Opinión

Un desengaño más

  • Por Editor Bal
Un desengaño más

Por Víctor Manuel Medina Calderón

No, no es el título de una canción, es que pocas veces tocamos temas que en forma personal reflejan el sentir y pensar individual del que suscribe.

En esta ocasión, la desilusión ante una esperada forma diferente de gobernar prometida, es tema que debemos tocar ante la gran cantidad de compañeros y amigos que nos han  señalado tener la misma percepción de un actuar que dista mucho de lo que se esperaba en este nuevo amanecer y donde los intereses personales y de grupos siguen por encima del interés social.

Las promesas de campaña quedaron en el olvido, pero no solo eso, los errores y traspiés en la forma de actuar del Gobernador del Estado Javier Corral desgraciadamente señalan desconocimiento en algunos casos y en otros, conocimiento y reconocimiento a pesar de las violaciones a la legalidad en la que incurren.

Pareciera que la frase de que “el fin justifica los medios” fuera constante y la efectividad de que “el poder es poder” no tiene ninguna duda.

Mi voto ejercido a favor de Javier Corral para Gobernador del estado constituye el elemento necesario para ejercer la crítica que pretende ser con la finalidad del reclamo y la solicitud de  enmendar el camino ante la oportunidad gloriosa de ejercer desde el gobierno el cambio de visión tan necesario y que es posible ejercer, ya que desde la oposición se promovieron temas fundamentales a favor de la sociedad y que no se han visto desde el gobierno.

Los diferentes grupos sociales que participan en diferentes direcciones y ejercicios de poder, han caído en la burocracia gubernamental olvidando sus principios de lucha social envueltos en la propia inercia que les da el ejercer desde la acera de enfrente a la cual durante tantos años habían luchado, demostrando con acciones y omisiones la fragilidad de sus compromisos para con la sociedad más vulnerable.

En otra campaña, por allá por el 2004, también apoyamos a Javier Corral, el demócrata, el solidario, el que luchaba por las causas del pueblo, la derrota ante José Reyes Baeza al Gobierno del Estado no permitió alcanzar los ideales por los que luchábamos. Hoy, vemos perdida esa oportunidad alcanzada en esta nueva etapa donde la sociedad se volcó a buscar el triunfo de quién mostraba la corrupción y la impunidad del “Cesar” votando en contra del Priismo, algo que los panistas han confundido pensando que el triunfo arrebatado al PRI proviene de la simpatía por su partido.

Muchas acciones nos demuestran que para participar en la política hay que estar dispuestos a aceptar condiciones que se contraponen a una forma honesta de pensar. Aceptar contubernios, arreglos por debajo de la mesa, violación a normas y estatutos, transgresiones a la ley, sordera y ceguera institucional y en muchos casos contar con la mayor de las facultades requeridas: la soberbia. El cambio de un sistema podrido se requiere, así como el esfuerzo de toda la sociedad para realizarlo.

Esto no quiere decir que toda la política sea así, pero hoy en día, ante la sabiduría popular, la política se define como: “el arte de comer estiércol, sin hacer gestos, y pedir que te den más.”. Hay que cambiar este concepto.

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