Opinión

¿A dónde vas, México?

  • Por editor TV
¿A dónde vas, México?

Por: Sergio Elías Gutiérrez.

 

 

Aunque parezca increíble, lo que hemos visto en estos meses no han sido tiempos de campaña.

Primero fueron precampañas por 60 días desde mediados de diciembre hasta mediados de febrero. Aunque suene ridículo, los precandidatos sólo podían dirigirse a sus secuaces, definidos en el diccionario como "seguidores de un partido o personaje", aunque también se señala así a los cómplices de un criminal.

Nada de pedir el voto a extraños. Sólo a sus seguidores.

A eso siguieron las "intercampañas" que la ley electoral no define, pero así se les conoce. Se realizaron las asambleas internas de cada partido o coalición para elegir a su candidato sin el "pre".

No hubo sorpresa alguna cuando lo hallaron. Son los mismos. No había más que un precandidato y así nos engañaron y se engañaron.

El INE se dedicó a validar los apoyos de los independientes y la forma de financiar sus afanes en busca del apoyo ciudadano. De los tres que completaron las firmas, hasta ahora, sólo uno obtuvo su registro válido. Se hurga en cómo obtuvieron los apoyos financieros y cómo los gastaron. De eso depende el resultado final.

Ahora sigue la verdadera contienda. A partir del 30 de marzo, los candidatos que sobrevivan al recorte tendrán 90 días para buscar el voto hasta tres días antes de la elección (el 1o. de julio) cuando callen los millones de spots que nos van a recetar. ¿Qué pueden decir distinto a lo que hemos escuchado ya? ¿Qué virtudes o defectos nuevos les van a aparecer?

Por orden de aparición, ¿podrá Ricardo Anaya, el joven maravilla, demostrar su inocencia en el juicio mediático que enfrenta, ya que la PGR no lo ha llamado a declarar? ¿Podrá demostrar que su riqueza es lícita o al menos lisita sin sobresaltos?

¿Sabrá cómo enfrentar el desembarco de panistas ante la alianza con sus enemigos históricos y la casi segura candidatura de Margarita? ¿Podrá sólo con su combatividad y retórica convencer y vencer ante candidatos mejor preparados que él, uno en la administración y otro en la política?

¿José Antonio Meade será por fin adoptado por los priistas que no participaron en la decisión de otorgarle la candidatura a un no militante por primera vez en su historia? López Portillo, Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo no probaron su militancia antes del destape, pero al menos no la negaron expresamente.

¿Podrá con el peso muerto de la carga que trae sin romper con el sistema que lo llevó a la candidatura? A la marca PRI se suman el Verde que aporta poco, a no ser una retahíla de escándalos, y un Panal casi sin abejas porque se fueron a buscar otro más rendidor.

¿Podrá López Obrador demostrar que ya no es "el peligro para México" con que lo vencieron "haiga sido como haiga sido" en 2006? ¿Será capaz de resistir la metralla que desde muchos frentes le mandan a diario sin exaltarse ni repetir los errores del pasado? ¿Podrá hacer que la combinación de católicos, evangelistas y ateos que lo rodean resulte más fácil de mezclar sin ser excomulgado por ninguno de esos grupos?

A eso hay que añadir la injerencia de grupos extranjeros que creen que sus intereses y ganancias estarían en riesgo en el caso de llegar AMLO al poder.

La eventual candidatura de Margarita Zavala será algo más que testimonial y al final demostrará que los independientes no tienen cabida en el reino de los partidos. O, como suponen los malosos, al final apoyará a Meade, que al cabo en la familia lo ven como de casa.

Todas estas preguntas retóricas quedarán resueltas. Es cuestión solamente de esperar poco menos de 100 días para conocer el desenlace.

Al final podremos comprobar que el 2 de julio todo seguirá igual, que seguiremos como cada 12 de diciembre yendo a rogarle a la Morena, pero la del Tepeyac, para que nos salve de nuestros salvadores.

Quo Vadis? ¿A dónde vas? No temáis, habrá vida después del 1o. de julio. Ya lo veréis.