La Fuente

*Casa de gobierno, convertida en búnker de espionaje *La dirige Lázaro Gaytán *Maquillan camiones como si fueran nuevos *Chamaquean a Joel Gallegos

  • Por José Oswaldo
*Casa de gobierno, convertida en búnker de espionaje *La dirige Lázaro Gaytán *Maquillan camiones como si fueran nuevos *Chamaquean a Joel Gallegos

SE les caerá de vergüenza la cara por haber sido chamaqueados, pero es cierto, verdad de dios. El Paisa, su secretario general y Joel Gallegos, el director de transporte, hicieron el ridículo. Los empresarios camioneros, la verdad de las cosas, les dan una pura y dos con sal en materia de grilla. Así que, no les fue difícil, darles gato por liebre, con los ocho camiones que fueron presentados hace unos días en la Plaza Mayor. Los concesionarios, al grito de aumento al pasaje, prometieron renovar 300 unidades de transporte. Así que, empezaron por mostrarle al gobierno y a la ciudadanía, los primeros ocho. Sin embargo, al menos dos de esos ocho camiones, son más viejos que la calle Aldama. Fueron reconstruídos, remodelados, parchados y repintados, para hacerlos ver como nuevos. La Fuente sospecha que no fueron dos, sino más, incluso todos, los que fueron truqueados para conseguir el aumento en las tarifas. Aquí hay que averiguar si Joel Gallegos sabía esto, si César Jáuregui Robles lo sabía y, de pasada, si el propio titular estaba enterado. Una cosa u otra -saberlo o no- es realmente grave para un gobierno que intenta poner orden en el transporte y es chamaqueado como alumno de kínder.

EL Paisa se llevó malos comentarios del respetable el miércoles, día de las madres, en un restaurante local. Es que, una fila como de 50 personas, al filo de las tres de la tarde, llevó las de perder frente al mandatario. Todos esperaban mesa en Los Arbolitos de Cajeme, que ya tiene rato pegando con tubo en la ciudad. Empero, al arribo de Corral, con todo y su séquito, los mandaron a freír espárragos y les negaron el servicio. Iba muy entrón todo el mayorazgo del titular, emparejado con el súper escolta, listos para hincarle el diente a los camarones con tocino y para destapar las bebidas espirituosas. El Menordomo, Panchito Muñoz, fotógrafo con licencia para cargar maletines y folders, El Micrordomo Alanís, que ya fue y entregó el paquete de fotografías que había cobrado sin cumplir, y El Macrordomo, Pepe Luévano, a quien se le recuerda por haber hecho su tarea de infiltrado en el Comité Directivo Estatal del PAN. Total que la gente se quedó sin comer, al menos ahí, en Los Arbolitos de Cajeme, porque llegó el mandatario y hubieron de disponer todo el personal a su servicio.

EL activista Jaime García Chávez, amigo de incontables batallas de El Paisa, le pidió, así de simple y llano, sustituir a El Capi Escamilla. Por alguien más profesional, que atienda verdaderamente la seguridad, y no comprometa la imagen de su jefe. Esta última frase (la de la imagen ante la sociedad) no revela a un enemigo de Corral, ni siquiera a un crítico, sino a un verdadero amigo, que desea ayudar al gobernante. Incluso, García Chávez dice haber sido, también, a la par que un grupo de periodistas, víctima de El Capitán Escamilla. Que un dedo fracturado en el campo algodonero, en Ciudad Juárez, se lo recuerda, a cada día. En 2003, para engrosar el anecdotario, Escamilla privó de la libertad a una joven reportera, por tomar demasiadas fotografías al entonces Gobernador, Patricio Martínez García. A juicio del mandatario, y del propio jefe de seguridad, era muy raro que le tomaran tantas fotos en un evento celebrado en el Salón Rojo de palacio. La encerró en un cuarto y la obligó a borrar todas las imágenes captadas en ese momento. Después, la acusó de colaborar para gobernación federal, en calidad de espía. No digan que eso no se dijo en su momento, porque no quedó nada por escribir. Eran los días en que Corral enfrentaría en el proceso electoral, por la gubernatura, a Reyes Baeza. El momento aquel en que diría, sobre Patricio Martínez, que “ese cabrón tiene la cabeza tan dura, que ni las balas le entran”. A los pocos minutos, después de recorrer los pasillos de palacio, el ahora gobernador pediría al medio el favor de bajar la nota para evitarse problemas con un encolerizado mandatario.

En la feria de Santa Rita fuimos de guatemala a guatepior, o como luego se dice, estábamos mejor, cuando estábamos peor. Y es que, acaba de saberse, El Sobrino Cómodo giró dos instrucciones non gratas para nadie. La primera, que se vendan los lugares de adelante en el teatro del pueblo. Ya los antros, cantinas, bares y empresarios del ramo, han sido avisados que si quieren sillas frente al grupo, habrá que apoquinar una lana. Eso nunca se había visto en alguna edición de la Feria Santa Rita, es más, no lo había visto ni Obama. La otra es que solo darán gafete a los reporteros de medios que garanticen una página diaria con publicaciones de la feria. Eso es lo que se sabe, porque existen otros datos, curiosos y ambiciosos, como nunca, que han sorprendido a propios y extraños. Por lo pronto, estos dos ya fueron hechos públicos por los organizadores del evento. Ni en su peor momento, Milic, Raúl Yáñez, o cualquier otro manejados de la feria, hizo, en serio, semejante barbaridad. Ya no será teatro del pueblo, sino teatro al aire libre, con reservados, boletos de primera fila y hasta servicio de bar.

APENAS ayer comentaba La Fuente sobre el regreso de Lázaro Gaytán a Chihuahua, cuando nos llegó un nuevo tip. Refiere que, en realidad, Lázaro no requiere nueva chamba, sino que ya la tiene, y de las buenas. El ex director de la policía municipal, recién salidito del Sistema Nacional de Seguridad Pública, trabaja en un proyecto de seguridad de El Paisa. Gaytán encabeza una especie de cisencito, como aquel que tenía Patricio Martínez en su sexenio. Desde ahí, cuelgan a medio mundo y le siguen los pasos a los que integran la lista de encarcelables por El Duartazo. El tema es que el lugar donde operan es la casa de gobierno de la avenida Zarco, residencia del mandatario en la administración anterior. Como que en las últimas semanas desapareció la urgencia de vender la finca. Incluso, el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez le subió el valor en 200 mil lucas de golpe y porrazo, algo así como para espantar a los posibles compradores. Es obvio que Lázaro no está bajo las órdenes de El Peny Chón, ni de El Maclovich, sino de alguien más arriba, a quien le reporta su trabajo. De ese cisencito, dicen los que saben, ha salido mucha info de los que son perseguidos por la fiscalía general del estado.