Opinión

La columna

  • Por Cynthia
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela 

El PRI: hace buenos los pronósticos y triunfa en el Estado de México.

Corral: ¿quiere juntarse con la izquierda?

Enrique Ochoa y el PRI de Chihuahua: ahora sí a prepararse para el 2018.

El virtual triunfo del PRI en la elección gubernamental del Estado de México constituye un aliciente para el tricolor. Con el 97.67% de casillas computadas, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) da como ganador al priista. En la antesala del 2018, con una efervescencia desatada por la multitud de partidos políticos que participan en el escenario nacional, y frente a un Andrés Manuel López Obrador -que con todo y las encuestas que lo posicionan bien no logra convencer a toda la nación de la viabilidad de su proyecto- amparado por MORENA, el PRI se alza con el resultado electoral obtenido a favor de Alfredo del Mazo, su candidato al gobierno del estado mexiquense. Hasta el momento del reporte de esa elección de gobernador, Del Mazo, con el 33.72% de la votación a su favor, logró cosechar para el PRI un millón 955 mil 347 votos; Delfina Gómez, la candidata de de MORENA, con el 30.81% de votación obtuvo un millón 786 mil 962 sufragios; Juan Zepeda le dio al PRD un millón 31 mil 791 votos, con el 17.79% de la votación;  y el PAN, por su parte, con Josefina Vázquez, quedó en el cuarto sitio, con el 11.29 % de la votación y 654 mil 681 votos.

Del Mazo, a quien pronto no faltarán futuristas que lo quieran ver como presidenciable, tendrá que hacer un buen ejercicio de gobierno, no sólo para continuar construyendo su carrera política personal, sino para abonarle al gobierno y al proyecto del presidente Enrique Peña Nieto. El resultado electoral y la oportunidad para Del Mazo ahí están, de él dependerá actuar en uno u otro sentido. El desenlace de la jornada electoral mexiquense, sin duda es un resultado satisfactorio para el primer mandatario del país, pues siempre será grato para cualquier presidente ver a su partido ganar las elecciones locales en el estado que además de ser su tierra natal fue su primera oportunidad en el ejercicio del gobierno.

Precisamente, a raíz de los resultados electorales del Estado de México, una de las columnas políticas de los más visitados diarios digitales chihuahuenses comenzó a filtrar la idea de que al darse cuenta el gobernador chihuahuense, Javier Corral, del veredicto de las urnas en aquélla entidad, comenzó a pensar en la posibilidad de sugerirle a Ricardo Anaya, presidente nacional de su partido, una alianza con la izquierda, de cara a la sucesión presidencial del 2018. Suena lógico que el senador con licencia pueda estar elucubrando una estratagema de tal naturaleza, sin embargo, aunque Corral podría tener cierta ascendencia sobre Anaya, el camino no se ve nada fácil para el de Chihuahua, porque distintas razones lo separan de su hipotético objetivo. Una de ellas es la frágil relación que Corral Jurado y sus operadores Gustavo Madero y Fernando Álvarez, sostienen no sólo con Anaya, sino también con otros actores panistas como el expresidente Felipe Calderón; la esposa de éste, Margarita Zavala; la alcaldesa de Chihuahua, Eugenia Campos; el congresista local, Miguel La Torre; y el exlíder estatal panista, Mario Vázquez, quienes -pese a las sonadas rivalidades internas que hoy sufre la cúpula del PAN- tienen cierto peso en el CEN albiazul.

La segunda dificultad que enfrentaría un eventual intento de Corral por mover al PAN hacia la izquierda es el conservadurismo que tradicionalmente ha caracterizado a ese partido de derecha, cuya postura suele ser suspicaz cuando se analizan las posibilidades de ir en alianza con los partidos izquierdistas a quienes, al menos ideológicamente, los considera como sus rivales naturales. Incluso, no en pocas ocasiones se ha dicho, a nivel local, que los principales y ultraconservadores grupos de élite y mecenas económicos del panismo en Chihuahua ven con desagrado o reticencia las filias, coqueteos y protección que con absoluta libertad Corral dispensa hacia los liderazgos de la izquierda. Como ejemplos de esto se pueden citar los casos de Víctor Quintana -ex cercano colaborador de Andrés Manuel López Obrador y actual Secretario estatal de Desarrollo Social- y Luz Estela “Lucha” Castro -conocida luchadora social y actual Consejera de la Judicatura Estatal-.

Quien al parecer viene a Chihuahua dentro de unos días es Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI, con la intención de protocolizar el cambio y rendición de protesta del Consejo Político Estatal. Luego del triunfo obtenido en la elección del 4 de junio, al haber vencido a MORENA, PRD y PAN, Ochoa por fin logra salir de la Ciudad de México, donde la primera mitad del actual año 2017 se mantuvo preparando la participación de sus candidatos a gobernador en las elecciones del domingo 4 de junio, que finalmente arrojaron en el Estado de México uno de los triunfos más sonados, en la persona del aspirante a gobernador priista Alfredo del Mazo. Ahora, concluida la jornada electoral del primer domingo de junio, Ochoa Reza empezará a tejer en Chihuahua la participación del PRI rumbo a las elecciones nacionales del año entrante. A nivel local primero será integrado el Consejo Político, y posteriormente se elegirá al nuevo Comité Directivo Estatal, pues las elecciones del 2018 están a la vuelta de la esquina, y el PRI se apresta a contender en ellas con todo su andamiaje organizacional y su capital político.

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