La Fuente

*El retador Carlos Reyes *El huarache de Manlio *Grajeda ya va a salud *El pega calcas

  • Por editor TV
*El retador Carlos Reyes *El huarache de Manlio *Grajeda ya va a salud *El pega calcas

A CARLOS Reyes le gusta patalear al doberman, pues no se entiende, de otra manera, la postura que adopta ante ciertos temas. Ahora le dio por retar, abiertamente, a El Apá y El Penychón, juntos. Le llegó una dotación de uniformes para la raza de vialidad y tránsito, pero el señorón dijo que ni maíz, que no se los entregaría, porque los vialidades no son policías. Tránsito es una división de la policía dentro de la fiscalía general del estado, así que, quién sabe por dónde vaya la tirada de Carlos Reyes. Por ahorita, no le han respondido ni El Apá, ni El Penychón, porque, son personajes que saben tirar y con todo. Su condición de local y protegido del director de coesvi, podría ser que ya no le alcance, desde que quemó la casa con las transas del borruelazo. 

SÍ CLARO, es obvio que Manlio Fabio Beltrones espere un ataque del gobierno del estado de Chihuahua en respuesta al golpanazo que le dieron al secretario de salud, Ernesto Ávila. Las cosas no son como las dice Corral, pues si no hubiera materia para el amparo de El Soldadito Raso, simple y sencillamente, no hubieran invocado de nueva cuenta la protección de garantías del poder judicial federal. Así que, molesto, irritado e indignado, El Prócer de Palacio, el que nos sacó del aldeanismo político, seguramente revirará. Por eso, Manlio Fabio se puso el huarache antes de espinarse, pues resulta lógico esperar algo del gobierno del estado de Chihuahua.

DICEN los que saben y saben bien, que el doctor Enrique Grajeda, ex rector de la uach, visita a diario, desde hace unos cuantos días, la secretaría de salud. Es en calidad de mirón, claro, pero, con el propósito de medirle el agua a los camotes y ver el tamaño y peso del costal que cargará. Incluso, se asegura en los corrillos médicos, que ya hay dos colaboradores enlistados para ayudarle a suceder a El Soldadito Raso, Ernesto Ávila. Se trata del galeno Jesús M. Flores Montana, oftalmólogo, y Noé del Val, cirujano plástico, quienes podrían meterse de lleno a la chamba de la secretaría de salud. Aseguran que El Paisa hará el anuncio en breve, después del gravísimo descalabro que ha tenido una de las secretarías más importantes del ramo social en estos dos años.

HÁGASE su voluntad, pero, en los bueyes de mi compadre, no en los míos, reza el sabio y popular refrán. El Soldadito Raso sigue al pie de la letra esta máxima, pues sus normas aplican solo para los enemigos, nunca para los protegidos del régimen. Hace unas semanas, Ernesto Ávila despotricaba en contra de no pocos médicos despedidos del ichisal por laborar en dos instituciones, justificando así sus ceses. Se preguntan, entonces, al interior de radio pasillo de salud, si no sabrá dentro de todo el desorden que se trae, que su Director del Hospital General, el ilustre, nunca bien ponderado y servil Dr. Carlos Benítez Pineda, quien fue entusiasta brigadista y exitoso pega calcas de Enrique Serrano, que cojea del mismo pie. Que en la mañana teje en el nosocomio citado y que por las tardes ocupa su segunda plaza en el Hospital Infantil. Sabrá esto Corral o sólo se trata de otro acto impúdico de justicia selectiva del nuevo y triste amanecer.

SARAHÍ Cruz y Gerardo Ventura, agentes estatales, estaban comisionados a caseta, es decir, su trabajo consistía solamente en abrir y cerrar una pluma para que transiten vehículos. No realizaban ninguna investigación ni participaban en operativos ni comunes ni especiales. El ataque que sufrieron, en el que Sarahí perdió la vida y Gerardo se mantiene grave pero estable, no tuvo nada que ver con alguna función que desempeñaran en ese momento. Simple y sencillamente, fueron baleados por ser policías, estatales, con el propósito de dañar a la comisión estatal de seguridad. Es decir, los ataques fueron hechos al azar, sin ton ni son, con el objetivo de causar terror en la corporación y en la comunidad. Iban a cargar gasolina.