Opinión

¿Y el TLC México-Unión Europea?

  • Por Cynthia
¿Y el TLC México-Unión Europea?

Por Zulma Chacón Franco

Tan cerca de Estados Unidos, con una relación tan amplía como estrecha en diversos aspectos de la vida binacional, poca importancia se le otorga a temas como el Tratado de Libre Comercio México-Unión Europea, ante los últimos acontecimientos económicos tenemos que reinventarnos desde el punto de vista de nuestras capacidades competitivas y de desarrollo.

Hace 16 años entró en vigor el Acuerdo Global entre México y la Unión Europea (UE), pero la participación de esta última en el comercio exterior de nuestro país apenas alcanzó el nivel que mantenía hace una década (5.2%), en tanto las exportaciones mexicanas a Europa representan menos del 1 por ciento del total de sus intercambios comerciales con el mundo.

Esto es lo que se expone, entre otros temas de gran relevancia en la obra Las relaciones México-UE en el marco del Acuerdo Global y la Asociación Estratégica: un balance desde la sociedad civil mexicana.

El libro, está firmado por la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo (ALOP), el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), la Central Campesina Cardenista, DECA Equipo Pueblo, Servicios para una Educación Alternativa (EDUCA) y la Fundación Nuevo Milenio.

El documento está dividido en siete capítulos, en los que diversos investigadores mexicanos analizan a detalle distintos aspectos del Acuerdo Global entre ambas partes (o Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación).

Contrario a las ventajas que debiera representar ese TLC, la obra menciona -desde su presentación- que las pocas organizaciones mexicanas que han dado seguimiento al Tratado están preocupadas por los “graves efectos e impactos” que éste ha traído a las comunidades del país, entre ellos: “déficit comercial, crecientes inversiones que bajo el pretexto del desarrollo llegan a México de forma depredadora, sin aplicar o respetar el derecho a la consulta por parte de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas, y violando el derecho a la libertad sindical en la contratación colectiva”.

Se menciona que “en muchos casos han contado con la complicidad de las autoridades mexicanas, mientras Europa no se ocupa de exigir a sus empresas que asuman su responsabilidad ante la violación a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales”.

Los planteamientos de este ejemplar sobresalen no sólo porque se realiza uno de los pocos análisis mexicanos sobre los resultados de tal acuerdo, sino porque también ahonda en el campo de las relaciones de México con la UE en su conjunto, que no han sido tan explorada como otras, con el caso evidente del TLCAN, por ejemplo.

En el libro de 106 páginas, se precisa que alrededor de 80% de las exportaciones e importaciones de México con la UE se realiza con sólo seis de los 27 países que hasta el año pasado la conformaban (Croacia se adhirió el 1 de julio de 2013): Alemania, España, Francia, Holanda, Italia y Reino Unido, y remarca que tan sólo los dos primeros países acaparan la mitad de tal intercambio.

Así, en la relación bilateral México-UE destacan “los déficits” y “las participaciones de membrete”, así como las dificultades para la inclusión de las organizaciones de la sociedad civil. Por cierto, en Chihuahua destaca el Centro de Estudios para Invidentes, CEIAC, por los apoyos que recibe desde la Unión Europea... una vía que muy poco se ha explorado en el estado y el país.