Opinión

Espresso Doble: “Morena, el fracaso” Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

  • Por Redacción**
Espresso Doble: “Morena, el fracaso” Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

En México los principales productores de café son Chiapas, Veracruz y Oaxaca. El primero aporta el 39% de la producción nacional, mientras que Veracruz el 30% y Oaxaca el 13%, según datos de la SAGARPA. 

Para este ciclo 2016-2017 Chiapas ha cosechado una superficie de 207 mil 52 hectáreas con una producción obtenida de un millón 317 mil 11 sacos de 60 kilos de café verde, con un rendimiento promedio por hectárea de 2.032 toneladas de café cereza.

En Veracruz se cosecharon 115 mil 630 hectáreas y se obtuvieron un millón 29 mil 219 sacos de 60 kilos de café oro, con un rendimiento promedio por hectárea de 2.844 toneladas de café cereza.

En Oaxaca se produjeron 438 mil 130 sacos de 60 kilos de café verde en una superficie cosechada de 111 mil 754 hectáreas, con un rendimiento promedio de 1.252 toneladas de café cereza por hectárea.

Estos tres estados son el orgullo cafetalero de nuestro país, que nos permiten tener los mejores granos para tener un espresso caliente al tacto, amargo al paladar, fuerte en la nariz y escaso al servirse. 
 
Para estos días lluviosos, uno doble cae mejor.    

Comenzamos el espresso doble de hoy. 

Caliente. Cuando el 26 de octubre de 2013 el Movimiento de Regeneración Nacional logró el quórum de su asamblea constitutiva con 3,158 personas, su entonces presidente, Víctor Quintana Silveyra lo presumía donde podía, “el talante de la gente al participar; el aguantar tres horas a que terminara la asamblea; la mística que hizo venir lo mismo a gente que vive muy lejos que a personas con dificultades de movilidad, o con obligaciones laborales…”, era su gran logro y al estilo de Fidel Castro, afirmaba que lo más difícil estaba por venir y que el reto más importante para la franquicia política de López Obrador era mantenerse fiel a la gente. 
 

Amargo. Pues era tan fuerte la convicción de Quintana que él fue el primero que no se mantuvo fiel a “su gente” y en la primera oportunidad apoyó a un proyecto político distinto: el de Javier Corral, aunque muy cercano a la izquierda, al no poderlo hacer candidato de Morena a la gubernatura, Quintana apoyó abiertamente al entonces candidato del PAN al gobierno de Chihuahua, siendo la primera decepción (de una larga lista) del presidente fundador de la franquicia política de López Obrador en el estado.  

   
Fuerte. Así dejó Quintana el PRD, del cual se sirvió hasta que lo agotó. De la misma forma utilizó a Morena y prefirió la comodidad de la “lucha de escritorio”, que la lucha social que tanto presumía en antaño y ahora es “neo-panista” y un fracaso rotundo como responsable de la política social del gobierno de Corral. En Morena, tras su salida como presidente quedó Martín Chaparro, un gris personaje que es el principal traidor a la causa de Morena, según opiniones de muchos compañeros que lucharon con él para poder concretar el sueño de Andrés Manuel López Obrador en el estado de Chihuahua.   
 

Escaso. Chaparro es repudiado por las huestes originales de Morena: esas que le invirtieron tiempo, sudor y su propio dinero para poder formar comités de apoyo en los distintos puntos del estado, que creían en el proyecto de AMLO y por el cual se pasaron horas enteras al sol y ahora son rotundamente ignorados por Martín Chaparro y la dirigencia de Morena en el estado. 

En la línea de batalla de este partido político, ahora que se aproximan los tiempos de repartir las candidaturas y que se sienten con ánimos victoriosos (aunque sea porque ellos mismos se sobre valúan) no se ve a la gente de base de Morena, la gente que agotó llantas y suelas cuando no había nada, en esa lista. Ya que Martín Chaparro privilegia recoger las migajas de otros partidos políticos para ofrecerles candidaturas. 

Ya pudo observar usted la pasada visita de López Obrador la “calidad” de los perfiles de “moral probada” y “lealtad a toda prueba” que presentó con una sonrisa de oreja a oreja Chaparro en la Plaza de Armas: experredistas, expanistas, expriistas, ex militantes de movimiento ciudadano y otros tantos que renegaron de su militancia hasta de tres partidos políticos distinos. ¿Y los morenistas de cepa? Bien gracias. Entre más escondidos mejor, pues para Chaparro y el Peje valen más los desperdicios de otros partidos políticos que los de casa. 

Por eso Morena apunta para el fracaso. 

Este ha sido el espresso doble de hoy. 

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