La Fuente

*Lucha Castro es inelegible para la judicatura *Pinedo debe salir *El Profesor X de La Salle

  • Por José Oswaldo
*Lucha Castro es inelegible para la judicatura *Pinedo debe salir *El Profesor X de La Salle

EL flamígero cedazo que apuntó a Lucha Castro para designarla como consejera de la judicatura estatal por parte del poder ejecutivo, trae enchilados a barras y colegios de abogados. Fue ése el tema que saturó la mañana de este viernes a las barras y colegios y también de las cantinas de la ciudad. Los abogados no se explican cómo es que alguien que rapaba a los abogados y a los actuarios, representantes del poder judicial, vaya ahora a evaluarlos. Alguien que no ha respetado las leyes, que ha promovido su violación, y que se ha distinguido por romper el estado de derecho, ahora vaya a defender el estatus. En estos meses, se vio a una Lucha Castro de perfil bajo, con la clara intención de no hacer ruido, a la espera del dedazo de Corral para hacerla consejera de la judicatura local. Dejó de protestar en la calle por los asesinatos de mujeres, abandonó la lucha de los deudores de la banca y sus desalojos, olvidó las protestas por la inseguridad, todo, diría López Obrador, por la enfermedad del hueso, que, ahora se mira, diáfanamente, era su malestar, porque, con los 200 mil pesos que pagan al mes por ese cargo, se acabaron todas las injusticias y todos los abusos y excesos del pasado. Por lo pronto, hay que ver cómo le hará Lucha para salvar el escollo de la edad, pues según la constitución local es inelegible. De acuerdo con el artículo 104, un candidato a ser miembro de la judicatura estatal no debe rebasar los 65 años de edad. Ella cumplió esa edad el pasado 29 de febrero de este año y, por tanto, no cubre los requisitos constitucionales. Pero ya se sabe cómo se las gasta El Paisa, así que no mirará que el caso es casi idéntico al de Nachito, pero considerará, seguramente, argumentos antijurídicos para justificar el nombramiento.

SI El Paisa, en verdad, quiere cambiar su pésima relación con los medios y con los reporteros, debe dar una señal real. Lo primero que debe hacer es cambiar al pendejo de Antonio Pinedo, que sostiene contra viento y marea en la coordinación de comunicación social. Pinedito es un engendro del mal que, al sentir los latidos de su amo y el aliento mediofóbico, posesionado y enajenado por esas ideas, ataca sin ton ni son. Ya se le olvidó cuando andaba de muerto de hambre con su revistita, que por cierto nadie leía, de horrible formato y débil contenido, que él solo hacía. Si Corral gira este tipo de instrucciones a su subalterno, es obvio que permanecerá en el cargo. Si, por el contrario, es su coordinador el que asume comisiones no pedidas, podría haber una esperanza de cambio. No cambiarán las cosas con desayunitos antipáticos, de los cuales la asistencia en un 80 por ciento corresponde a sus voceros. Para reflexionar queda el mensaje que el estulto, inepto y amenazante, estúpido coordinador de comunicación social vertió en ese desayuno: “es más valioso un periodista vivo que haga el trabajo que se pueda a un periodista valiente muerto”. ¿Son estrategias de terrorismo para atemorizar todavía más el gremio o, de plano, es el reconocimiento a la incapacidad de un gobierno para contener el crimen?

EN La Salle se gesta un movimiento estudiantil y de padres de familia, y aún en las altas esferas de la institución. Es que, ya, en serio, todos, no aguantan al famoso Profesor X. Se trata de un mentor que únicamente se presentó dos clases en todo el semestre a su cátedra de ética en la escuela de Derecho de La Salle. Los padres de familia exigen la devolución de su dinero, pues las colegiaturas ascienden hasta los 8 mil pesos mensuales. Los alumnos reclaman la enseñanza y el conocimiento perdido. Y los mismos maestros y directivos de la institución, el prestigio de la universidad. El Profesor X, dicen, lleva por apellidos Flores Carrete y, según se sabe, labora en una institución pública. La ética debería expandirse no solo a cuadros y libros, sino también a todos los ámbitos del desempeño. Más, cuando son alumnos los receptores de la conducta de un catedrático.

EL bigotón José Luis Armendáriz, presidente de la CEDH, hizo un señalamiento público sobre la preocupante situación que vive hoy el periodismo. Y exhortó a las autoridades a revisar las denuncias y los hechos expuestos ante la opinión pública. El horno no está para bollos porque las cosas se radicalizan más de manera innecesaria. Desde el púlpito del poder, las agresiones se vuelven constantes y los ataques se repiten día tras día. Hoy mismo, este viernes, en palacio convocaron a los medios para atacar a los medios. Por eso, Armendáriz, hizo un exhorto para dialogar y consensar políticas públicas que sean incluyentes y no excluyan a los perjudicados. El presidente de la comisión estatal de derechos humanos ha sabido ser conciliador y, preferentemente, media, como su función amerita, para resolver problemáticas actuales. Sin embargo, eso no obsta, para que, en está ocasión, efectúe un señalamiento firme sobre la avalancha que se cierne sobre la cabeza de los periodistas.

ESTE viernes se llevó a cabo la audiencia constitucional del juicio de amparo promovido por el ex alcalde Javier Garfio. Fue desahogada en el juzgado tercero de distrito que dirige Alfredo Luévano. Así que, en unos cuantos días, el juzgador habrá de resolver la petición de garantías. La esperanza, es que se modifique la medida cautelar de prisión preventiva por la libertad condicional de Garfio. Es probable, por ser el peculado un delito no grave, que el juzgador pudiera otorgar el amparo al ex edil. Sin embargo, basta con interponer el recurso de revisión, por parte de Maclovich Murillo Herrera, es decir, el consejero jurídico del estado, para que se mantenga el tema otros meses sin cambio alguno. Sin embargo, una cosa es la chicanada y, otra, muy distinta, la resolución del fondo del amparo. Como fuere, se sabrá si el juez de la causa actuó o no por consigna, aunque, bueno, ya se sabe, pero podría acreditarse, según el análisis que efectúe en su resolución el juzgador de amparo.