Opinión

Las razones de Isela

  • Por Cynthia
Las razones de Isela

Espresso Doble
Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Es increíble ir a los cafés de la ciudad de Chihuahua y que en muchos de ellos, no puedan preparar un espresso decente, aceptable. En la mayoría de estos lugares (unos con gran afluencia y tradición), no me han podido preparar un espresso como lo dictan los cánones del buen barista. 
Para obtener un buen café espresso, el molido es fundamental. Siempre es necesario café recién molido, ya que es un producto vivo, y como mencioné la semana pasada, emana dióxido de carbono, y al estar recién molido, se aprovechan todos sus aromas y propiedades. La textura del café molido para un espresso debe de ser lo más fino posible, como si fuera harina. 
A la vista, el buen molido es una obra de arte. Para la nariz es una sorpresiva inyección de exquisitos aromas.  
Recuerde que un buen espresso debe ser muy caliente al tacto, amargo al paladar, fuerte en la nariz y escaso al servirse. 
 
Y en presentación doble, pues mucho mejor. 

Comenzamos el espresso doble de hoy. 

Caliente. Todo parece que en este nuevo amanecer presenta una especialidad: dejar pasar sin que nada pase. Es decir, su política pública (al menos eso perciben miles de chihuahuenses), es descalificar toda la información de crítica y obviamente culpar a alguien más de ello (como López Obrador a la “mafia del poder”; Trump a los medios, etc.), en este caso pues, el malo de la película, para el gobierno de Javier Corral es su villano favorito: César Duarte. 

Amargo. Con sorpresa veo que Javier Corral (contrario a lo que se piensa) tiene en alta estima a César Duarte, pues le atribuye unos súper poderes, sólo comparables con los que el Peje le confiere a Carlos Salinas de Gortari. Para Corral, Duarte sigue siendo omnipresente, todopoderoso, el titiritero de Peña Nieto, del PRI en Chihuahua; el guerrillero número uno de su gobierno y el culpable de que no haya hecho frío en la capital en todo el invierno.  

Fuerte. No es nuevo que Corral se haya auto erigido, como un “referente moral”, que no peca, que no falla, que no tiene faltas, que todo hace bien. De ello hasta los panistas se mofaban en público (hoy lo hacen en silencio) y ahora que tiene dos funcionarios que infringieron la ley, como la inmaculada Steffany Olmos y César Augusto Peniche. Quienes fueron sancionados por la Secretaría de la Función Pública federal y no deberían de estar ocupando sus puestos. Es decir, Corral supo que infringieron la ley y así, con el pecado a cuestas, decidió nombrarlos. 

Escaso. La señora Olmos decidió responder con dictatorial altanería y el fiscal Peniche con confusión de novato. No nos queda claro, porque no ha sido ni el interés del gobernador, mucho menos de Peniche, aclarar, cuál es su verdadera situación legal. Y no debe de darle esas cuentas al gobernador, debe hacerlo ante quien lo nombró para tal puesto: el congreso del estado. Por eso, el pasado jueves, durante la sesión extraordinaria en el recinto legislativo, la diputada del PRI, Isela Torres Hernández, interrumpió la sesión para solicitar la urgente comparecencia del maestro Peniche, para que sea él mismo quien explique a los 33 diputados, cuál es su situación y si está en posibilidades de procurar justicia con pulcritud y honestidad. 

Las razones de Isela Torres (a nombre de su fracción) para exigir la presencia del fiscal, son absolutamente legítimas, pero una de ellas fue la más contundente: “quienes se nieguen a la comparecencia del fiscal, serán cómplices de un delito”. 

¿Hará tal pedrada despertar a sus compañeros diputados? 


Este ha sido el espresso doble de hoy. 

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