La Fuente

*Deja El Paisa El Campanario *Predial, tumba de la gubernatura *Cabada premia, La Maru castiga

  • Por Editora NG
*Deja El Paisa El Campanario *Predial, tumba de la gubernatura *Cabada premia, La Maru castiga

EN JUÁREZ, el alcalde Cabada, entregará premios a los contribuyentes cumplidos, que paguen el predial, y con cero aumentos. Aunque podría actualizar un poco la tabla de valores catastrales, en el caso de las propiedades que son utilizadas como vivienda, no se afectará ni un quinto. Por el contrario, a esos juarenses que hacen fila, el primero de enero, para cumplir sus obligaciones, se les entregarán estímulos. Electrodomésticos, teléfonos celulares, ipads y, hasta autos, serán rifados en la frontera -en total contraparte al aumento que le espera a la ciudad de Chihuahua- en beneficio de la ciudadanía. El impuesto predial es, sin duda, la más sentida contribución del gobernado, pues paga, absurdamente, por tener la propiedad de un inmueble, año con año. Si el impuesto fuera cobrado una sola vez, al adquirir el bien, sonaría lógico, aceptable, pero, al cubrirlo cada año, las cosas no parecen andar del todo correctamente. Y, todavía, que aumenten los políticos la tasa, después de haber negado tres veces tal posibilidad, en campaña, no causa más que irritación entre la población. Así que, mientras la alcaldesa chihuahuita saca el garrote y golpea a los contribuyentes cumplidos, en Juárez los premian. Ah, qué barbaridad.

EL ESTADO se volvió a poner en llamas, o no ha dejado de estarlo, con el tema de los ataques a estatales, que va, realmente, en serio. A esto se suman los seis decapitados en Creel y los de la semana pasada en Ignacio Zaragoza, que, sin lugar a dudas, mantienen un estado de caos. La población está aterrorizada, no sabe para donde voltear, ni a quien pedir ayuda, porque, todas las autoridades, de los tres niveles de gobierno, están out. El Apá, titular de la comisión estatal de seguridad, anda dando bandazos, de un lado a otro, sin estrategia, sin resultados, con el terror a bordo entre la tropa. Realmente, no existe un plan para contrarrestar la violencia, excepto culpar a la federación y a los alcaldes del desmotare que ha invadido la entidad. Los policías estatales ya no quieren salir ni al oxxo de la esquina, las convocatorias para las academias están desiertas, los pocos elementos que trabajan están apartados para las escoltas de los jefes y, en síntesis, el estado se halla a merced de la delincuencia. No se trata de un estado fallido, sino de un estado ineficaz, corrupto y sin gobierno.

EL PURO transcurso del tiempo entre la muerte y el boletinazo sin documentos ni pruebas, obra en contra de Gilberto Loya, el director de seguridad pública municipal. Seguro, esta semana le crecerá horrible la nariz, al haber afirmado que El Gallo, Miguel Angel Arellanes, murió de una sobredosis en las celdas de la comandancia sur. Loya tardó en reaccionar más de 48 horas, no adjuntó el supuesto examen practicado al occiso, ni documento alguno para probar que se murió por la ingesta de drogas. Priva la declaración de los padres, del joven de 24 años, y de la esposa, que, afirmaron, el cuerpo estaba totalmente golpeado y amoratado. La policía municipal vivirá bajo la sospecha de haber asesinado al muchacho en la propia ergástula, en un inconcebible abuso de autoridad. No es el único caso, recuérdese, pues apenas, semanas atrás, se registró el polisentón arriba de un detenido, la quebradura de pierna del mecánico y las golpizas a detenidos. Chihuahua tiene una policía cavernícola cuando actúa contra los ciudadanos y, otra, de dulce, cuando se enfrenta a los sicarios del crimen organizado. Efectivamente, dice fuenteovejuna, El Gallo murió de una sobredosis… de chingazos.. que le dio la municipal. QUIÉN sabe si le sacó al alza del predial, pero, repentinamente, sin decir agua, ni con tristes despedidas, El Paisa dejó su casa en El Campanario. Los vecinos andan a la búsqueda de El Padre Negris, para ver cómo se paga ese favor del patrón de los casos difíciles. Le preguntarán si hacen falta bancas en el templo, una manita de gato a las paredes, caminar de rodillas desde la catedral metropolitana, o hacer gorditas gratis para todos los caravaneros de Honduras que pasen por la entidad. Como sea, Corral se fue del lugar, porque, ya se sabe, el miedo no anda en burro y los ataques contra los estatales andan igual que el predial, con 22 por ciento de aumento. La incógnita es saber a donde se cambió el gobernador, aquél que ofreció vivir los cinco años en su casa, para no cambiar de modus vivendus. Algunos dicen que tal vez tenga que ver con los últimos movimientos detectados en la casa de La Zarco, donde vivieron Reyes y Duarte durante sus administraciones. Otros, aseguran que se mudó a El Sanfra, para no tener que batallar en traslados a los campos de golf, a una de las muchas casas que le sobran a Federico Elías Madero, de CTU, para estar cerca de sus compas. Ya se sabrá.

VECINOS de la colonia aeropuerto andan que revientan por el anuncio de La Maru de subirles el impuesto predial un 22 por ciento para el 2019. Lisa y llanamente, la razón estriba en que, la alcaldesa, les dejó tirada la obra para instalar el drenaje en toda la zona. Los del municipio fueron el pasado 9 de julio, a un evento efectuado en las calles 65 y séptima, de la citada colonia, para tomarse la selfie y decir que habían sido inaugurados los trabajos. Sin embargo, triste realidad, a los pocos días, abandonaron el pico y la pala y se retiraron sin decir ni pío a los vecinos. Así que, volvieron a usar el drenaje particular, como le llaman a las fosas sépticas que hay en cada predio domiciliario y en cada predio comercial. Por eso, al conocer la noticia de la pretensión de La Maru por elevar el predial, están que truenan de rabia, según hicieron saber. No les extrañe que, en las colonias, la gente empiece a reventar, pues les resulta inaceptable, que la vía para incrementar el ingreso sea, precisamente, la de aumentar un impuesto común. Hay que registrar la colonia aeropuerto como la primera que truena, porque, seguramente, en cascada, se dejarán venir las protestas.