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Macro y Le Pen se disputarán la segunda vuelta para presidente de Francia

Francia.- El líder del movimiento En marche!, Emmanuel Macron, y la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, han confirmado las previsiones y han obtenido los dos primeros puestos en las elecciones...
  • Por Ely
Macro y Le Pen se disputarán la segunda vuelta para presidente de Francia

Francia.- El líder del movimiento En marche!, Emmanuel Macron, y la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, han confirmado las previsiones y han obtenido los dos primeros puestos en las elecciones presidenciales francesas, lo que les da acceso a una anómala segunda vuelta en la que no estarán ninguna de las dos grandes familias políticas.

Por su parte, el candidato de Los Republicanos, el conservador François Fillon, ha quedado en tercer lugar, mientras que en cuarta posición ha figurado el izquierdista Jean-Luc Mélenchon. El descalabro mayor ha sido para los socialistas franceses, liderados por Benoît Hamon, que ha reconocido el fracaso electoral y ha sido el primero de los candidatos en pedir el voto para Macron en la segunda vuelta. También Fillon ha anunciado su apoyo para el candidato socioliberal: "No hay otra opción, votar contra la extrema derecha".

Más batallador, el líder de La Francia Insumisa, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, ha admitido que el resultado augurado por las proyecciones de voto "no era el que esperaba", y ha apuntado que someterá a consulta entre su militancia su posicionamiento de cara a la segunda vuelta.

Macron vs Le Pen

Tras lograr la proeza de pasar en un año de ser un ministro de Economía poco conocido al candidato más votado en las elecciones, Macron pretende ahora convertirse, a los 39 años, en el jefe de Estado más joven de la V República.

Pese a que sus detractores se empeñan en pintarle como el heredero del impopular presidente François Hollande, lo cierto es que Macron ha tocado una tecla en el electorado francés. Su imagen fresca y su propuesta de ruptura para "desbloquear" los anquilosados cimientos de la sociedad gala han calado sobre todo entre el electorado con mayor nivel educativo y en las ciudades. "En un año hemos cambiado la cara de la política francesa", ha dicho, eufórico, ante sus partidarios en el Palacio de Congresos de la Puerta de Versalles de París. A la cabeza del movimiento En Marcha, creado a su imagen y semejanza —lleva hasta las iniciales de su nombre—, el socioliberal enarbola un discurso que trasciende las barricadas ideológicas con el que pretende aglutinar a sus compatriotas.

Con el mismo afán antisistema, Le Pen alcanzó, con mayor sufrimiento del que parecía hasta hace solo un mes, la segunda vuelta, la misma frontera a la que su padre Jean-Marie llevó las ideas ultraderechistas del Frente Nacional (FN) en 2002. En Hénin-Beaumont, ciudad del deprimido norte del país que ha convertido en su feudo electoral, Le Pen ha lanzado un discurso patriótico y populista: "Hemos superado la primera etapa que llevará a los franceses al Elíseo".

En su alocución ante un millar de seguidores, Le Pen no ha desaprovechado ni un momento para cargar contra Macron, y se ha felicitado de enfrentarse al exministro —que trabajó en el pasado como banquero de finanzas— en la segunda vuelta para escenificar "el gran desafío de estas elecciones: la globalización salvaje".

Horizonte complejo

El pase a la segunda vuelta de Macron y Le Pen deja fuera de juego a las dos familias políticas que tradicionalmente se han repartido el poder en estos últimos años: Partido Socialista y Los Republicanos —antes Unión por un Movimiento Popular (UMP)—.

Una hipotética victoria de Le Pen preocupa tanto dentro como fuera de Francia, en la medida en que sería la primera dirigente ultraderechista jefa de Estado en la UE y, además, lo sería de uno de los seis países fundadores. Su mensaje populista y antieuropeo le ha permitido reeditar el éxito logrado por su padre en 2002.

La líder del Frente Nacional ha llamado a todos los "patriotas" a votar por ella en la segunda vuelta, una "oportunidad histórica" a la que se presenta como "candidata del pueblo" y confiada de poder derrotar al "heredero" de Hollande.

Macron, por su parte, llega a la segunda vuelta a una edad insólita (39 años) y sin haber ocupado nunca un cargo electo. Su mensaje centrista ha convencido a seguidores moderados de uno y otro lado del espectro político, pero tiene entre sus principales lastres formar parte de un movimiento sin representación parlamentaria.

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