Opinión

Reto de Cuarón: superar la condición de bestia

  • Por Cynthia
Reto de Cuarón: superar la condición de bestia

Por Cruz Pérez Cuéllar

El maestro José Vasconcelos nos ha dejado como experiencia, en su basta obra, que quienes se dedican a la importantísima tarea de enseñar, y quienes están encargados de administrar los recursos para la educación (como fue su caso), necesitan entregarse en cuerpo y alma a esa actividad como a ninguna otra, porque el resultado no es otro que la formación de hombres y mujeres de bien, que volverán el día de mañana a practicar lo que aprendieron, y su fruto hablará por ellos, pero también por aquél que en un principio los iluminó o en su defecto, los echó a perder.

“Los educadores de nuestra raza deben tener en cuenta que el fin capital de la educación es formar hombres capaces de bastarse a sí mismos y de emplear su energía sobrante en el bien de los demás”, reza una de los puntos del decálogo de la enseñanza de Vasconcelos.

Ahora Chihuahua, como hace 97 años cuando el maestro ocupó el ministerio de Educación a nivel nacional, mantiene importantes rezagos en esta materia, sobretodo por su amplia geografía, pero por increíble que parezca sigue existiendo una tasa de analfabetismo de un 3 por ciento, es decir, por cada 100 habitantes de 15 años en adelante 3 no saben leer ni escribir, de acuerdo a datos registrados por el INEGI en diciembre del 2015. También falta un buen número de escuelas, a tal punto que se tienen que improvisar aulas a cada inicio de periodo escolar para que los niños no tomen clases a la intemperie en ciudades como Juárez, no se diga en la zona serrana. El aprovechamiento escolar y la alta deserción, sería otros factores a considerar también muy importantes, pero como se dice popularmente: primero que hay que tener gallina y luego pensamos en el caldo.

Por ello es de suma importancia que a quien le corresponda asumir el rol de administrar los recursos para la educación y cultura en la entidad se asuma con esa responsabilidad de ir a tumbar los obstáculos que se oponen a dicha enseñanza, que se imponga, pese a los conflictos presupuestarios, pese a las malas condiciones geográficas y climáticas de nuestra entidad, pese a un sinnúmero de problemas que debe enfrentar, pero si no pueden, si no tienen la capacidad para hacerlo, lo más decente debe ser que renuncien antes de que el problema sea mayor.

Las miradas se centran efectivamente en el secretario de Educación y Cultura, Pablo Cuarón Galindo, quien desde su llegada a dicha posición ha hecho gala de su inexperiencia en el ramo, de su falta de tacto para negociar, para consensar con los trabajadores de la educación y quienes intervienen en esa sensible área de gobierno. Muchos decanos de la educación en Chihuahua lo consideran como una mala copia de los directores de Educación en el tiempo de Francisco Barrio, como Jesús Robles Villa, a quien le tocó estrenarse en esta dirección y su sucesor, César Chavira Enríquez; en general una mala copia de las políticas de Barrio en este rubro donde anduvo dando tumbos todo el sexenio, a la mitad Robles Villa tiró la toalla sin decir más que “renuncio y mi decisión es irrevocable”, las decisiones agitaron tanto las aguas que el final no pudo ser menos que catastrófico. El sexenio de Barrio heredó a los futuros gobiernos la manutención de buena parte del magisterio afiliados a un sindicato estatal (Sección 42) y que podía seguir siendo subsidiado por la federación, pero las políticas erráticas lo llevaron a asumir esta costosa decisión.

Ahora, los integrantes del sindicato de maestros y sus líderes sufren la presión, y por qué no decirlo, persecución por parte del gobierno corralista, a través de Pablo Cuarón y el director de Servicios Educativos del Estado, Manuel Arias, como exigiendo una cuota a los líderes magisteriales, o sumisión perfecta.

