Opinión

Espresso Doble: ¡No queremos paz!

  • Por editor TV
Espresso Doble: ¡No queremos paz!

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

 

 

El próximo domingo usted tendrá que hacer varias elecciones. La primera de ellas será, si vence a la pereza para acudir a su casilla. Si lo logra, frente a las seis boletas tendrá que elegir la opción que mejor le cuadre para presidente de la nación, senadores, diputados locales y federales, ayuntamientos y sindicatura.

El ambiente en el cual se ha desarrollado el proceso electoral ha sido muy hostil, esto sin hacer referencia al clima de violencia que pinta de rojo a gran parte de nuestro estado de Chihuahua, me refiero en el día a día, en lo individual, todos estamos fomentando la violencia, la guerra de todos contra todos.

Para soportar tanta hostilidad, hace falta un buen espresso, mismo que debe de ser caliente al tacto, amargo al paladar, fuerte en la nariz y escaso al servirse.

Doble es mejor para aguantar la fase más tensa y peligrosa del proceso electoral.

 

Comenzamos el espresso doble de hoy.

 

Caliente. Los mexicanos somos reyes de la hipocresía. Nos encanta señalar la paja en el ojo ajeno, pero detestamos que alguien nos señale que omitimos ver la viga en el propio. En  estos días he visto como se les han descompuesto las teclas y pantallas de computadores, teléfonos y tabletas a muchos activistas de sofá o de café por escribir publicaciones en redes sociales contra Donald Trump, haciendo patente su inconformidad hacia la intolerancia y xenofobia del presidente gringo. Algunas de ellas son todo un poema al pacifismo y una oda a la moralidad, que como población no tenemos entre nosotros, pero nos fascina apuntar a otros para esconder nuestros errores.   

Amargo. Pedimos paz para los niños migrantes, para los mexicanos que han hecho vida en EUA, que se detenga el baño de sangre (que ayer arrojó una cifra de espanto en Ciudad Juárez) y no estamos dispuestos a brindar paz en nuestro entorno inmediato, todo lo contrario. Observe el comportamiento de sus amigos, conocidos y familiares en redes sociales: mientras piden paz en una publicación, en la siguiente piden quemar en leña verde a quien se opone o contrasta sus opiniones. Claro, mucho tiene que ver que el ambiente político está vuelto a polarizar al grado del 2006, que causó una división tan profunda en nuestra sociedad, que hay quienes compiten de nuevo en esta elección, son impulsados por ese deseo de venganza, a costa de destruir la civilidad entre todos nosotros.

Fuerte. En el ambiente reina la intolerancia. Todos los que piensan de forma contraria son calificados como que están mal, idiotas y no merecen la oportunidad de expresar lo que piensan y sienten, no sólo en política; en deportes, economía, cultura, música, cine y cualquier tema, ya que en las redes tenemos a millones de expertos todólogos, que comentan de todo, pero no saben de nada. La cercanía del día de la elección va a poner a todos más sensibles de lo que ya andan, cualquier chispita enciende a su familiar, amigo o conocido. Vivimos un ambiente de guerra entre todos.

Escaso. Hace unas semanas, abordé en este espacio, un análisis sobre los candidatos al senado de la república y la intolerancia se hizo presente en voz de algunos emisarios de una fórmula de candidatos, pedían que me retractara de lo escrito. No me retracto de lo escrito y el reclamo no me molesta, me molesta la intolerancia y el poco respeto a la libertad de expresión. Nos quejamos de que Trump quiere una prensa que unánime le aplauda todo, mientras que, en México, tenemos a miembros de la clase política (con o sin partido) que quieren lo mismo que Trump. Es cuando uno, en verdad, se enoja porque el ambiente lo enrarecen todos los políticos que buscan el voto con absoluta hipocresía: desde AMLO pidiendo amor y paz, mientras lanza el grito de guerra; un Ricardo Anaya que insulta parejo e insiste que el camino es el conflicto, para después lanzar una campaña a favor de la paz. Y de ahí para abajo eso lo vemos en todos los candidatos, incluidos los del PRI.

Por eso estoy convencido que los mexicanos no queremos paz, queremos seguir peleando, combatiendo entre nosotros para tener una especie de catarsis, olvidando que el 2 de julio seguiremos viviendo aquí.

 

Este ha sido el espresso doble de hoy.

 

 

 

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