Opinión

La columna

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Por Carlos Jaramillo Vela

* Reyes Baeza: hoy cosecha lo que ayer sembró en el corazón de sus paisanos.

* Maclovio Murillo: ¿Ahora actuará en contra de Corral?

Quien continúa confirmando los pronósticos que sobre él se tenían, e incluso rebasando las expectativas, es el ex gobernador y candidato del PRI al Senado de la República, José Reyes Baeza Terrazas. Durante sus recientes giras, el oriundo de Delicias y su compañera de fórmula, Georgina Zapata, han abarrotado todas las plazas, recibiendo el cariño de miles de mujeres y hombres volcados hacia ellos en manifestaciones de respaldo, y sobre todo de grato reconocimiento a la gestión efectuada por el primero de ellos durante los seis años que se desempeñó al frente del gobierno de Chihuahua. El mismo gobernador actual, Javier Corral, ha reconocido públicamente las cualidades de su antecesor, pues ha expresado que Reyes Baeza es un gobernador no solo respetable, sino además respetado.

Parral, Balleza, Guachochi, Ojinaga, San Francisco de Conchos, Valle del Rosario, El Tule, Huejotitán, Camargo, Delicias y otros municipios hasta ahora visitados por Reyes Baeza en el marco de su campaña rumbo al Senado, son una fiel evidencia de las numerosas muestras de aprecio y entusiasmo que despierta en el electorado el ex mandatario de Chihuahua. Además, Baeza cuenta con el valioso apoyo de la vasta y experimentada militancia tricolor en los 67 municipios del Estado, así como con un excelente equipo de campaña en el que figuran, entre otros, reconocidos operadores, comunicadores y estrategas políticos como Guillermo Márquez, Óscar Villalobos, Susana Rodríguez, Georgina Trevizo, Rubén Núñez, José Silveira, Fidel Bañuelos, Carlos Carrera y Marco Quezada. Sin duda, es válido el adagio que afirma que se cosecha aquello que se siembra; hoy el cariño y la confianza de miles de mujeres y hombres chihuahuenses constituyen los más preciados frutos obtenidos por Reyes Baeza durante su brillante trayectoria.

Ahora que se encuentra fuera del gobierno panista Maclovio Murillo, ex asesor jurídico y ex subordinado del inquilino de Palacio, surgen dudas respecto al derrotero que habrá de seguir el afamado y polémico abogado. Su remoción de la Consejería Jurídica era un asunto sólo de tiempo y forma, pues la caída de Murillo fue más que obvia desde que el ex funcionario -hoy reincorporado a las filas del litigio, en las que él dice que le va mejor que bajo la nomina gubernamental- vertió fuertes e imprudentes declaraciones mediáticas que evidenciaron su irreverencia y desdén tanto hacia el mandatario estatal y el Secretario General de Gobierno, como hacia el partido que prohijó a éstos. El lenguaje empleado en tales expresiones afectó tanto la imagen de su autor como la de la administración encabezada por los dos altos funcionarios aludidos por el insubordinado, y resultó bochornoso para los lectores.

Hoy la pregunta es: ¿Murillo -cuya fama nació hace algunos años por entablar litigios de alto impacto mediático contra el gobierno del Estado- dirigirá su actuación profesional -por sí mismo o por interpósitas personas- hacia la defensa de las víctimas -ex funcionarios priistas- de la Operación Justicia para Chihuahua (inmejorable estrategia jurídico-política-electoral perfectamente camuflada de acción gubernamental, que constituye el principal objetivo del actual titular del poder ejecutivo) o tributará a su ex patrón Javier Corral una fidelidad que no supo guardar mientras colaboró dentro de su gobierno? Lo más probable es lo primero, pues el reincorporado litigante, además de ser especialista en pleitear contra gobiernos fue uno de los principales artífices de las carpetas de investigación llamadas

expedientes X, a los que con tanto denuedo -y a pesar de existir asuntos de mayor prioridad como la seguridad, la educación, la salud y la obra pública, hoy evidentemente desatendidos por el Gobierno del Estado- se ha dedicado el actual mandatario durante sus primeros 19 meses de gobierno. Dice el sabio refrán popular que “la cabra siempre tira al monte”, por ello no es lógico pensar que Murillo, quien nació para pelear -jurídicamente hablando-, se abstenga de defender y excarcelar a quienes meses atrás procesó y encarceló cuando fue contratado para ello. Ironías de la vida y gajes del oficio. ¿No?.

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