Opinión

Espresso Doble: Todos a Oaxaca, nadie a Gudadalupe y Calvo

  • Por Editor Bal
Espresso Doble: Todos a Oaxaca, nadie a Gudadalupe y Calvo

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

La historia del café es maravillosa. Sabemos de algunos mitos como el del pastor Kaldi pero poco sabemos de la llegada de este maravilloso gran a nuestro país. El café tardó en llegar a nuestro país y una vez que lo hizo tuvo que vencer la gran resistencia que ponía una de las bebidas más tradicionales: el chocolate caliente.

Fue en 1795 se comienza a cultivar en México café procedente de las Antillas. Se dice que esta práctica nació en Córdoba, Veracruz bajo el auspicio de un magnate local llamado Juan Antonio Gómez. Otras versiones sostienen que fue el español Jaime Salvet en el estado de Morelos. Pero no todo el café del país llegó por las Antillas: el que llegó al estado de Chiapas, fue traído directamente desde Guatemala, y el café michoacano llegó desde el puerto de Moca, en Yemen.

Ha sido largo su transitar y hoy en día estados como Chiapas y Oaxaca son líderes en su producción, mismos que desgraciadamente quedaron devastados por el sismo del pasado jueves.  Hay que demostrar solidaridad con nuestros paisanos de aquellos estados y con mucho mayor razón con los nuestros, esos que están dentro de los límites de nuestro estado.

Gracias a los granos producidos en Oaxaca y Chiapas, tenemos buen espresso en nuestra taza, mismo que debe ser muy caliente, amargo al paladar, fuerte en la nariz y escaso al servirse.

Comenzamos el espresso doble de hoy.

Caliente. Sorprendente la capacidad de reacción del mexicano ante los trágicos sucesos que desencadenó el terremoto del jueves pasado en la parte sur de nuestro país. Por un lado, la solidaridad mostrada por la población organizándose para captar ayuda vía las redes sociales, en centros comerciales o en plazas públicas. ¡Bravísimo por eso! 

Amargo. Por otro lado está la increíble capacidad de encontrarle el lado cómico al sismo: miles de memes circulan por las redes sociales teniendo como protagonistas a Chabelo, el presidente de Corea del Sur Kim-Jong, algunos cantantes, mapas y hasta algunos subidos de tono, rayando en lo pecaminoso. Los mexicanos existimos entre esa dualidad: la solidaridad y el humor. 

Fuerte. Buenos amigos se quejan constantemente del uso de Facebook para construir una imagen falsa de uno mismo; una falsa proyección para ganar popularidad o mejorar nuestra imagen pública. Agregando, por supuesto, que dependiendo de la temporada, pululan los expertos en los temas de coyuntura: una semana tenemos millones de expertos en la NFL, en Guns & Roses, en los abiertos de tennis, en política, milagros, medicina alópata y homeópata, béisbol y un sin fin de temas que dominan los todólogos de las redes sociales.

Escaso. Pues el sismo ha sido el gran pretexto de esta semana para que muchos presuman de su “gran calidad humana” organizando estas colectas de víveres, que en muchas ocasiones son sólo imágenes que presumir que verdaderos actos de filantropía. Ahorita todos son sismólogos expertos, oaxacólogos experimentados, doctos en chiapainedad y verdaderos humanitarios. Es más algunos hasta expertos en restauración de estructuras dañadas vía Facebook Live. ¡Asombroso!

Pero… siempre hay un pero que a estos todólogos de las redes sociales no les gusta que se saque a flote: siempre se adhieren a modas importadas de problemáticas, nacionales o internacionales pero nunca hacen absolutamente nada por una causa local.

Ahorita todos lloran diariamente por Oaxaca y Chiapas. Pero, en su momento, cuando las aguas devastaron Guadalupe y Calvo ocasionando la pérdida de cuatro vidas, lamentablemente, absolutamente nadie en las redes se propuso recabar ayudar para nuestros hermanos de Guadalupe y Calvo. Si, bien no fueron pérdidas humanas tan cuantiosas, hubo estragos los cuales urge solucionar. Y no sólo por parte de la autoridad que ha hecho lo propio en coordinación: desde el alcalde Noel Chávez, la diputada local Kale Beltrán, el ejército mexicano y protección civil estatal al mando de Virgilio Cepeda.

A pesar de esos esfuerzos, Guadalupe y Calvo necesita nuestra ayuda desde hace semanas y a usted, le ha valido un pepino.

Lamento mucho lo que pasó en Oaxaca y Chiapas, no me la interprete. Es una pena y hay que ayudar, pero mi reflexión es antes de mirar a Oaxaca, teníamos que mirar a Guadalupe y Calvo. Lástima para ese bello municipio, que los demás chihuahuenses lo miren con desdén. 

Este ha sido el espresso doble de hoy.

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