Lo curioso de todo es que en estos casi cinco meses del actual gobierno Pablo Cuarón no sólo no ha ido a tumbar los obstáculos para que continúe la obra educativa en estado, sino que está poniendo otros más para frenarla, lo cual parece inconcebible a estas alturas del partido. El secretario de Educación y Cultura en el estado ha estado inmerso en una serie de disputas con los maestros, en broncas con su propia estructura, con la dirección del Colegio de Bachilleres, donde también se revelaron los maestros y personal administrativo por haberles cancelado pagos y derechos, lo cual los orilló  a paralizar actividades en toda la entidad semanas atrás. También se le debe recordar por aquella cínica frase producto de su ingenio o la de su jefe, que insultó y decepcionó a miles de jóvenes que creyeron en las promesas de campañas de Javier Corral, cuando trató de justificar que la universidad no sería gratuita diciendo que esa había sido “una promesa del corazón, no de la razón”, fórmula que volvió a repetir hace unos días como si no supiera que los universitarios y los padres de familia en todo el estado reciben como una bofetada cada vez que lo dice, porque muchos de ellos creyeron en la promesa y por ello votaron por Corral.

Esas son las acciones que mas se le reconocen al secretario de Educación en estos cinco meses, no ha presentado públicamente ni ante los maestros un Plan de Educación para desarrollar los próximos cinco años, ¡está improvisando!, como si fuera experto en la materia; aún los expertos planean su estrategia, mientras que Cuarón pasa los meses pensando cómo obstaculizar la labor de los maestros que no han venerado al becerro de oro, como han buscado que así se haga desde que comenzó la administración.

No hay plan educativo, pero tampoco plan de infraestructura educativa, no se habla de la integración de las nuevas tecnologías de la información, equipamiento, vaya ni siquiera una planificación de capacitación a la planta docente en el estado. No hay nada de lo anterior, solamente hay manejo político, donde por cierto, no está su fuerte.  

Hace unos días, en entrevista publicada por El Heraldo, el secretario pone al descubierto su arrogancia, cuando se le cuestiona por su desconocimiento del tema educativo en el ámbito de gobierno siendo que él fue educado en las escuelas más caras del estado y fuera de el, e ignora por completo las reales necesidades que tienen las instituciones, respondió: “Ni siquiera es tanta la competencia que se requiere en muchas de las instituciones de gobierno, especialmente en esta, es primero querer hacer bien las cosas, segundo, estar apegado estrictamente a una normatividad, tercero tener la intención de que las cosas se hagan con honestidad y transparencia”. No es tanta la competencia a decir de Cuarón, pero en lo que compete a los acuerdos con el sector magisterial está fracasando, en lo que se refiere a la infraestructura y equipamiento está fracasando, en lo que se refiere a la principal función que es la educación, está fracasando.

Es que tal vez el secretario de educación haya creído que las deficiencias escolares se iban a resolver con un cheque o un billetazo donado por los padres de familia como ocurría en su entorno. A estas alturas ya debe estar enterado que acá, a diferencia de allá donde él estudió, hay familias que no tienen ni siquiera para alimentar bien a sus hijos, o para los uniformes, para los útiles escolares, para la cuota de maestros que se siguen exigiendo en muchas escuelas, para tantas aportaciones que exigen sopena de estar señalados por los maestros y la directiva todo el año.

Se necesita en Chihuahua una nueva visión en materia educativa, cuya guía la lleve quién entienda los problemas a los que se enfrenta la educación en México, en Chihuahua en particular, pero que también se entienda con los dos elementos fundamentales de la educación, de lo contrario los esfuerzos que se realicen serán en vano, porque no se puede entender una buena enseñanza sin alguien a quién enseñar, y menos, sin alguien que enseñe.

Concluyo con otra frase del Maestro de América relacionado a la educación que: “eleva el alma y paso a paso la redime desde la condición pasiva de bestia hasta la altura dolorosa pero magnífica del hombre”.

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