La Fuente

*El delito no puede ser perdonado *Dizán Vázquez aclara *Gil Loya, perdido *No intervino escolta

  • Por editor16
*El delito no puede ser perdonado *Dizán Vázquez aclara *Gil Loya, perdido *No intervino escolta

EL PECADO puede ser perdonado, pero no el delito, consideró El Padre Dizán Vázquez, presbítero local, famoso por su capacidad de crítica y reflexión. Tal vez sea éste, el tema más polémico, que haya despertado Andrés Manuel López Obrador en su recorrido como presidente electo. Perdón, pero no olvido, dijo en el foro para la pacificación, celebrado en Ciudad Juárez, a las víctimas del delito. Ha sido impresionante la reacción de la sociedad, que, en su mayoría, se niega a perdonar a los delincuentes. Dizán Vázquez arroja luces al respecto, indudablemente, al señalar que el perdón constituye un asunto del corazón, mientras que el delito pertenece al reino del sistema jurídico. Por ejemplo, Jesucristo perdonó a sus ofensores, pero éstos no escaparon de ser condenados al infierno. No es tan simple, sin matices, alegar un borrón y cuenta nueva, a manera de amnistía, porque se confunden esos dos planos, dijo el sacerdote, sobretodo cuando se trata de delitos graves, en los cuales la ley no considera el perdón.

SI ALGUIEN mira por ahí, en alguna playa cercana, al director de seguridad pública municipal, Gilberto Loya, díganle por favor que en Chihuahua lo andan buscando. Es que, desde hace dos semanas, no se para en su oficina, no contesta las llamadas telefónicas y no revisa los mensajes de whats app. Su vocero, Chuy Reyes, ya de plano piensa en instalar en su celular una aplicación que responda automáticamente: no está, para quitarse de encima las solicitudes de información. Además, Gil Loya decidió no ponerse las botas del bombero, este martes, y, con eso, desairó el evento anual de los tragahumo, que esperaban emocionados algún bono o regalito de la dirección de seguridad pública municipal. 

CASUALMENTE aconteció un lamentable acto de violencia a tres o cuatro casas de la Casa Parroquial y, en la huida de dos de las personas implicadas, fueron acribilladas a unos metros de la Co-Catedral de Madera. Intervinieron en el asunto los mandos policiacos asignados en la localidad. Los mandos del gobernador no intervinieron, solo estuvieron alertas para cualquier eventualidad. Nuestro programa de encuentro se desarrolló normalmente y sin contratiempos. Con esas palabras -así o más claro- el padre Camilo Daniel relata los hechos en Madera, en donde se registraron dos ejecuciones, mientras Corral estaba muy cerca del lugar. Subraya el presbítero que los guardias de El Paisa no intervinieron, sino los policías asignados a la cabecera municipal, en donde se hallaban. Sin embargo, hay sepultureros que, con tal de quedar bien, sin importar que los hechos no hayan ocurrido, aseguran que si hubo intervención de la escolta de Corral y, en su soñolienta imaginación, hasta miran a El Capitán Escamilla como James Bond, el Agente 007, contra los maloras de Madera, en un operativo por los cables de alta tensión y las azoteas de las casas. 

EN LA mayor opacidad, nunca antes vista, incluso al extremo de efectuar un proceso en lo oscurito, el consejo estatal de la judicatura dio a luz el nombramiento de 54 nuevos jueces. Son 39 del ramo penal, 13 del civil y 2 del familiar. Nadie sabe, nadie supo, como decía La Bruja Maldita, cómo es que se llevó a cabo, todo ese largo y sinuoso camino, sin transparencia ni claridad. Solo la consejera Lucha Castro y sus comodines del consejo, saben realmente que fue lo que ocurrió. De un día para otro, sin aviso, trascendió que se concursaban 54 vacantes de juzgados. E, igualmente de un día para otro, aparecieron los nombres de los nuevos juzgadores que harán su oficio en distintos distritos judiciales de la entidad. Los pregoneros de la transparencia, pues, actúan en la mayor opacidad que se haya visto en el poder judicial del estado. La lista de los ganadores no fue relacionada con la lista de resultados del examen; es decir, vista la forma en que hacen las cosas, nada tuvo que ver una cosa con otra. 

LOS que saben, pero que realmente saben, aseguran que el secretario general de gobierno ya resolvió el asunto de la notaría de Guillermo Dowell. Al parecer, César Jáuregui Robles, que realmente le mueve a la tenebra e hilos del derecho, no halló elementos para persistir en la cancelación de la patente. El tema era que una licencia solicitada por Dowell para ausentarse de su notaría, no estaba encabezada con la palabra licencia y esto hacia suponer que no se le había concedido tal permiso. Una serie de amparos al respecto, mantuvieron estos dos años la pugna jurídica, pero, al final, el funcionario estatal, Jáuregui Robles, debía resolver el procedimiento administrativo. Así que, la historia, según los que saben, concluye con una justa resolución de parte del estado, en un tema que un ex funcionario había intensificado, por rivalidad jurídica, pero que ya no está en el gabinete.