La Fuente

*Se va Memo Sierra del IEE *Es mi facultad y punto *Se alza Álvarez Lonches *Eugenio Baeza en el Machu Pichu

  • Por José Oswaldo
*Se va Memo Sierra del IEE *Es mi facultad y punto *Se alza Álvarez Lonches *Eugenio Baeza en el Machu Pichu

BIEN decía Mario Tarangone que nada más hay un error y, que, todo lo demás, es solo consecuencia. Así puede coronarse el episodio del auditor superior del estado, que empezó con un error del IEE y concluyó con el cuartelazo a Miguel Latorre. Si fue un descuido o un acto intencionado, solo Memo Sierra, el secretario del Ople, sólo él sabe, pero, quien sabe si le crean. Su falla tuvo en la mayor tensión que se ha vivido en el estado, tal vez desde que asumió El Paisa en la casa de cantera. Empero, haiga sido como haiga sido, es un error grave, que, a su vez, debe arrojar cambios en el instituto estatal electoral. Ha mantenido a la cabeza de la institución, Arturo Meraz, hundido en el hoyo, desde que fue detectado por el equipo de Corral. Los que saben, dicen que Memo Sierra ya tiene su maletín y su computadora personal en la puerta de salida. Otros, dicen que Meraz es el que sigue en la lista negra de palacio, con orden o sin orden, y si no, pues se la inventan, que algún clip ha de haber echado a perder desde que es presidente del organismo.

ES mi facultad y punto: así resolvió Fernando Álvarez Lonches, La Metralleta, el tema del cuartelazo a Miguel Latorre por Jesús Villareal. La verdad de las cosas, deja mucho qué desear que así haya razonado y justificado el cambio. Bueno, es que, también, hay que considerar que Fernando I solo hizo caso de lo que le ordenaron en palacio. Por supuesto, no iba a efectuar una votación entre los diputados locales para elegir al sustituto de Miguel. Es seguro que no la hubiera ganado y, por eso, recurrió a la facultad última, más allá de la democracia y las buenas costumbres -porque hasta en el PRI votan los legisladores para elegir a su líder- para imponer la sacrosanta voluntad de El Paisa. Ahora, deberán hacer mucho cabildeo para que pasen las iniciativas de la casa de cantera y del propio Álvarez Lonches. Su estilo de hacer política, se parece más al de los setentas y al de la intolerancia política, que al estilo de la época actual. Pero, como dijo un político: lo que en ellos es borrachera, en nosotros es degustación.

EL empresario Eugenio Baeza, El Shá, como le dicen en el gremio ganadero, mejor se fue a las montañas del Machu Picche, en el Perú. Quien sabe cómo le haya ido en su visita a palacio con El Paisa, pero, por ahora, mientras son peras o son manzanas, se fue con sus compas. Algunos de sus compañeros de viaje son Federico y Fernando Mares, de alsúper, así como su compadre, Genaro Torres, empresario gasolinero, por cierto, y Javier Web, ganadero. Eugenio, según se sabe, fue metido al baile por el tema del fideicomiso del centro, en donde funciona a medias la Plaza del Mariachi. Durante semanas, o meses, fue a palacio para hablar con Corral, pero, con frecuencia, le bateaban, allá en la casa de cantera. Al parecer, aunque no ha sido confirmado, en los últimos días, habló con el titular del poder ejecutivo en el estado, por fin. No se supo nada más del tema, hasta ahora, en que se le vio con los incas, en las majestuosas ruinas del Machu Pichu, cuna de historia y leyendas del Perú.

EL Peny Chón tiene pendiente publicar los lineamientos de los famosos Criterios de Oportunidad contemplados en el código nacional de procedimientos penales. O, en términos simples, llanos, debe señalar, qué le darán, qué les dará, y de qué manera, los Testigos Protegidos de El Duartazo. Porque el código nacional no deja discrecionalmente el tema, sino que obliga a los fiscales estatales a expedir lineamientos generales sobre los criterios de oportunidad. Estos, se hallan inscritos en el Capítulo IV, denominado Formas de Terminación de la Investigación. Son normados por los artículos 256 y 257 del código adjetivo mencionado. Los criterios de oportunidad extinguen el ejercicio de la acción penal en beneficio de quien recibe su aplicación. El primer requisito de ley consiste en aplicar estos criterios, cuando se haya reparado o garantizado los daños causados a la víctima o el ofendido. Para el caso Chihuahua, aplica la fracción V del numeral 256, que indica que pueden beneficiar cuando el imputado aporte información esencial y eficaz para la persecución -ojo, Tepes- de un delito más grave del que se le imputa, y se comprometa -más ojo, Tepes- a comparecer en juicio. El antepenúltimo párrafo, subraya: “El Ministerio Público aplicará los criterios de oportunidad sobre la base de razones objetivas y sin discriminación, valorando las circunstancias especiales en cada caso, de conformidad con lo dispuesto en el presente código, así como en los criterios generales que al efecto emita el procurador o su equivalente (o sea, el fiscal)”. La pregunta que cabe, es: ¿Ya hizo El Peny Chón la publicación de esos criterios generales para poder aplicar localmente los Criterios de Oportunidad?

EL fotógrafo personal del gobernador, Alejandro Alanís, mejor conocido como El Micrordomo, tiene demandas en face por incumplimiento de su trabajo. Por decoro, y eso que La Fuente goza del lenguaje carretonero, de los buenos tiempos, no se reproducen las citas textuales al respecto. En su supuesta agencia, llamada Oranssi Fotografía, El Micrordomo ha recibido insultantes textos por no entregar material en cobertura de eventos como bodas, quinceaños y más, después de haber cobrado los indispensables adelantos. El tema es que sus irritados clientes -y es ése el verdadero tema, no otro- se mudaron al espacio de Corral, en el face, para efectuar los correspondientes reclamos. Cansados de esperar, decidieron exponer la queja ante el patrón, a ver si éste hace algo para pedirle a su subordinado y micrordomo, que cumpla los contratos de trabajo. Es decir, que ya se baje del avión y de los helicópteros oficiales, para poner los pies en la tierra y responder a los sufridos clientes. Hay que ver si el protegido de El Menordomo, Panchito Muñoz, porque es su pupilo, hechura suya hasta en el peinado, hace algo para detener la avalancha de quejas e impedir que el perjuicio se mude a la imagen del titular.