Opinión

Meade: con real perfil de candidato

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Meade: con real perfil de candidato

La columna

POR CARLOS JARAMILLO VELA

Meade: con real perfil de candidato.

La evaluación de las dependencias en Chihuahua: su aspecto mediático.

Casi un hecho parece ser ya la virtual candidatura del Secretario de Hacienda de México, José Antonio Meade Kuribreña, para la Presidencia de la República en el año 2018. Con un currículo limpio, dueño de una especie eclecticismo político que lo hace electoralmente viable ante propios y extraños, Meade prácticamente es vislumbrado por la opinión pública como el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, para los comicios del año entrante.

Entre los atributos que se le reconocen a JAM, mismos de los que recientemente hiciera apología pública Luis Videgaray, el Secretario de Relaciones Exteriores, figuran su honestidad e inteligencia, así como su experiencia en materia macroeconómica. Además, es sabido que otra de las potenciales virtudes del virtual abanderado tricolor es su perfil plural, pues sin ningún problema ha sido alto funcionario de gabinetes federales de corte panista –Felipe Calderón- y priista –Enrique Peña Nieto, lo que lo sitúa como un aspirante con buen nivel de aceptación ante la militancia del PRI y del PAN.

Así las cosas, de cara al efervescente año electoral 2018, el Revolucionario Institucional da muestras de tener casi resuelta, en la persona de José Antonio Meade Kuribreña, la postulación de su abanderado. Más allá del incuestionable conocimiento y experiencia que en materia económica y hacendaria robustece el perfil de Meade, su natural disposición demostrada al saber interactuar en diversos escenarios político-partidistas, y su carisma individual, constituyen características personales que fortalecen su imagen y dan significativa viabilidad a su eventual candidatura.

Luego de un año de ejercicio gubernamental en el Estado de Chihuahua, los efectos del desgaste derivado de la problemática social y delictiva hasta ahora irresolutas, resultan, por supuesto, cada día más perjudiciales y evidentes para el gobierno en turno. Una creciente y preocupante ola de violencia e inseguridad que mantiene a la sociedad chihuahuense viviendo entre la desesperación y la zozobra; aunada a la inexistencia de políticas públicas que permitan a la ciudadanía percibir avances palpables tanto en materia de desarrollo social y educativo, como de infraestructura y obra pública; así como la sistemática ofensiva oficial contra la libertad de expresión y la prensa independiente; son el común denominador de la percepción que la opinión pública tiene respecto a la administración estatal en funciones.

En tal contexto, son de fundamental valor las acciones o estrategias que aporten, aunque sea solo argumentos de carácter teórico-discursivo, para intentar contener a una opinión colectiva adversa que cada vez es más generalizada -y cuyos efectos político-electorales se conocerán dentro de seis meses y medio-. Así, bajo la presente tesitura, discurren las maratónicas reuniones –de varias horas- que el gobernador ha empezado a realizar con los titulares y principales directores de cada una de las dependencias estatales, con el objetivo formal de evaluar los avances y logros alcanzados por éstas. Se dice que hoy en día, lo que no existe en los medios de comunicación y/o en las redes sociales electrónicas, virtualmente no tiene existencia alguna. Por ello, la iniciativa gubernamental orientada al despliegue de tales reuniones internas de trabajo y su divulgación, necesariamente está vinculada con la pretensión de una finalidad, que más allá del análisis de los resultados de la burocracia estatal y el cotejo de estos con las metas del plan de desarrollo quinquenal, se encuentra dirigido a la obtención de efectos de índole mediática.

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