Opinión

José Antonio Meade: una jugada magistral

  • Por Editor Bal
José Antonio Meade: una jugada magistral

Por Carlos Jaramillo Vela

La columna

La virtual nominación de José Antonio Meade Kuribreña como candidato del PRI a la Presidencia de la República ha encendido el debate entre propios y extraños. Dentro del tricolor, pese a las expresiones de algunos renegados, el ex Secretario de Hacienda es visto con optimismo y confianza; fuera de las filas revolucionarias, concretamente en el PAN, hay militantes ortodoxos que lo ven como una buena opción ante la debilidad que este partido de derecha ha mostrado al buscar el cobijo del PRD debido a la carencia de personajes con suficiente peso político para enfrentar la elección presidencial del año entrante.

No fue carente se razón, entonces, la frase expresada al aire en días recientes por el conocido y popular conductor radiofónico, Juan Enrique López Aguirre, cuando al comentar el “destape” hecho por el PRI respecto a la persona de Meade, para ir en pos de la Presidencia de México, se refirió a la acción calificándola como una jugada magistral.

La presencia de personas, al parecer centroamericanas, en la capital de Chihuahua, cada día se incrementa. Estos seres humanos, hermanos de lengua nuestros, y quizá también vinculados a nosotros por ciertas costumbres, se paran en cruceros y banquetas para pedir a los automovilistas algunas monedas con las cuales comprar algo de alimento que les sacie el hambre. Algunos de ellos vienen acompañados de sus esposas, e hijos de muy corta edad. Tal cuadro es el resultado de los tiempos, pues las medidas anti migratorias estadounidenses que la administración Trump ha desplegado generan una sobrecarga de población flotante en los estados fronterizos mexicanos.

Desde el punto de vista humanitario, estos grupos de migrantes extranjeros son personas vulnerables que carecen de lo elemental para vivir, ya que subsisten día a día de lo que la providencia divina les brinda a través de las almas caritativas. Bajo los enfoques sanitario y de seguridad, constituyen un riesgo para la población, tanto debido a la potencial transmisión de enfermedades que pueden generar como resultado de la insalubridad en la que viven; así como por la posibilidad de su participación en robos, asaltos y otras conductas delictivas. Así, Chihuahua empieza a tener un problema adicional al de los ya conocidos indigentes locales (indígenas y otras personas vulnerables) que a diario mendigan en las calles. La pobreza postra a sus víctimas, y lastima al alma y la conciencia de las sociedades.

Aunque por la gravedad política y penal del asunto, no resulta fácil que quienes lo conocen a profundidad se atrevan a dar evidencias públicas de este en forma detallada, circulan versiones mediante las que se revela que en el Estado de Chihuahua varios actores del PRI -con aspiraciones políticas y buenos perfiles para ser candidatos triunfadores en las elecciones del año entrante-, durante las recientes semanas han sido coaccionados para que desistan de sus pretensiones electorales, bajo la amenaza de la apertura de carpetas de investigación y la emisión de órdenes de aprehensión en su contra, en caso de negarse a “cumplir por las buenas” las exigencias que se les están formulando por los perversos emisarios.

Aunque, en caso de ser ciertas la versiones que circulan como agua que el río lleva, no es difícil formular hipótesis sobre el origen de la autoría intelectual de tan ruines acciones -porque la ingenuidad hace mucho tiempo que se desterró de sociedades politizadas como la chihuahuense-, hay que conceder el beneficio de la duda, y preguntarnos: ¿Quién le teme al PRI y a los resultados electorales que este puede obtener el año entrante?, ¿Quién tiene la capacidad y el poder suficientes para ordenar tales amenazas?, ¿A quién le interesa descarrilar al PRI desde antes de que empiecen las próximas contiendas electorales?. El lector podrá sacar sus conclusiones.

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