Opinión

La columna

  • Por Cynthia
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela

Primero el “despensazo” del DIF, luego el “medicinazo” de Pensiones: ¿El “Código de Ética” sólo fue un ardid mercadotécnico?

Reyes Baeza: en plan grande.

Jaime García Chávez afirma: La administración de Corral, una muestra de ineficiencia, improvisación y quebranto democrático.

José Acuña, líder sindical del COBACH: ¿Siguiente víctima de Corral?

 

Las recientes acusaciones que el principal medio impreso de la entidad ha venido refiriendo contra los dos principales funcionarios nombrados por el gobernador Javier Corral en Pensiones Civiles del Estado ponen otra vez en el escaparate público el tema de la corrupción.

En sus recientes columnas –la última de ellas publicada el día 14 de febrero- dicho medio señala el fuerte conflicto de intereses surgido entre el director médico -Alberto Herrera- y el director administrativo de la mencionada institución, a raíz del supuesto interés de uno de ellos por manipular la licitación con valor de 500 millones de pesos a fin de favorecer a determinada empresa farmacéutica cuyo nombre -Fármacos de Chihuahua- también revela la aludida fuente. ¿Para qué ha servido el cacareado “Código de Ética” con el que se auto alabó y publicitó Corral al colgarlo en los muros de las oficinas del gobierno? ¿Qué está ocurriendo al interior de los organismos públicos descentralizados y las dependencias del poder ejecutivo del estado, en los que cada vez que la nueva administración estatal da comienzo a un proceso licitatorio salen a relucir en los medios de comunicación graves denuncias y señalamientos? ¿Son ciertos los líos, escándalos y enjuagues en los que, invariablemente, cada semana se ve involucrado el gobierno panista? ¿De ser el caso, los funcionarios están actuando a espaldas de su jefe supremo, o tales maniobras cuentan previamente con el conocimiento y la venia de Corral? No lo sabemos.

Y pese a que el dicho advierte que “cuando el río suena es porque agua lleva”, mientras no se cuente con más evidencias que la información “off the record” obtenida por los periodistas, no podemos afirmar categóricamente la veracidad de estas sospechas. Por lo pronto, aún no hemos terminado de conocer todos los detalles del publicitado “despenzaso” del DIF, cuando los sabuesos del periodismo nos revelan el “medicinazo” de pensiones.

Quien anda en plan grande, y verdaderamente encarrilado hacia el 2018, es el exgobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas, actual Director General del ISSSTE y cercano colaborador del Presidente Enrique Peña Nieto. Sí; no obstante que Reyes Baeza figuraba hasta hace unos días como seguro candidato del Partido Revolucionario Institucional a la senaduría por Chihuahua, ahora parece que los astros se le alinean de mejor manera porque ya no es sólo uno sino dos ases los que el deliciense parece traer bajo la manga. Ello, porque desde hace días algunos medios de comunicación locales y nacionales -astutos, avezados y futuristas como son-, han empezado a posicionar al exmandatario chihuahuense también como virtual aspirante del PRI a la candidatura presidencial que estará en juego el año entrante.

Tiene lógica la predicción mediática, pues además de la innegable estatura política y las dotes diplomáticas que caracterizan a Baeza, éste ha transitado por el actual gobierno de la república con la obtención de dos grandes dividendos: por un lado la rendición de buenas cuentas y eficaces resultados administrativos en las encomiendas recibidas, y por otro la proyección nacional de su imagen política. Si a lo anterior se añade el hecho de que Reyes Baeza encabeza al más organizado y fuerte de los grupos políticos priistas participantes en el inminente proceso de sucesión de la dirigencia estatal del PRI en Chihuahua -que se lleva a cabo de cara a los comicios del año próximo-, es fácil concluir, sin duda, que la línea y jugada que Reyes Baeza trae -con la venia de Los Pinos- lo perfila en plan grande.

