*Pedirá PRD cabeza de Blanquita *El 222 de Aeroméxico, un calvario *Corrupción en sagarpa *Clava morena a Sierra

BUENO, bueno, pues, la junta de coordinación política, decidió ponerle un alto a Blanquita Gámez. Le dijeron que se ponga las pilas y se conecte con los miembros de la Jucopo. O, de plano, como se lo advirtió Cristal Tovar, la diputada del PRD, ejercerán mecanismos para desbancarla. Es que, con ocho votos contra uno, en la junta de coordinación política, se acordó notificarle a El Oso, que se volvió borrego y, ahora, chivo en cristalería, por aquello del amparo, que ya no es el auditor. Que su interinato o cargo provisional, o encargado del despacho, concluyó el día en que mal o bien fue electo Nacho Rodríguez. Pero, Blanquita, salió con la trastada de que el tribunal colegiado se excedió en sus facultades al efectuar ese mismo señalamiento. O dicho en otras palabras, cuando pierdo, pues arrebato, pero el congreso se conduce a través de ese órgano colegiado interpartidista. Obviamente, El Jéchu, coordinador del PAN, sustituto de La Torre, y Acosta, el de Servicios Legislativos, apoyaron la idea de que El Oso, borrego o chivo, se quede. Le andan viendo protuberancias a las víboras, porque bien saben que la renuncia de Nachito nada tiene que ver con la extinción del cargo de Valenzuela, pero, en fin.

EN todo un calvario se convirtió ayer el vuelo 222 de aeroméxico, que salió de la ciudad de México con destino a Chihuahua. Como en el terrorífico video de airlines, los chihuahuenses vieron cómo les despojaban de sus lugares. Estaba programado el vuelo para salir a las 15:25, hora chilanga, pero, una hora antes, empezaron los problemas. Al pedir el boleto de abordaje y documentar equipaje, los trabajadores de aeroméxico hicieron saber, al menos a seis pasajeros, que sus asientos habían sido asignados a otros pasajeros. El motivo, señalaron, con la simpleza acostumbrada, era que habían sobrevendido boletos. En el área de equipajes, en la terminal 2 del aeropuerto internacional de la ciudad de México, todo se volvió un caos. Los gritos y las protestas no se dejaron esperar y todos los pasajeros empezaron a pensar que serían los siguientes. Por ahí andaba Eliseo Compeán, alcalde de Delicias, la esposa de Pepe Luévano, que es funcionaria del C-4 y otros distinguidos chihuahuenses. En serio, es insoportable ya la forma en que se conduce la aerolínea de Chacho Barraza, pues ni siquiera porque le dieron 200 mil votos los chihuahuenses, gira instrucciones para que les traten bien.

LA historia detrás de los medios es distinta y profunda, salpicada de corrupción y sustracción de recursos públicos. Por eso no vino Pepe Calzada Rovirosa, el secretario de Agricultura, a inaugurar la Expo Agro, evento glorioso de otros años. Es que, los agricultores independientes, como El Barzón, por ejemplo, hicieron saber que necesitaban hablar con el secretario. Sin embargo, de México, les dijeron que no habría lugar para el diálogo o, de plano, suspenderían la visita. El Barzón tenía sus razones y les hizo saber que, de negarles un espacio, lo abrirían por la fuerza. Entonces, a los pocos minutos, les informaron que no estaría Calzada en el evento y que, a cambio, asistiría el subsecretario, Jorge Narváez. El tema aquí es lo que no quería hablar Pepe Calzada y que le hizo modificar drásticamente su agenda. Es que, hay una denuncia, por el descarado desvío de mil millones de pesos, al año, en los apoyos para la siembra del maíz. Funcionarios de Aserca y de Sagarpa, en complicidad con agricultores y funcionarios de instituciones de crédito, intervienen la larga y costosa cadena para obtener esos apoyos y desviarlos a sus bolsillos. En el estado de Chihuahua, se destinan más de dos mil millones de pesos como créditos de avío, pero la mitad no llega a su destino, porque se tropieza en las arcas oficiales. Por eso no quiso venir el titular de Sagarpa, porque los agricultores le exigirían tocar el tema y ver el cauce que se le ha dado a su denuncia, pero no hubo tal.

TAL vez pasó un poco desapercibido, pero los diputados de Morena pidieron la inhabilitación de Memo Sierra. Formalmente, exigen que se le inhabilite para ocupar cargos públicos hasta por diez años, al secretario ejecutivo del IEE. El argumento es bastante razonable: más allá de la pifia de Memo, el hecho cuestionó públicamente la imparcialidad de los legisladores. El apócrifo documento hizo que eligieran a un funcionario inelegible en la torre legislativa. Toda la razón del mundo tienen los diputados de morena, Leticia Ortega y Pedro Torres, pues fueron involuntariamente arrastrados por la corriente política. El error fundamental, básico, es que el instituto estatal electoral expidió un documento oficial equivocado, mentiroso, haya sido intencionalmente o no. El otro tema es que quieran chuparse el dedo y le carguen todo el muertito al secretario ejecutivo, que, entre paréntesis, ya se ha visto, no es nada dejado. Es obvio que si actuó de motu propio, acepte el sacrificio, pero, si no fue así, y solamente obedeció órdenes, en muy poco tiempo lo sabrá la opinión pública.

LA secretaria del Trabajo, Ana Herrera, se aventó un tour por cada piso de la torre legislativa. Sin cita ni tocar las puertas, ni barandas, la funcionaria estatal se metía a las oficinas de los diputados. La razón, cabildear con los legisladores en contra de Ever Quezada, el del Partido Verde. Este diputado presentó, hace unos días, una iniciativa que contempla crear una bolsa de trabajo para los jóvenes. Ese hecho, que fue puesto en conocimiento de Anita Herrera, sirvió para que la secretaria se fuera al congreso, de inmediato. A cada diputado le decía que ya existe una bolsa de trabajo juvenil. Además, Ana no iba sola, sino acompañada por su séquito, de la dependencia que dirige. Le asistía la directora del servicio nacional de empleo y la responsable de comunicación social. ¿Que no tendrá cosas más importantes qué hacer? se preguntaban los legisladores y sus asistentes, después de escuchar a la influyente secretaria. Por ejemplo, dijeron, preparar la transición de las juntas de conciliación al poder judicial y capacitar a los funcionarios de éstas, para que no lleguen en ceros.