Opinión

Las mujeres, sororidad y auto crítica, elementos indispensables

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Las mujeres, sororidad y auto crítica, elementos indispensables

Las mujeres, sororidad y auto crítica, elementos indispensables

Por: Zulma Chacón Franco

Hace poco más de un año, tomé una de las decisiones más difíciles, que fue, dejar de vivir una experiencia agridulce en mi vida, y digo agridulce, porque profesionalmente, era algo que me gustaba, disfrutaba, me apasionaba, pero a la par, estaban habiendo experiencias desagradables con dos personas que ostentaban poder en ese momento, y que se dedicaron a “castigarme” (palabra utilizada por uno de ellos) por motivos que algún día me animare a escribir, pero que se ensañaban haciendo lo que podían para fastidiarme la vida y tratar de invisibilizarme; hasta que dije, BASTA.

Ahora sé, que muchas mujeres pasamos por lo mismo y nos callamos porque es lo único que nos enseñaron a hacer desde niñas; por supuesto que el haber renunciado a seguir aguantando esa situación de una manera calladita, me trajo consecuencias, indudablemente.

En ese inter, conocí mujeres muy valiosas que me aceptaron en su grupo y algunas me brindaron un apoyo que en verdad no esperaba, si, hablo de mujeres feministas que han dejado gran parte de su vida, luchando por erradicar la violencia hacia las mujeres y defender los derechos humanos de las personas, no las menciono porque no quiero excluir a ninguna, todas, quizá hasta con un simple saludo, en ese momento de vulnerabilidad en que me encontraba, me ayudaron. Fue cuando conocí la palabra SORORIDAD.

Confieso que era un termino nuevo para mí, y como buena estudiosa, inmediatamente me fui a consultar e investigar, dado que aún y cuando es un término feminista con significado ético, político y reivindicativo, no se encuentra en la Real Academia Española.

A nivel lingüístico, la palabra sigue el mismo patrón que fraternidad, cuya raíz latina es frater (hermano), pero en este caso la raíz sería soror (hermana), aludiendo así a la relación entre iguales de las personas de sexo femenino. Pero evidentemente la sororidad va mucho más allá del debate lingüístico y supone un salto del feminismo más teórico -de hecho sisterhood se acuñó en el feminismo estadounidense de los setenta-, a una consigna que se extiende y apela a las mujeres a unirse y apoyarse frente a una cultura aún patriarcal y donde perviven enquistadas las discriminaciones.

La sororidad también cuestiona la supuesta rivalidad entre mujeres, que ha sido incentivada precisamente por el patriarcado, nos dice Juana Gallego, profesora de periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona y que lleva más de 30 años investigando sobre el tratamiento de las mujeres en los medios.

Marcela Lagarde, feminista y antropóloga mexicana, acuña el término, como “Una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer”.

Bajo este concepto, la sororidad implicaría una relación de amistad entre las mujeres; entonces, ¿Pueden, las feministas, criticarse entre sí? SI, CLARO QUE PUEDEN, y lo hacen.

Como bien explica Caitlin Moran en su libro Cómo ser mujer: “¿Desde cuando se confunde el feminismo con el budismo? ¿Por qué demonios, por el hecho de ser mujer, tengo que ser amable con todo el mundo? ¿Y por qué las mujeres, para colmo, tienen que esmerarse por ser cariñosas y comprensivas siempre entre ellas? Es absurdo.

Las criticas son tan necesarias, siempre y cuando, sean constructivas y no destructivas.

Toda mi vida he tratado de hacer lo que me corresponde para defender los derechos humanos de las personas, aclaro que no me considero feminista, es un rango difícil de alcanzar sin duda; pero, me queda claro, que entre ellas existe gran diversidad y pluralidad, elementos básicos que utilizan para su análisis critico desde distintas perspectivas y llegar a un acuerdo común.

Aunque no debemos olvidar que la verdadera lucha de las mujeres está contra el sistema que tenemos interiorizado, y que tenemos que seguir aprendiendo para poder continuar el proceso de de-construcción.

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