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1946...2016 La Vejez

  • Por Cynthia
1946...2016 La Vejez

Por León Reyes

En Diciembre del 2016, en la víspera de los 70 años o de habitar en el séptimo piso, inicié la escritura de 10 notas sobre reflexiones al vuelo, tocando en desorden y sin prioridades, algunos temas para mí importantes.

Me desvío de ése proyecto, la política, la política, la política. Seguramente lo escrito no tuvo más trascendencia, que perder el tiempo y entretener a unos cuantos lectores

Cosas más importantes para mí deben ocupar mi atención.

LA VEJEZ se aproxima a pasos acelerados, está a la vuelta de la esquina o ya llegó y ni cuenta me he dado. Pareciera ser, que en toda mi vida es el único tema que me angustia, por supuesto más que la muerte.

Porque no la veo cercana a pesar de habitar el séptimo piso.

No la siento mía, formulo más un discurso qué sufrir sus consecuencias.

Aún así pienso en ella, me inspira miedo, la he visto muy de cerca esta semana.

Hace unos días, disfrutando una de mis grandes pasiones, EL CINE y una muy buena película, se actualizo el tema y el miedo.

El film es de esos que reflejan la realidad, más que la realidad misma, de ese cine que me involucra, que me hace ser parte de la película, que me hace sufrir, reír, deprimirme y vivir el momento.

Su titulo STILL ALICE, en Español SIEMPRE ALICE.

Película Americana, con excelentes actuaciones de todo el elenco, JULIANNE

MORE, ALEC BALDWIN, KRISTIN STEWART, como actores principales.

Una gran película, la avalan los muchos premios recibidos: Oscar el 2015 a la mejor actriz; Globo de oro en el mismo año; premio del Sindicato de Actores. También en el mismo año.

La trama: una familia beneficiaria del América Way of Life.

Un matrimonio con buenos ingresos, dedicados a las tareas intelectuales el hombre de profesión Científico, dedicado a la investigación y la mujer una maestra Universitaria en la Universidad de Columbia , autora de varios libros, con un gran prestigio académico especialista en lingüística, de manera creativa y muy satisfactoria para ella, cumple la tarea de la enseñanza y la investigación.

Son padres de tres hijos, jóvenes adultos dos mujeres y un varón, una de ellas con vocación a el teatro y con diferencias con su madre , sobre el futuro profesional, nada que salga de la normalidad democrática de las familias de hoy en día. A muy temprana edad, pasando los 50, la lingüista, percibe problemas de memoria Olvidos frecuentes, lagunas en la exposición de su clase y más por rutina, que por sospechar algún cambio en esa maravillosa máquina que es el cerebro, acude a consulta.

El neurólogo, después de diversos test y estudios, le diagnostica un Alzheimer prematuro y de rápido desarrollo.

De ahí surge el drama, el notificar a su esposo, a sus hijos, el cómo enfrentar la enfermedad, el tener la certeza de que no hay retorno, la conciencia de cada una de las etapas a vivir.

El film, nos muestra que en esas circunstancias adversas, el amor, la solidaridad y la empatía son los mejores paliativos, son los valores y conductas que permiten soportar que los sueños y realidades se escurran entre los dedos.

Pero al final del día, todo se reduce a la decisión personalismo, de qué hacer con la vida, como seguir viviendo, sabiendo que llegarás a dejar de ser tu mismo.

Ser consciente de que la lucidez se va escurriendo entre las manos.

El proceso de deterioro es acelerado termina su carrera profesional y modifica y altera toda su cotidianidad.

Ahí , a solas decide como y en qué momento, levantar la mano contra si misma.

Cuando siente que el proceso avanza, en su ordenador personal, escribe una rutina para poner fin a todo.

Ejerce el derecho supremo, terminar con su vida para ponerle fin a el deterioro personal.

Graba una rutina con todos los pasos necesarios, para llegar a un bote de somníferos qué identifica especialmente. También el procedimiento a realizar, para ingerir el total de las pastillas, acostarse a dormir y esperar la muerte.

Llegado el momento de poner en práctica el protocolo, su deterioro cerebral ha llegado a tal grado, que cuando tiene el frasco de somníferos, no sabe qué hacer, los derrama y no puede ejecutar lo que fue su voluntad.

Siempre he pensado qué de enfrentar una situación semejante, una enfermedad que produzca un gran dolor, o el deterioro mental, tomaré la decisión de levantar la mano contra mí mismo .

No tengo ningún prejuicio, no tengo ninguna atadura, ni religiosa, ni ética que me impidan tomar esa decisión.

Hoy me surge la duda de cuando es el momento adecuado, para ejecutar la decisión, como determinar el momento, para saber que debes terminar.

Evitar que suceda lo que al personaje de la película.

Será que el tiempo adecuado, es cuando se pueda razonar y puedas hacerlo en plena lucidez.

Vi de cerca la VEJEZ , hace un par de días, accidentalmente topé en mi camino, dos viejos amigos de la secundaria, hermanos ellos, de pronto no los reconocí, nos vimos , nos saludamos y cómo se acostumbra con las viejas relaciones, recordamos nuestra edad, uno de ellos en los 69 años , yo en los 70 , el otro en los 71, hace muchísimos años décadas tal vez , no los veía, no tengo la menor idea que ha pasado con sus vidas, que han vivido, que han sufrido ,si han tenido angustias o gozo, si tienen o tuvieron esposas, hijos, etc.

No tocamos el tema, lo único que vi fue dos figuras con un gran deterioro físico, no sé si es producto de la enfermedad de los excesos, no lo sé.

Llegué a casa y me vi en el espejo. Según mi percepción lo que vi reflejado, es muy diferente a lo que lo que vi en mis amigos.

La vulnerabilidad, el deterioro el cansancio, la incapacidad.

Porque todo eso lo siento lejano, si está a la vuelta de la esquina.

Porque hago proyectos que aún me animan, no lo sé, lo que se , es que siento que la vida todavía tiene muchas cosas por darme.

Me di cuenta que la vejez existe, cuando le leía a mi abuelo el diario, yo tenía 9 años y el 78, era el único viejo de la familia, pues era mayor más de 20 años que mi abuela, también veía la vejez, cuando nos visitaba la tía Lola y la tía Romana con sus 90 años, venía desde la Alta California cada año, porque, nos decía, que en breve moriría.

Muchas veces vino a despedirse y murió llegando a la centuria.

Que nunca llegaré a viejo o será que ya soy viejo y ni cuenta me he dado?

Será Inevitable que a la vejez la acompañe el deterioro, habrá que esperar a que llegue y ver cómo estoy, como me siento que pienso y decidir si la vida debe terminar o aún tiene su encanto.

Por lo pronto, como quién espera lo Inevitable, pero aún tiene fuerzas y pasión, en estos días inicio nuevas batallas.

El espíritu de Guerrero sigue vivo.