y mucho menos el sol del nuevo amanecer. 

Lo único que sí vemos es una estrategia muy clara para echar culpas. 

Como primera estrategia, el gobierno estatal, culpa de todo al exmandatario César Duarte. Todo lo malo, es culpa de Duarte. Incluso (no lo dudaría) lo culparán de los fuertes vientos y accidentes por la nieve de este fin de semana. Al tiempo. 

Pero, cuando el teatro “anti Duarte” deje de funcionar, la culpa le será heredada al presidente Peña Nieto por el gobernador. Ya tendrá dos villanos favoritos. 

Para fortuna del mandatario estatal, Trump ya asumió la presidencia de los Estados Unidos y ahora tendrá otro villano más para echarle la culpa y retrasar obras y programas de gobierno. 

No sin antes comenzar una campaña para decir que Peña Nieto no asumirá riesgos y responsabilidades de sus acciones y culpará de todo a Trump. 

Aquí, la pequeña diferencia entre Corral y Peña Nieto, es que el segundo tiene resultados que presumir y ha tomado valientemente, decisiones difíciles, pensando en el futuro, actuando como un estadista. 

Mientras que el gobernador es pura pirotecnia política. 

Los chihuahuenses queremos ver algún resultado y discursos más breves.