Opinión

La columna

  • Por Cynthia
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela

Miroslava Breach: la gota que derramó el vaso.

El Estado de Chihuahua padece hoy una de las peores crisis de inseguridad y violencia de las que se tenga memoria. Hay un sinfín de versiones y testimonios de los habitantes de los municipios con mayor problema de inseguridad -decenas en la región serrana y occidental-, que revelan el estado de ingobernabilidad y falta de control que, a plena luz del día o de noche, existe en esa gran parte del territorio estatal. La lamentable y perversa ejecución de la periodista Miroslava Breach, ocurrida en la capital del estado durante las primeras horas del día 23 de Marzo de 2017 vino a significar una fuerte llamada de atención para el gobernador Javier Corral, en cuya administración se ha presentado, entre otras cosas, un aumento exponencial en los índices de inseguridad y delitos de alto impacto, que en Chihuahua no se veía desde hace varios años. Es urgente que el gobierno estatal, empezando por el mismo titular del Poder Ejecutivo, adquiera seriamente verdadera conciencia del cada día más alarmante estado de peligro en el que desde hace varios meses nos hallamos los habitantes del estado.

Dos meses atrás, el diputado federal del PRI, Alejandro Domínguez, preocupado por la conflictividad delincuencial que nos azota se entrevistó con Corral y le solicitó por escrito que en modo urgente convocara e instalara el Consejo Estatal de Seguridad Pública, ante lo cual el mandatario no dio respuesta ni ejerció la acción pedida –tal como en su momento lo dieron a conocer los medios de comunicación-. Luego de un mes de omisión y silencio en torno al caso, la Cámara de Diputados envió al gobernador de Chihuahua una especie de exhorto, a fin de que a la brevedad y sin más dilación efectuara la instalación de dicho cuerpo colegiado interdisciplinario, cuya responsabilidad es dirigir y operar la política de seguridad pública en el estado. El exhorto formal hecho a Corral por todos los diputados federales del país corrió la misma suerte que la petición inicial formulada por el diputado Domínguez, pues el gobernador sólo se dio por enterado, sin disponerse a integrar el referido órgano de estado. A esas alturas la frivolidad y negligencia evidentes en Chihuahua llamaron la atención del Senado de la República, cuya decisión también fue enviar a Corral una recomendación exhortativa para que de una vez por todas, en atención a su alta responsabilidad frente al pueblo de Chihuahua, estableciera el citado ente estatal de seguridad. Aún así, tuvieron que pasar algunos días o semanas más, hasta que por fin, en recientes fechas, Corral instaló el anhelado Consejo de Seguridad del Estado. De todo este actuar amodorrado y negligente, que el gobierno chihuahuense mostró con displicencia ante las instancias de la Cámara de Diputados y el Senado, también hay evidencias periodísticas.

La situación en el estado de Chihuahua es realmente grave. Derechos fundamentales como la vida, la integridad personal, la salud, la propiedad, la libertad de expresión y el libre tránsito hoy se encuentran conculcados. Javier Corral, Gustavo Madero, César Jáuregui, Augusto Peniche y los demás altos funcionarios del actual gobierno tienen el deber de tomar con absoluta seriedad su papel público frente a la sociedad, y aplicar medidas efectivas ante el desbordamiento delictivo que en los recientes meses se ha venido adueñado paulatinamente del Estado. Más allá de las imágenes personales de los noveles funcionarios panistas, los principales bienes jurídicos y sociales que están en juego son la vida, la tranquilidad y el patrimonio de los millones de chihuahuenses que desde hace casi medio año hemos sido gobernados por ellos.

Precisamente, el día de la muerte de Miroslava  Breach, varios medios locales de Chihuahua amanecieron reproduciendo la nota y fotografías que en esa misma fecha publicó el periódico El Universal, bajo la firma del periodista Jorge Ramos. Tal reporte, titulado “Pega a Chihuahua crimen, mientras Corral juega golf”, refiere que durante el fin de semana inmediato anterior –el puente por el natalicio de Benito Juárez-, Corral estuvo jugando golf en Mazatlán con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, cuando además de otros crímenes cometidos en varias ciudades de Chihuahua, grupos delictivos rivales protagonizaron en Cuauhtémoc, ante la ausencia policiaca, una descomunal batalla campal que luego de tres horas de balacera dejó como saldo varios muertos, así como el abandono de algunos vehículos blindados.

Asimismo, el párrafo adicional al encabezado, y el pie de fotografía de la nota de Ramos, de manera textual respectivamente relatan: “Gobernador llegó a Mazatlán en avión privado; el fin de semana la violencia dejó 14 muertos en el estado”. “El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, y su familia disfrutaron del fin de semana largo para tomar un descanso junto al mar.” Cid Marina de Mazatlán, se llama el sitio turístico y recreativo al que acudió Corral para gozar durante el “puente”, de un viaje de placer que según el reportaje de Ramos fue del 17 al 21 de marzo.

