*Hicieron de humo memoria usb con los resultados *Tampoco actas notariales en caso magistrados *Corral: por qué vienes conmigo

ES RIDÍCULA la entrevista que le dio Pablo Héctor González Villalobos, presidente del tribunal superior de justicia, a El Picaporte Sergio Valles, del canal 28. Fueron declaraciones vagas, que esquivan la realidad de los hechos contenidos en la denuncia interpuesta por el consejero de la judicatura, Joaquín Sotelo. Las cosas son muy sencillas, Pablo Héctor, pues si en verdad se quieren aclarar las cosas, Lucha Castro y el propio tribunal, el mismo González Villalobos, deben entregar la memoria USB de los resultados del examen de oposición para las siete magistraturas que se convocaron y se acabaría todo el relajo. Igualmente, debe hacerse entrega de las actas notariales respectivas, que nunca fueron elaboradas o que se volvieron de humo. El presidente intentó resbalarse del asunto con un viejo sofisma jurídico y periodístico, que exige analizar los elementos de un hecho para asomarse a su relevancia. Sin embargo, en la entrevista con Valles Rivas, le faltó el qué, sustancia básica de cualquier suceso. Aún así, cualquier estudiante de derecho penal o escribiente, al enterarse someramente del caso, bien podría responder las interrogantes de Pablo Héctor. 1.- Qué: desaparición de la memoria USB con los resultados del examen escrito de los aspirantes a siete salas o magistraturas e inexistencia del acta notarial respectiva 2.- Quién: Lucha Castro, consejera de la judicatura y presidente de la comisión de carrera judicial (y todos los demás implicados) 3.- Cómo: eliminación y/o borrado del archivo y memoria de USB señalada, en la aplicación del examen cuya responsabilidad fue de la universidad autónoma de ciudad Juárez y omisión consecuente para levantar el acta notarial respectiva 4.- Cuándo: los días 8, 9 y 10 de mayo del año pasado 5.- Dónde: instalaciones de la facultad de ciencias de la cultura física de la uach 6.- Por qué: por favorecer a sus encargos y colocarlos en los primeros lugares mediante la alteración de los resultados originales del examen. En síntesis: ¿dónde está la memoria USB y su correspondiente acta notarial, Pablo y Lucha?

EN PALACIO se dice que el próximo martes se reunirán en el despacho de El Paisa todos los involucrados en el cochinero judicial. El Muelón César Jáuregui Robles, el único que entiende de política en el gobierno del estado, al parecer, citó a las partes en el conflicto. No se sabe, bien a bien, si estará presente Corral, porque como dice una cosa, dice otra. Empero, Jáuregui ya adelantó que el objeto del cónclave consiste en resolver las diferencias abiertas a partir de la denuncia del consejero Joaquín Sotelo. Es obvio que el secretario general de gobierno hace su trabajo y lo hace bien, pero también es evidente que no se trata de diferencias sino de gravísimas violaciones a la legalidad en un poder que cuida precisamente la aplicación de la ley. El cochinero de Lucha Castro tendrá implicaciones de índole federal, según se sabe, porque Sotelo interpondrá también una demanda en ese ámbito y ahí, claro, las cosas serán radicalmente distintas. Además, el expediente será llevado a la secretaría de la función pública, a la comisión de los derechos humanos y a la fiscalía general de la república. Lo menos que puede hacer Lucha Castro es renunciar e impedir que crezca como bola de nieve su cochinero, pero ya se sabe que es aferrada y seguirá hasta el último momento, aún si se llevara entre las patas al mismo Paisa. Falta que en palacio conozcan la carta que trae Joaquín bajo la manga porque se irán para atrás en cuanto la vean. 

