Violencia hacia la mujer y feminicidio, ¿Estadísticas o realidad?

Por Zulma Chacón Franco

Como editorialista, hace algunos días atendí una invitación por parte del Colegio de Periodistas de Chihuahua a la presentación del libro “Desaparecidas de la Morgue” de Guadalupe Lizárraga; la verdad, confieso que desconocía la polémica que generó este libro aún antes de su publicación, en el transcurso de la presentación, la autora cuenta algunos aspectos interesantes y al final de la presentación, como hace uno en estos casos, adquirí el libro, el cual, por el tema tan intenso no había leído, hasta este día de asueto que me lo tope de nuevo y decidí empezar a leerlo, me atrapo como lo hacen pocos libros y lo terminé en unas horas.

Básicamente, el libro expone el trabajo de investigación periodística, de más de tres años de la autora, sobre los trágicos acontecimientos de miles de vidas que, durante dos décadas y media, han lastimado profundamente a Ciudad Juárez, Chihuahua, y con ello a todo el país y a la comunidad internacional.

Más allá de la polémica del libro o de su autora, el tema de violencia hacia la mujer y feminicidio es una realidad; los términos violencia hacia la mujer y feminicidio, se entienden como cualquier acción o conducta basada en el género que causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a las mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado (definido en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer en 1994); y como el asesinato de mujeres cometido por hombres, en un continuo de acciones de violencia sexual por el sólo hecho de ser mujeres o de no serlo de la manera adecuada (acuñado en 1976 por la doctora Diana E. H. Russell, una de las primeras especialistas en violencia sexual contra mujeres y niñas en el mundo).

Es indudable que la discriminación del sexo femenino se debe atender como un problema cultural, de derechos humanos, salud y seguridad pública vinculado a la pobreza y al desarrollo de las sociedades; existe una estrecha relación entre la violencia y la pobreza, pues ésta última constituye un factor de riesgo para la aparición de actos violentos en el hogar.

Atendiendo al desafío de contar con indicadores de género que permitan medir y enfrentar esta problemática social, se han sumado el Inegi, el Inmujeres y el Unifem; en el mismo sentido, el INEGI, el Colegio de la Frontera Norte y el Instituto Municipal de Investigación y Planeación han impulsado la elaboración del Sistema de Información Geográfica de Prevención de la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, el cual abastece de cifras exactas sobre los asesinatos de mujeres.

El caso es que, estadísticas van, estadísticas vienen, pero la violencia hacia la mujer y el feminicidio sigue en aumento y Nancy, Bárbara, Paola, Gabriela, María de la Luz, Fabiola, Patricia, Diana…y muchas más, siguen desapareciendo.

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