Opinión

Espresso Doble: No se le pueden pedir Stefanys a los olmos

  • Por Editor Bal
Espresso Doble: No se le pueden pedir Stefanys a los olmos

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

En plena temporada de bombardeo de publicidad del presidente Peña Nieto por su quinto informe de gobierno, donde uno de los temas principales es el empleo, entre otras noticias que seguramente usted despreciará, por irse a los brazos del nefasto Andrés Manuel López Obrador, el café mexicano está dando de que hablar en las estadísticas de empleo este ciclo.

México se colocó en el lugar número 11 mundial como productor de café al concentrar el 1.6% de la producción global. Como usted es fanático del pesimismo, pues se le puede hacer muy poco, pero en realidad, es una buena tajada del pastel cafetero del mundo, además de que ese porcentaje emplea a muchos mexicanos.

A usted que le gusta ir por café a los lugares de moda, esos que no usted cree que tienen el mejor café, pues déjeme le digo que hay un mundo más allá de los cafés de la sirenita verde. Estos negocios emplean a muchos mexicanos. En 2009 empleaban a 59 mil empleados. Para 2013, sumando además a refresquerías y neverías la cifra ascendía a 144 mil 259 personas. Hoy en día la cifra ha crecido con el ritmo que se han expandido las barras de café en nuestro país.

No sólo Peña Nieto tiene algo bueno que contar.

Cuando visite su barra de café favorita, recuede que su espresso tiene que ser caliente al tacto, amargo al paladar, fuerte en la nariz y escaso al servirse.

Mi consejo es siempre disfrutarlo doble y sin agregarle nada.     

Comenzamos el espresso doble de hoy.

Caliente. Apenas el martes pasado, el gobernador Corral se acercó con las diputadas de la fracción del PRI en el Congreso del Estado, tras casi once meses de traerlas a puro golpe seco y por supuesto, de ignorarlas rotundamente. Casi un año se tardó para que el senador con licencia se comportara con mediana educación con las cinco damas que más le estorban en el legislativo local. La reunión se llevó a cabo en un adjunto al famoso salón 25 de Marzo del Palacio de Gobierno. La cita era a las 8 de la mañana y puntuales llegaron las diputadas del PRI, en compañía del ex gobernador de Colima y delegado del PRI nacional en Chihuahua, Fernando Moreno Peña y por supuesto, a la cabeza el nuevo pastor tricolor en el estado, Omar Bazán Flores. En el privado estaban Arturo Fuentes Vélez, Gustavo Madero, César Jáuregui (ya no el malo sino el pésimo) y luego entró Javier Corral con toda su comitiva con cara de “asquito” por tener que entrar en dicha reunión de manera obligatoria. Por más que le buscó para no tener que sentarse cerca de Isela Torres o Karina Velázquez, ambas sentadas dando la espalda hacia la pared, pues no tuvo remedio.

Amargo. Fue una reunión necesaria que mandaba un mensaje de civilidad por parte de ambos. Una civilidad más necesitada por Corral que por la opositora Bancada Rosa. El desayuno transcurrió entre diversos temas de manera “institucional”, según revelaron los mismos actores y todo parecía una reunión normal de estos menesteres políticos, a los que no está acostumbrado Javier Corral en nuestra chihuahuita aldea. La verdad es que, para muchos, era muy sospechoso que Corral se hubiera portado “tan bien” en dicha reunión. No es su estilo. Estaba como perro de rancho amarrado, de esos que amarran en las fiestas y sueltan en las broncas. Aquí el problema es que en ninguna le gusta estar inmovilizado. Terminó el desayuno y los priistas salieron por la puerta de enfrente y Corral se escabulló por la de atrás, sin querer una fotografía para recordar el momento político de la semana que terminó.

Fuerte. Según se reveló el tema fue la mega deuda que quiere contraer Corral vía Fuentes Vélez (quizás con la asesoría de Jaime Herrera) y según reveló Adriana Fuentes, en la reunión se les comentó que dicha acción ya tenía el visto bueno de la Secretaría de Hacienda federal que comanda José Antonio Meade Kuribeña. El compromiso de las priistas, hasta ese día, era analizar el tema de nueva cuenta. Pero, Adriana Fuentes ni tarda ni perezosa consiguió una cita en la Ciudad de México en dicha secretaría federal para conocer si daban veían bien las intenciones del gobierno corralista. Para sorpresa de Fuentes Téllez, en la SHCP les dijeron que las aseveraciones panistas eran totalmente falsas. ¿Quién miente? ¿Fuentes Vélez o la gente de Meade?

Escaso. Al verse evidenciados y refrendando la Bancada Rosa la oposición a contraer más deuda para el estado, Corral soltó a sus perros a pelear. Pues, ante tal acción de la priista Adriana Fuentes, correspondía una reacción y la tuvo vía la vocera de la Fepade en Chihuahua, Stefany Olmos y su compadre Santiago Nieto, quien parece más empleado de Corral que de la justicia federal. La Olmos, famosa por su viperina lengua, volvió a declarar una cantidad impresionante de mentiras, que de ser católica, pasará la eternidad a fuego lento. Esto respecto a la situación legal de la diputada priista Karina Velázquez, su villana favorita. Para Olmos, no existe la presunción de inocencia; además de ser vocera de la Fepade, ya es juzgadora de todos los niveles y dictó su sentencia: Karina es culpable de todo lo habido y por haber, sólo por compartir los apetitos personales de su jefe Corral y seguir las instrucciones de Galo y Greta.

¿Cómo alguien con un cargo tan relevante dice tanta babosada? Y más cuando sus antecesores contaban con preparación profesional, trayectoria política y bajo perfil: ahí están los casos de Felipe Terrazas Cázares o Liz Aguilera, quienes contrastan con el errático proceder de Olmos. Declara como si fuera abogada, vocera de la Fepade y juzgadora, ¡toda una maravilla! Pero, ¿qué cree? Doña Stefany no es abogada y está muy lejos de serlo. Hay que perdonarla, como dice la consigna biblíca, pues no sabe lo que hace, menos lo que dice.

Así que como dice el refrán: no se le pueden pedir Stefanys a los olmos.

Este ha sido el espresso doble de hoy.

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