En su exclusiva nota periodística Jorge Ramos también señala que un empresario facilitó el avión privado en el que Corral hizo su viaje de descanso. Además, el periodista de El Universal cita las declaraciones que Javier Corral le hizo respecto al caso, diciéndole: “Tengo mi propia casa en Mazatlán”La pasé con mi familia, en mi casa, jugué golf con el gobernador Quirino Ordaz y punto. Y todos mis gastos son personales y yo los pago y lo hago desde hace mucho tiempo en Mazatlán”. Asimismo, Ramos revela que ante la pregunta planteada a Corral Jurado sobre la frecuencia en el uso de aviones privados, este respondió: “nada más en esta ocasión. Regularmente vuelo en avión comercial, ¿pero cuál es el problema?”

¿Que cuál es el problema?. El problema es que mientras la violencia, la impunidad, el desgobierno y el caos se enseñorean del Estado de Chihuahua, éste se está desangrando. El estado no puede ser gobernado por un mandatario que sólo esté dispuesto a laborar en un horario burocrático comprendido de lunes a viernes porque los fines de semana y los días festivos tiene prioridades ajenas al servicio público. La grandeza de Chihuahua, la dignidad de los chihuahuenses y la difícil coyuntura actual exigen la presencia de un verdadero político, con visión de estado,  dispuesto a gobernar de tiempo completo a sus conciudadanos. El delicado desorden que ha debilitado a las instituciones y a la seguridad en Chihuahua no se extingue los viernes por la tarde para renacer los lunes por la mañana. En el presente contexto que vive Chihuahua, los viajes de placer de Corral constituyen una imprudencia y desatino garrafales. Descuidando el trabajo los sábados, domingos y días feriados para viajar a su casa de descanso y jugar golf junto a la playa, jamás podrá Corral recuperar el orden y la tranquilidad que los chihuahuenses demandamos. La indolencia ante los problemas colectivos y la frivolidad en el ejercicio del gobierno ofenden a la ciudadanía.

En las fracciones V y X, de su artículo 93, la Constitución Política del Estado de Chihuahua, que Javier Corral protestó cumplir cuando asumió el cargo de gobernador, se establecen como obligaciones de este, respectivamente: “Velar por la conservación del orden, tranquilidad y seguridad del Estado y por la personal de sus habitantes, protegiéndolos en el uso de sus derechos”; y “Organizar conforme a la ley las fuerzas de seguridad pública del Estado, mandarlas en jefe y nombrar y ascender a sus jefes y Oficiales”.

El mismo día de su ocurrencia, el asesinato de Miroslava Breach Velducea provocó diversas reacciones de ira, consternación y pesar en la sociedad chihuahuense y en el gremio periodístico. La tarde del 23 de marzo un grupo de reporteros y periodistas se manifestó en la Sesión del Congreso del Estado, para exigir “no más sangre” hacia el gremio. Algunos legisladores reaccionaron al crimen contra Miroslava. Marisela Torres dijo: “estamos cansados de batallar, de guerra en Chihuahua; cansados de encontrar periodistas asesinados, y personas que asesinan diariamente; exigimos el pronto esclarecimiento de esta ejecución”; Pedro Torres expresó que sumaría su voz a los millones de gritos para exigir justicia; Alejandro Gloria González, diputado del Partido Verde, refirió que quienes aspiren a un cargo en el gobierno deben saber a qué se enfrentan.

También varios de los amigos de Miroslava Breach, expresaron en facebook sus condolencias por la muerte de la periodista. El escritor Alfredo Espinoza dijo: “Miroslava Breach ha sido asesinada. Una gran periodista, una gran persona y amiga... Exigimos que Corral dé con los responsables ejecutores e intelectuales de este artero crimen. Un crimen como este atenta contra la libertad de expresión. Cuando un periodista muere, mueren las palabras libres y valerosas...”

César Luis Ibarra Fierro, colega de Miroslava, expresó: “Me entero con gran dolor del asesinato de Miroslava Breach, "La Miros", periodista aguerrida, amiga de pocos, conocida de muchos, yo tengo el honor de decir que me contaba entre sus amigos, estoy al borde de las lágrimas, por el dolor que me causa ver a una compañera asesinada. Me asusta ver que en Chihuahua volvemos a la inseguridad absoluta, a que la guerra del narco toque todas las puertas, y que personas buenas, que solo hacen su trabajo sean víctimas de esa ola de violencia... A las autoridades decirles que estos son tiempos de dar resultados... A los compañeros del gremio, es tiempo de pedir justicia”.

Óscar Villalobos Chávez, ex diputado federal y ex presidente del CDE del PRI, manifestó: “Miroslava Breach... una periodista profesional, ética, seria, respetable y respetada; nuestras oraciones por ella, por su hijos y familia. Hacemos un llamado a todos los chihuahuenses para que... todos, según nuestro alcance y responsabilidades, acabemos con la violencia y sus causas. Descanse en paz Miroslava...”

La paciencia de los chihuahuenses ante la extrema violencia que hoy vive el Estado ha terminado, el homicidio de Miroslava Breach ha sido la gota que derramó el vaso.

 

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