Espectáculos

Visita Camargo la primera actriz Socorro Bonilla

Camargo.- En instalaciones del museo Casa Camargo la tarde de ayer jueves y ante más de setenta espectadores, se llevó a cabo una interesante plática con la primera actriz de origen camarguense, Socorro...
  • Por José Oswaldo
Visita Camargo la primera actriz Socorro Bonilla

Camargo.- En instalaciones del museo Casa Camargo la tarde de ayer jueves y ante más de setenta espectadores, se llevó a cabo una interesante plática con la primera actriz de origen camarguense, Socorro Bonilla, quien a través de anécdotas y posturas personales sostuvo una ponencia de poco más de una hora ante un público heterogéneo de la comunidad.

La actividad fue coorganizada por el centro de iniciación artística de Dora Martínez y la dirección de Educación y Cultura de presidencia municipal a cargo de la maestra Luz Imelda Iñiguez.

Luego de presentarse ante la sala, vinieron un sin fin de preguntas que la histrionisa contestó de forma amable y con toda la claridad posible para disolver todas las dudas que de antemano los presentes llevaban preparadas para la sesión.

Se tocó entre otros temas el de la censura que es muy socorrida en nuestros tiempos y que se opone a la libertad de expresión por los más bajos criterios de quienes deberían tener lo opuesto, semejándose así, en lo más absoluto, a un titiritero o a un tirano como esos que aún existen frente a algunas naciones.

Se profundizó en que el arte comercial puede llegar a ser bueno y viceversa; Socorro Bonilla manifestó haber tenido una experiencia no grata al querer producir y darse inmediatamente cuenta de que eso no era para ella, toda la cuestión de los fondos invertidos para una producción es el equivalente a problemas y dolores de cabeza.

Finalmente entre muchos otros temas que se trataron en esta jornada, Socorro enfatizó sobre la necesidad de entrar al mundo del arte profesional por corazón y amor a los escenarios, siendo responsable y puntual, atendiendo como se debe a cualquier manifestación artística que se desee practicar como profesión para la vida, salvo la pena de perderse en el anonimato eterno.

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