*La vice gobernadora cruza la línea *Le salió respondona Nadia *Alejandra cambia de actitud *Paramédicos en peligro

QUIÉN sabe que digan en el partido acción nacional aquí, pero es Lucha Castro, la consejera de la judicatura estatal, quien define el tema de la reelección y las candidaturas del congreso local entre los panistas Así, como se lee, la barzonista se metió hasta la cocina en el PAN, impulsada desde el púlpito del poder, para definir esos temas. A La Fuente Móvil le llegó una captura de pantalla, en la cual Lucha Castro le dice a la diputada Nadia Siqueiros que es muy difícil apoyarla en la reelección. La señora vicegobernadora estaba molesta, muy molesta, por los cuestionamientos que le hizo la legisladora al secretario de Desarrollo Social, Víctor Quintana, durante la comparecencia de éste ante la cámara, en el sentido de existir en la dependencia un subejercicio de 180 millones de pesos. El whatzapazo de Lucha, dice, textualmente: Qué difícil es apoyarte para la reelección después del ataque a Víctor Quintana, la soberbia no es buena consejera. Suerte. A este texto, Nadia respondió con un signo de interrogación, que fue contrarreplicado por la consejera de la judicatura con el siguiente mensaje: Eso Nadia que estamos para apoyar los esfuerzos del Ejecutivo y sus colaboradores y no para denostar su trabajo. Eso se lo dejamos a los priístas, no?

EL asunto es que no solo Lucha Castro se le echó encima a Nadia Siqueiros, sino también Blanquita Gámez, su compañera de fracción parlamentaria en la torre legislativa. Así, como es, la ex presidenta del congreso le gritoneó a Nadia por la crítica que ésta vertió en contra de Víctor Quintana, el secretario de desarrollo social. Siqueiros no se explica, seguramente, como es que son así, quienes dicen luchar en contra de la violencia política de la mujer y el acoso laboral. No es posible que por su cercanía con El Paisanito, se enreden en las banderas de palacio y se arrojen a una intolerante cruzada contra quien se atreve cumplir con su función en una legislatura. Cuando les conviene, reclaman el libre ejercicio de la libertad de expresión, pero, cuando se sienten vulneradas por el mismo derecho que otro ejerce, entonces recurren a la represión y el autoritarismo. La duda que se abre, dicen los que saben, consistiría en saber si realmente la consejera Lucha Castro tiene el gran poder que presume en palacio. Con este tema, cuya puerta acaba de abrir, en el se arroga el palomeo de la reelección en el PAN, hay muchos que abrieron los ojos para darle seguimiento puntual a su caso.

BUENO, pues, definitivamente, la secretaria de innovación y desarrollo económico, Alejandra de la Vega, como que ha cambiado un tanto de actitud respecto de buscar la candidatura a la alcaldía de Ciudad Juárez. Todo parece indicar que la presión de palacio para convertirla en candidata a alcaldesa por la frontera, en el plan de El Paisa para desbancar a Armandito, la ablandó, finalmente. Incluso, ahora hasta su cónyuge, el norteamericano Paul Foster, ex dueño de Chevron, ahora del mall The Fountains, del edificio Asson 11 en el centro y del estadio de béisbol Chihuahuas, todo esto en la ciudad de El Paso, se ha dado sus vueltecitas por Ciudad Juárez. Hace dos meses, Alejandra de la Vega, respondía en forma tajante que no aspiraba a ser presidenta municipal de su tierra natal y que no estaba interesada en absoluto. Ahora, a semanas de la nominación, su actitud, su discurso y su rostro cambian sustancialmente, cuando se le pregunta por el tema. No hay duda, el poder embelesa, sin importar cuánto poder económico se reúna, pues el poder político, el poder público, a pesar de todo, está aún en el centro de todas las decisiones.

LOS paramédicos de Urge traen un broncón en su área, por el mal estado en que se hallan las ambulancias y, para colmo de males, por un accidente en una de éstas, hay un compañero suyo detenido. Todo parece indicar que las cosas explotarán, en breve, pues pretenden hacerles pagar los siniestros por accidente, a pesar que las unidades están en muy malas condiciones. Apenas hace unos cuantos días, se han registrados dos choques en unidades de Urge. El primero ocurrió la semana pasada en las avenidas Colón y Juárez y, el segundo, en la 20 de noviembre e Independencia. El paramédico, con todo y lesión cervical, permanece embotellado, sin patrones que al parecer le defiendan o se dignen siquiera a presentarse para dar la cara. Mi General dijo, definitivamente, que la secretaría de salud se lava las manos, puesto que las ambulancias deben contar con seguro vehicular. La verdad, están hechas garras por el uso y nadie mete las manos para darles el mantenimiento adecuado. Antonio de Sosa Cota, cumplió este viernes 24 horas de estar detenido, sin apoyo oficial, ni nada por el estilo.

QUIEN no conoce la historia está condenado a repetirla o en éste caso, Mi General, a empeorarla. En Guadalupe y Calvo desde la apertura del Hospital inaugurado por Ernesto Zedillo el 14 de agosto de 1998, se aplicó un sobresueldo especial llamado Concepto E4, que implicaba un 50% más de sueldo y base inmediata pero inamovible para todos los trabajadores. La idea era fomentar la presencia y permanencia del personal. Exactamente la novedosa idea que ahora presenta Mi General. Los médicos que han tomado esa opción han permanecido allá en Guadalupe y Calvo hasta que sus hijos han crecido, prefiriendo renunciar a la base antes que separarse de ellos prematuramente. La falta de escuelas ha sacado a esos médicos de allá de la sierra y hablamos de una época en que no pasaba lo que pasa hoy, donde la vida no vale nada y para algunos políticos y funcionarios, menos que nada y si no lo creen, pregúntenle a la Familia Godínez Ortega. El aumento de sueldo para fomentar permanencia es tanto o más ingenuo que el tema de querer espantar sicarios con temibles whatsappazos. Desafortunadamente cuando hablamos de calidad de la gestión pública, la ingenuidad cuesta millones de pesos y en el caso de la salud, cuesta vidas mientras el secretario es felicitado por la bancada de su partido por ser un secretario sin proyectos de infraestructura pero con muchas subrogaciones al hospital donde él mismo es socio. Cuando uno prefiere soportar las críticas claramente fundadas como lo hace Mi General, no quedan dudas sobre cuales prioridades prefiere proteger aún a costa de su prestigio no sólo profesional sino personal.