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Con veneno de alacrán, crean fármaco eficaz contra la tuberculosis

Investigadores de la Universidad de Stanford, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y Nutrición Salvador...
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Con veneno de alacrán, crean fármaco eficaz contra la tuberculosis

Investigadores de la Universidad de Stanford, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y Nutrición Salvador Zubirán descubrieron que el veneno del alacrán Diplocentrus melici, que se encuentra en casi todo el país y que no es mortal para el ser humano, contiene dos compuestos que cambian de color y que podrían ayudar a combatir bacterias patógenas resistentes causantes de la tuberculosis e infecciones provocadas por estafilococos.

El hallazgo es resultado del trabajo multidisciplinario de poco más de dos años. Mi grupo se ocupó del aislamiento y caracterización del componente. La Universidad de Stanford se encargó de la determinación de la estructura y el desarrollo de una estrategia que permitió hacer químicamente el producto. Un antibiótico que hoy ya sabemos cómo hacerlo, explicó en entrevista el investigador Lourival Domingos Possani Postay, adscrito al IBt.

El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias agregó que la colaboración del doctor Rogelio Hernández Pando fue muy importante, patólogo del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y Nutrición Salvador Zubirán; “él tiene permiso para trabajar con la bacteria de tuberculosis y su grupo probó la actividad biológica de compuestos elaborados en el laboratorio.

La recolección de esta especie de escorpión es difícil, porque en las estaciones del año secas, el escorpión está enterrado. Sólo podemos encontrarlo en la temporada de lluvias, sostuvo.

En los pasados 45 años, Possani Postay, biólogo, biofísico y académico brasileño naturalizado mexicano, se ha centrado en la identificación de compuestos con potencial farmacológico en el veneno de alacrán, en el cual su grupo ha descubierto potentes antibióticos, insecticidas y agentes antipalúdicos.

Moléculas con propiedades antimicrobianas

Cuando ordeñamos el veneno de Diplocentrus melici notamos que cambiaba de color, de claro a marrón, luego de ser expuesto al aire. Encontramos dos compuestos químicos que creímos que eran los causantes. Uno se volvió rojo al exponerlo al aire, y el otro, azul, narró.

Para obtener más información, Possani Postay se acercó a Richard Zare, quien encabeza al equipo de la Universidad de Stanford, que tiene la reputación de identificar y sintetizar sustancias químicas.

Los científicos de Stanford usaron 0.5 microlitros del veneno y concluyeron que los ingredientes que cambian de color eran dos benzoquinonas, clase de moléculas de tipo anillo que se sabe que tienen propiedades antimicrobianas.

Gracias a un trabajo conjunto y colaborativo, el grupo no sólo aisló los compuestos, sino también los sintetizó y verificó que las versiones fabricadas mataron a estafilococos y bacterias resistentes a medicamentos en muestras de tejido y en ratones.

Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, destacan los potenciales farmacológicos que esperan ser descubiertos en las toxinas de los alacranes, serpientes, caracoles y otras criaturas venenosas.

El estudio del efecto de la benzoquinona de color rojo en estafilococos fue hecho en el laboratorio de Possani, en el IBt, donde encontraron que era eficaz para matar a las bacterias altamente infecciosas. El estudio con el colorante azul lo realizó Hernández Pando, quien corroboró que era letal para las cepas normales y resistentes a múltiples fármacos de las bacterias causantes de la tuberculosis.

Creo que la parte más importante del hallazgo es que el veneno puede ser utilizado para el tratamiento de la tuberculosis, la enfermedad infecciosa más letal del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren casi 4 mil 500 personas por ese mal.

Adelantó que los hallazgos están protegidos con una patente. Sigue es ver si este producto tiene un efecto sinérgico con los antibióticos que se usan para tratar la tuberculosis. Necesitamos que alguna compañía farmacéutica se interese en hacer las pruebas clínicas.

Tomado de La Jornada.

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