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Lee íntegro el discurso de renuncia del director de derecho

Chihuahua.- Roberto Díaz Romero, quien renunciara a la directiva de la facultad de derecho de la uach el pasado viernes, dio a conocer que su renuncia tuvo que ver con una ruptura de comunicación con...
  • Por Federico Martínez Vargas
Lee íntegro el discurso de renuncia del director de derecho

Chihuahua.- Roberto Díaz Romero, quien renunciara a la directiva de la facultad de derecho de la uach el pasado viernes, dio a conocer que su renuncia tuvo que ver con una ruptura de comunicación con la rectoría.

“Es evidente para todos que la comunicación entre la rectoría y la Facultad de Derecho está totalmente rota. No quiero que esta fractura dañe más a mi Facultad…”, citó en uno de los párrafos del discurso que emitió el pasado viernes.

Ante el claustro de maestros de derecho de la facultad, expresó que no hubo condiciones para encaminar a la institución hacia una transformación pujante, democrática y plural.

Díaz Romero destacó que en el lapso en que estuvo al frente de la facultad de derecho, se dieron diversos ejercicios para construir mejores ideas para la universidad, como lo fue la implementación del nuevo modelo educativo propuesto por la rectoría, en donde hubo puntos de comunión o hubo otros en los que existieron profundas diferencias.

El texto al que dio lectura para fundamentar su renuncia al cargo de director de la facultad, se expone a continuación:

Buenas tardes. 

Agradezco la amable asistencia de todos ustedes profesores de nuestra Facultad, así como la asistencia de los miembros de nuestro Consejo Técnico, máximo órgano de gobierno de la Facultad de Derecho. 

Esta reunión tiene por objeto presentar de frente, abierta y públicamente mi renuncia al honroso cargo de Director de la Facultad de Derecho con el que se me distinguió. 

Lo hago convencido de que en todo momento actué conforme al deber y poniendo por delante los intereses de nuestra querida Facultad. 

El móvil que siempre impulsó nuestras acciones fue lograr la excelencia académica, por ello dejamos de lado por completo el criterio político como instrumento de administración de nuestra Facultad, a sabiendas de todos los inconvenientes y dificultades prácticas que ello traería consigo. 

Sin embargo, el sentido del deber y la congruencia nos llamaron siempre de manera muy poderosa para no abandonar jamás ese camino. 

Algunos podrían considerarnos ingenuos o ilusos, pero no debemos olvidas que la conciencia es el mayor y más duro Juez de un hombre, sus dictados deben ser atendidos, de lo contrario la vida consigo mismo se hace imposible. 

En conciencia, como Director, hice todo lo que estuvo en mis manos, puse todas mis capacidades al límite, para hacer de la Facultad una mejor institución… me voy con la convicción de haber puesto lo mejor de mí en el ejercicio de tan honroso cargo. 

En la vida suelen presentarse dilemas existenciales, que nos impelen a tomar decisiones cuyas repercusiones rebasan el espacio interno de lo personal y trascienden a otros seres humanos, esto obliga a que la ponderación sea todavía más cuidadosa, pues hay certeza de que las consecuencias de la determinación pueden llegar a afectar a muchas y muy preciadas personas. 

En un prudente ejercicio reflexivo, tomé la decisión de dejar de ser Director de esta Facultad, con todo el dolor que ello provoca en mi corazón, pero con la certeza de que constituye lo mejor para institución. 

Es evidente para todos que la comunicación entre la rectoría y la Facultad de Derecho está totalmente rota. No quiero que esta fractura dañe más a mi Facultad… todos los esfuerzos de esta administración han sido siempre encaminados a generar una institución pujante, que a través de un proceso plural y democrático se transforme e incluso se reinvente a sí misma, lamentablemente las condiciones imperantes lo hacen imposible. 

Entre gente inteligente es normal e incluso necesario el disenso para construir las mejores ideas, la diversidad de pensamientos es lo que hace grande a una Universidad. Y en ese contexto, expresamos libremente nuestro parecer respecto a la implementación del Nuevo Modelo Educativo que propone la Rectoría, hubo puntos de comunión o hubo otros en los que existieron profundas diferencias, pero siempre expresadas con el ánimo de construir y hacer más grande a nuestra institución. 

Como universitario deseo lo mejor para mi Alma Mater, la quiero ver brillando cada vez más, floreciendo, despertando conciencias, formando hombres y mujeres con la grandeza espiritual que nuestro país reclama…

Agradezco con el alma el respaldo de todos ustedes, mis profesores, y de mi base estudiantil, tengan la seguridad de que en todo momento puse sus legítimos intereses por encima de cualquier otra cosa. Nunca hubo otro motor en las acciones emprendidas por nuestra administración que el fortalecer el nivel académico de la Facultad de Derecho. 

Fue un honor poderles servir, si bien es cierto que con las deficiencias propias de mi humanidad, también es cierto que con un corazón noble y apasionadamente comprometido con la Facultad de Derecho. 

A mi equipo de trabajo, mis secretarios: Cony Herrera, Óscar Vázquez, Hugo Molina, Gonzalo Galaviz, Enrique Villalobos, Luis González, gracias por su incansable compromiso con la Facultad, me llevo en el corazón su lealtad hacia la institución y sepan bien que mi agradecimiento hacia ustedes será eterno. 

Al personal administrativo, jefes de unidad, jefes de departamento, personal de intendencia, muchísimas gracias por todo su esfuerzo, si la Facultad de Derecho se mantiene dinámica es, sin lugar a dudas, gracias a todos ellos y a su comprometido trabajo. 

Queridos profesores y alumnos, nos seguiremos viendo en las aulas y en los pasillos, si bien ya no como su Director, sí como lo que nunca he dejado de ser, ni dejaré de ser… un apasionado profesor de la Facultad de Derecho. 

Hasta siempre.

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