LO QUE sigue en el escándalo del cochinero judicial es que el estado, para apoyar a Lucha Castro, contraataque a Joaquín Sotelo. Ayer se tuvieron los primeros indicios, revelados por gente de El Picaporte Sergio Valles, que empezó a revelar señales del malévolo plan. Un caso de acoso laboral, será transformado, en estos días en acoso sexual, por parte del tribunal de justicia en el estado. Se trata de una abogada de nombre Brisa que fue laboró en el consejo de la judicatura, con Joaquín Sotelo, y que fue despedida por dar información confidencial a otro consejero y ex magistrado del poder judicial. La profesionista entabló una misteriosa relación con el magistrado Gabriel Armando Ruiz, hacia donde empezó a fluir información de la labor del consejero al que le debía lealtad. Brisa fue con Lucha Castro, la heroína local, y el asunto se convirtió en una queja de acoso laboral porque la abogada dijo que Sotelo le presionó para irse de la consejería y para que se reacomodara en otra plaza del tribunal. Lucha Castro le pidió, sabrá dios a cambio de qué, cambiar la versión y dirigirla a la vía del acoso sexual, con el fin de contratacar y desviar la atención de la opinión pública. Al interior del tribunal, nadie creerá esa versión, porque todo mundo sabe perfectamente la conducta de cada quien, aunque se intente tapar, fallidamente, el lodo con el lodo. 

CORRAL no midió el impacto y no alcanzó a ver que ese tema mancharía su gobierno hasta su conclusión en 2021. La soberbia, su consejera favorita, le aconsejó en forma irreflexiva, responder altaneramente. Algunos dicen que no podía ser de otra manera, porque atestiguó y dirigió el cochinero judicial en la elección de 7 magistrados y 56 jueces locales. Así que al estilo del expresidente Fox que respondía ante cada problema que le llegaba, y yo por qué, le dijo al consejero de la judicatura, Joaquín Sotelo: ¿y por qué vienes conmigo? Intentó sacudirse la responsabilidad de los dichos y hechos de Lucha Castro, la mujer que le domina y que ejerce el hechizo de un hipnotizador sobre la figura del gobernador. Es decir, sintió como propia la afrenta y disimuló una inexistente separación con la consejera barzonista de la judicatura. No pudo ver que recurrían a su persona por ser considerado la autoridad política, e incluso partidaria, de la entidad. No quiso leer, dialogar, analizar ni tocar el tema y se dedicó, hora y media, a responder vagamente cosas sobre el asunto. No pudo hacer, literalmente, nada, y apenas esbozó comentarios difusos, enfocados a separarse del asunto y marcar una línea invisible con su adorada consejera de la judicatura local. Sin dudarlo, por el contexto y la magnitud de la denuncia de Joaquín Sotelo, por el impacto del tema en el universo de los tres poderes locales y la opinión pública, el escándalo durará hasta que concluya su quinquenio y más allá.

ES TAN grande el protagonismo de la consejera Lucha Castro, que hacía sentir su influencia sobre instituciones, partidos y personas. La empoderada barzonista llegó a mandarse sola, sin consultar al gobernador, bajo el manto de una influencia tolerada pero ignorada en su verdadera dimensión. A uno de los aspirantes a la rectoría de la universidad autónoma de Chihuahua, en el año 2016, le llegó a decir, así, literalmente: usted no fue rector porque no se acercó a mí. Lucha se dijo artífice de la negociación para ungir al inútil de Luis Fierro, El Reptor, en conjunto con un ex director de un medio de comunicación bajo la complacencia y anuencia del gobernador. Después se metió en la vida interna de acción nacional, en donde Corral pretendió forzarle una candidatura a diputada federal, pero los verdaderos panistas rechazaron el proyecto. Más tarde, se supo que impidió a la ex diputada Nadia Siqueiros reelegirse por no obedecer sus órdenes. Hace unos días, apareció en fotografías con Juan Carlos Loera, el delegado de programas sociales y el diputado Miguel Colunga, coordinador de morena en el congreso local, a quienes exhibió como trofeos de caza. No es dable dudar sobre la veracidad de los hechos contenidos en la demanda del consejero de la judicatura, Joaquín Sotelo, y la verdad de las cosas, la única duda que aflora consistiría en saber la comunicación que tuvo con Corral durante el proceso del cochinero judicial que se le adjudica en la elección de siete magistrados y 56 jueces locales.