*No fue hackeo sino saqueo *Se equivoca director de fianzas *Riggs el machote *Se vuelan 7 mdp en ichisal

TODAS las alarmas que existen en la estructura del estado fueron encendidas con la ejecución del agente del ministerio público, Oscar García Díaz. El funcionario era titular de la Fiscalía Especializada en Operaciones Estratégicas y dependía directamente del fiscal general César Augusto Peniche. Incluso, fue subdelegado de la entonces PGR cuando el delegado era, precisamente, El Penichón. Se trata de un funcionario cercano al poder, de buen trato, amable y cortés, que le acompañaba a las reuniones de la mesa de seguridad y otros quehaceres. El Penichón lo jaló de la procuraduría general de la república para ser incorporado a la fiscalía general del estado. Ahí desempeñó tareas de inteligencia y comisiones que sonante eran tratadas con el titular del ministerio público y con superiores a éste. Su crimen levantó una alerta roja en palacio de gobierno y en todas las instituciones de seguridad. 

MUY machote, muy machote, al diputado federal Miguel Riggs le dio por amenazar a periodistas que cuestionan su conducta política. Se le olvidó que cuando era candidato a síndico hizo un video para apoyar a la gente de Sacramento que se opone al pago de caseta de peaje cada vez que se trasladan a la zona centro de la ciudad. Muy confiado en su fuero, el soberbio y prepotente legislador hizo una llamada para lanzarle amenazas al experimentado y crítico periodista que cuestionó el antes y el después de la campaña. Como suele suceder, Riggs usó a la gente de Sacramento para su campaña y apenas asumió su cargo y se deshizo de su compromiso. Ese clásico que los políticos no encesten cuando se trata de cumplir la responsabilidad que prometieron en su campaña. Pero de ahí a que se encorajinen y usen su cargo, y su fuero, para amenazar a quien solamente hace uso de la libertad de expresión para criticar su labor, es otra cosa muy distinta. Riggs es el monigote de El Paisa en la cámara de diputados, todo mundo lo sabe, remember el buscapiés que le tiró una vez Porfirio Muñoz Ledo, a grado tal que se sube a la tribuna para leer, así como se oye, los posicionamientos que le redacta Corral cuando le interesa algún tema. Desde aquí se le hace un llamado al legislador para que se ponga a trabajar, porque no se le ha visto nada, en lugar de proferir amenazas a los periodistas. 

EL SECRETARIO de educación, Carlos González Herrera, enfrenta una terrible situación al interior del gremio de maestros y trabajadores administrativos. Exigen y piden a gritos que se efectúe una auditoría debido a los sospechosos movimientos ocurridos en los últimos documentos de nómina. Sin decir agua va, mentores y empleados recibieron un documento para que lo firmaran sin recibir la cantidad de dinero ahí señalada. Al pedir explicaciones sobre ese absurdo, les respondieron en el área administrativa que se trataba del bono de antigüedad recibido el año pasado. Se trataba del fondo que les entregan al cumplir 5, 10, 15, 20, 25, 30 y 35 años de antigüedad en sus plazas, cuyas cantidades son variables pero andan entre los 5 y los 80 mil pesos. Los maestros sospechan que hay algo turbio en ese asunto, pues les piden firmar por un bono recibido el año pasado cuando existe el talón debidamente recibido y rubricado. El sospechosismo de los mentores ronda por el desfalco o la simulación administrativa para cubrir salidas de dinero no oficiales, pero le tocará al titular de sec salir al paso y convencer al magisterio que no hay nada indebido por ahí. 

DICEN los que saben que un gran desfalco fue descubierto por la auditoría superior del estado en el tema de los estacionómetros de ichisal. En los pasillos de la institución todo mundo habla de El Rojo Raúl Vázquez. Ese dinero debería haber sido destinado al hospital infantil para comprar quimioterapias a los niños con cáncer y el medicamento conocido como doxiciclina para tratar la rickettsia. De esta manera, podría haberse evitado una que otra muerte de las 21 muertes que suman a la fecha por estas causas. Se sabe que este robo hormiga se ha prolongado al menos durante 2018 y 2019. Al interior del instituto, los galenos afirman que es genocida desaparecer recursos públicos que deberían haber sido destinados a los fines señalados. Es igual dar agua destilada como medicamento apócrifo que no dar medicamentos, expresó un profesionista de bata blanca, al hablar sobre este espinoso y delicado asunto. El Rojo ha pasado desapercibido a pesar que los galenos y el personal médico saben muy bien cómo corre el agua por esos lares. Incluso, esperaban que Daniela Vázquez, responsable de las finanzas, de cuidar esos recursos, se supone, interpondría una denuncia de hechos. Sin embargo, a pesar que también lo sabe el auditor Héctor Acosta Félix, el que dijo que no sería tapadera, no ha sucedido nada.

EN REALIDAD Manuel Soledad Villanueva se equivocó al exponer el tema del hardware de 33 meloncitos ante los jucopos. Por un error gramatical, pecata minuta, le cambió una letra a su expresión y modificó el significado de la frase. Dijo que “hubo un hackeo en el congreso”, cuando en realidad debió decir “hubo un saqueo en el congreso”. Pero, el acto fallido freudiano cambió la expresión y, finalmente, se dijo otra cosa. Los que saben, no reconocen la existencia de un hackeo en el servidor del congreso local, o al menos nadie lo recuerda. Según Luis Enrique Acosta, el secretario técnico de la jucopo, no supo explicar los detalles, pero justificó la pretensión al decir que habían entrado a los archivos del diario del debate. Sin embargo, no se refirió al exagerado costo de 33 mdp por el hardware que se proponen comprar ni al hecho de que aunque todavía no se licite el proceso de adquisición, ya se conozco a la empresa que les venderá el bien informático. De cualquier manera, Luis Enrique Acosta es parte del equipo, forma parte de la estructura y obviamente su opinión es interesada, aunque necesariamente debe conocerse debido a su función en la junta de coordinación política. En fin, pero, hay que subrayar, lo que si todos reconocen, aunque en el anonimato, a voz en cuello, es que en el congreso hubo un saqueo.