Otro conocido chihuahuense también decepcionado por el desempeño de Javier Corral al frente del estado es su otrora camarada de causas sociales y políticas, el abogado, activista de izquierda y ex diputado Jaime García Chávez, quien en días recientes calificó de todo menos de bonita a la administración del segundo mandatario de origen panista en la historia de Chihuahua.

En sus declaraciones vertidas a un medio digital el día 10 de marzo de 2017, el político e intelectual oriundo de Camargo fue duro, directo y sin ambages al dar su opinión sobre el controversial gobernador y su gobierno, pues los calificó como “una muestra de ineficiencia, improvisación y quebranto democrático, lamentable para Chihuahua”. Para respaldar sus argumentos respecto al indebido ejercicio del gobierno corralista, García Chávez entró en análisis y detalles, tocando, entre otros temas, la sonada y todavía muy reciente intromisión cometida por Corral en el Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública, cuando ordenó a los consejeros la destitución de Rodolfo Leyva como Presidente de dicho ente autónomo; en torno a este asunto Jaime García Chávez fue de lo general a lo particular, diciendo primero: “Como diputado presenté la iniciativa de Ley para la creación del Ichitaip, y es lamentable ver el bajísimo nivel de los detractores del presidente. Estamos en manos de quienes no tienen la más remota idea de respeto a un órgano constitucional autónomo”, para rematar luego lamentándose del “injerencismo de Javier Corral que deja sentir que una cosa es la Ley y otra una especie de logia ultraderechista que busca apoderarse de las instituciones.

 El Ichitaip se tiene que reorientar. Me da hasta vergüenza ver a esa gente instalada ahí actuando como los sindicatos charros cuando se quieren deshacer de un político en sus ajustes de cuentas”. Sintomático, sin duda, resulta que un personaje de la trayectoria de García Chávez, así como con la cercanía y el conocimiento personal que en otro tiempo lo ligaron a Corral, haga tales referencias sobre éste, pues ante dicha evidencia ya no sólo resulta más que obvia la errática actuación del gobierno en turno, sino también la profunda distancia que hoy separa a ambos políticos, antaño unidos. Incluso, García Chávez revela que hoy en día Corral ya ni lo recibe, pues dice: “Ya va para dos meses que le solicitamos audiencia y, oh decepción, que no se nos concede...”

Feroz, implacable, despiadada, ha sido la actitud vengativa con la que desde octubre de 2016 ha actuado el Poder Ejecutivo del Estado de Chihuahua contra funcionarios, magistrados, dirigentes y demás servidores o empleados públicos de todos los niveles y poderes del estado, en lo que parece ser un irreductible afán por eliminar de la escena pública a quienes el primer mandatario considera que no piensan igual que él o significan un estorbo para el PAN en las futuras elecciones -“Todos los que no están conmigo están contra mí”, parece ser el criterio vengador-. De pesadilla, sin duda, han sido para muchos empleados gubernamentales estos cinco meses y días transcurridos desde que la novel camada de funcionarios encabezada por Corral arribó a los principales puestos del gobierno de Chihuahua. No hay prácticamente ningún rincón de los poderes públicos donde la purga ordenada por el ejecutivo no halla metido su mano vengadora.

Los estridentes casos del TSJ, la ASE y el ICHITAIP, aunados a los cientos de despidos injustificados, arbitrarios y discriminatorios cometidos contra empleados de base con varios años de antigüedad, confirman la magnitud de los daños institucionales y socioeconómicos causados por el nuevo grupo gobernante. Ahora está en el ojo del huracán el sindicato de personal académico del COBACH, que bajo la guía de su líder José Acuña se lanzó al paro laboral en reclamo por la dilación o rechazo de la administración estatal respecto al pago de prestaciones contractuales a sus agremiados. ¿Qué habrá de fondo en esta demora o negativa? ¿El plan es reventar al sindicato? ¿Será acaso Acuña la siguiente víctima de la visceralidad y el odio con los que actúa el gobierno de Corral? 

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