Opinión

La columna

  • Por Redacción C
La columna

Por Carlos Jaramillo Vela

Bazán y el PRI: en la cuenta regresiva preparan su retorno.

Dowell: enfrentó con gallardía la ira de Corral.

Ochoa: Chihuahua merece ser gobernado por priistas.

La asunción de Omar Bazán Flores como nuevo presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, en Chihuahua, se dio el domingo 30 de julio, bajo un ambiente de expectativas para un partido al que su Asamblea Nacional de agosto le presagia cambios sustantivos, y la proximidad del año 2018 lo sitúa en la antesala de la revancha del revés sufrido en la elección local de 2016, cuando el PAN -sin que ni los mismos panistas pudieran dar crédito a lo ocurrido- se “llevó” la mayoría de las posiciones, en un hecho sin precedentes en la historia de Chihuahua. Bazán, es un priista de línea firme, con una auténtica formación de partido gestada desde sus mocedades, y cuyo estilo combativo puede significar para el gobierno de Javier Corral -quien hasta ahora sólo ha tenido a la prensa y a los “marucampistas” como contrapesos opositores- una prueba verdaderamente dura. Bazán podría ser el factor que detone el aumento de la atención pública sobre los constantes desatinos y deslices del nuevo amanecer, de cuyos detalles el nuevo líder del priismo tiene “santo y seña”. Con el arribo de Bazán, Corral tendrá en frente a un observador sistemático de sus arrebatos y acciones.

Hay que reconocer al expresidente del PRI Guillermo Dowell, pues con dignidad y sin arredro alguno supo conducir al partido en una etapa muy difícil, cuyo desenlace encaró en modo valiente al ser despojado de su notaría de manera injusta y burda, cuando se escribió uno de los más recientes capítulos en la serie de represalias que durante meses los chihuahuenses hemos visto emerger del odio delirante e implacable con el que el “Nuevo Amanecer” trata a quienes representan competencia frente a sus pretensiones partidistas. Sin duda, Dowell se comportó con notoria gallardía al convertirse en otra víctima de la ira de Corral.

Bazán rindió protesta del cargo ante la presencia de cientos de integrantes del Consejo Político, así como de Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del Revolucionario Institucional; el delegado estatal, Fernando Moreno Peña; el exgobernador Fernando Baeza, y el mismo Guillermo Dowell, presidente saliente. En su arribo al podio el Ochoa dijo que Chihuahua merece ser gobernado por el priismo, mientras que en su turno Bazán apoyó la decisión de las diputadas locales tricolores, ya que -dijo- tal vez el gobierno corralista pretenda que se apruebe más deuda para ir tras los priistas.  La postura que haya de adoptar Bazán frente a Corral es todavía un acertijo, sin embargo, lo cierto es que al tomar el timón tricolor el dos veces exdiputado federal -quien tiene el record de ser el mexicano que ha llegado más joven al Congreso-, el PRI en Chihuahua se reagrupa y prepara su retorno, cuando la cuenta regresiva del proceso electoral 2018 prácticamente ha comenzado.

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