*Quitan la caseta o tasa cero, exigen en Camargo *El caprichito de palacio *La lista de los 61 jueces provisionales *Si es víbora pero está enroscada

O nos quitan la caseta, o se maneja a tasa cero, o la instalan entre Lázaro Cárdenas y la puerta de Chihuahua. Así, claramente, le dijeron a El Paisa, los miembros de El Gasolinazo en Camargo. Apenas permitieron a seis líderes del movimiento el ingreso a la biblioteca Manuel Gómez Morín. Aunque Corral dijo que no habría medios para tener una reunión más “efectiva”, un video de la reunión fue filtrado a La Fuente. El que no se la acababa es El Capitán Escamilla, pues los gritos, reclamos y expresiones duras a El Ciudadano, le hicieron sudar la camiseta. El coronel tuvo que cercar a Corral para protegerle e, incluso, hubo de hablar por él, pues el titular del ejecutivo se veía desconcertado por tanto reclamo. Arturo Zubía, el alcalde de La Perla del Conchos, hizo su parte, pues contrató porras para equilibrar los gritos y balancear la situación, honestamente, muy pesada, para un gobernador que tiene apenas cinco meses en el cargo.

DICEN en los corrillos de la política, pero solo los que saben, que el verdadero motivo de la descabezada en Ichitaip tuvo sus motivos en otro organismo autónomo. Es decir, en el instituto estatal electoral, en donde sería acomodado el caprichito de palacio, Ricardo Gándara. Había ya un pacto silencioso por medio del cual Arturo Meraz designaría vocal de capacitación al cónyuge de Rocío Olmos, la secretaria de la función pública. Sin embargo, al trascender la info, Meraz se echó para atrás, al argumentar que su consejo no le permitía aceptar el acomodo. La noticia hizo enfurecer a El Paisa, a quien le dijeron que los filtradores habían sido Los Leyva, además de haber denunciado públicamente los extraños y aferrados intereses por darle un espacio al cónyuge favorito. Así que, desenvainó la espada y atacó al enemigo, hundiendo todo el filo sin piedad, bruscamente, cuando se suponía las cosas se habían normalizado en forma relativa.

UNA vez aprobada la reforma para integrar el consejo estatal de la judicatura, se dejará venir en cascada el tema de los 61 jueces provisionales. El congreso tiene todo listo para subir al pleno el asunto el próximo martes, a fin de sacar adelante este retrasado asunto. Un grupo de jueces provisionales impugnó la convocatoria para elegir nuevos juzgadores, a partir de su experiencia y duración en el cargo, pues pedían la ratificación en sus puestos si ya tenían tres años en los mismos. Lo más seguro es que esbocen el mismo razonamiento, pues en el tribunal Superior de Justicia llamarán a concurso esos espacios. Los jueces provisionales son en Ciudad Juárez: María Isela Vázquez Granados, Aída Vázquez Arreola, Myrna Luz Rocha Pineda y Adalberto Contreras Efraín Baca Gutiérrez Félix Aurelio Guerra Salazar y Samuel Uriel Mendoza Rodríguez, y Elizabeth Villalobos Loya, Andrés Barrera Rubio, Luis Alfredo Calderón Córdova, Luz María Camargo Perla, Ramón Porras Córdova, Jorge Omar Derat Acosta, Brisa Yadira Meraz Mendoza y con jurisdicción en la ciudad de Chihuahua o Distrito Judicial Morelos Blanca Leticia Rojas Vargas, Mireya Perea Quintana, Abigail Sosa, Claudia Marcela Carrillo, Omar Meléndez Renova, Roberto Díaz, Rodolfo Romano Hernández, Ana Holguín Berceli, Jesús Medina Arellano, César Miguel Rodríguez Méndez, Javier Rodolfo Acosta Méndez, Luis Simental Ortega y María del Carmen Leticia Mora Ortiz.

DICEN que sí es víbora, pero que está enroscada y, al parecer, ya empieza a desenrollarse. El caso es que el rector de la Uach, Luis Fierro, anda ya en dos escuelas universitarias, con la pretensión de arreglar los dos grandes conflictos que generó. El primero, es la facultad de Educación Física, a donde acudió para ver si podía convencer de la necesidad de lograr un arreglo. Salió derrotado, porque los maestros batearon su propuesta y, además, perdió bonos con sus palabras. El neopanista rector les dijo que la universidad está en bancarrota, quebrada, sin recursos, (no les dijo que agarra 175 mil pesos mensuales) y que nada podía hacer al respecto. Los mentores esperaban escuchar palabras de aliento y proyectos de trabajo para sacar adelante a la máxima casa de estudios, pero se quedaron con las ganas.

EL Paisa y su secretario general de gobierno acuden, cada vez que pueden, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El objetivo es claro: litigar, de oídas, el caso del amparo por el cual podrían caerse Los Paramédicos, esos 13 magistrados del Tribunal Superior de Justicia que fueron al poder judicial a darle oxígeno. Corral y César Jáuregui, se han convertido ya en visitantes distinguidos de la Corte y están a punto de llenar, ambos, el libro de las visitas. Hay una clara obsesión por suplantar el pleno completo del Tribunal Superior de Justicia en la entidad. Los magistrados que integren el consejo estatal de la judicatura, como se había anticipado, saldrán del pleno, para ocupar esos espacios con gente afín a palacio. De la resolución de ese amparo, dependerá, en gran parte, el destino del pleno y del poder judicial. No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se venza y, en este caso, están por cuajar los idos de marzo.

CUANDO ya el plazo se cerraba para el registro de aspirantes a ocupar la Auditoría Superior del Estado, la noche del viernes llovieron todavía más registros. Parecían que serían 21, pero, al final, con otros seis que cayeron al cierre, sumaron 27 los que quieren ocupar la silla que dejara Jesús Esparza. Es obvio que hay ahí una estrategia para presionar al congreso al momento de la decisión para elegir al nuevo titular de la ASE. Muchos de los que se registraron, incluído Javier Galindo Noriega, ni siquiera presentaron la documentación completa. O les faltó el original de la cédula profesional, o del título, o la carta de residencia o la credencial de elector. Por los nombres de quemes de última hora tuvieron la ocurrencia, o se las dieron, de entrarle a la competencia, es fácil deducir de donde salió la línea para provocar tumultos en la torre legislativa. Pero, en fin, así son las cosas y, ahora, habrá que presenciar el desfiladero de aspirantes por los distintos pisos del congreso local.