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Investigan gruta subacuática con yacimiento romano

Los navíos antiguos que surcaban la ruta que unía la península Itálica con la Ibérica solían fondear, desde antes del siglo II a. C., en la bahía de Alcudia (Mallorca) para abastecerse de agua....
  • Por editoraPr01
Investigan gruta subacuática con yacimiento romano

Los navíos antiguos que surcaban la ruta que unía la península Itálica con la Ibérica solían fondear, desde antes del siglo II a. C., en la bahía de Alcudia (Mallorca) para abastecerse de agua. Allí, a un centenar de metros del mar, se abre una oquedad, llamada Fuente de Ses Aiguades, en la que introducían ánforas mediante un sistema de poleas y cuerdas para llenarlas.

Pero muchas no se recuperaban. ¿Por qué? Un misterio que trae de cabeza a los responsables del Proyecto IASCM (Investigación Arqueológica Subacuática en las Cuevas de Mallorca), que se preguntan si es que se les rompía el sistema de alzamiento o las arrojaban directamente como ofrendas a este pozo hallado en 1998. Los buceadores han hallado ya dos centenares.

Hasta ahora, la datación de las vasijas se había realizado mediante comparaciones con otras semejantes, siendo mayoritariamente de producción tarraconense. Pero en agosto pasado se llevaron a cabos nuevas inmersiones con novedosas técnicas de prospección como sistemas de radiolocalización, geolocalización o fotogrametría 3D.

Estas tecnologías, junto con futuros estudios microscópicos (polen, cerámica y huesos de animales extinguidos), permitirán conocer de un modo global este yacimiento subacuático. “Los resultados del laboratorio nos ofrecerán la datación exacta de las ánforas y responderán a preguntas hasta ahora sin respuesta”, explica Manuel Fumás, codirector de la investigación.

El acceso a Fuente de Seis Aiguades se realiza a través de una galería vertical de unos 6 metros con una sección aproximada de casi un metro, que conduce a una primera sala de 16 por 14 metros y con una profundidad de hasta 14. Es la entrada a una cueva de agua dulce, con alto grado de cloruros, que llega a tener una longitud de 180 metros, de los cuales la mayor parte son subacuáticos, aunque con abundantes las cámaras de aire en su recorrido. De los techos cuelgan estalactitas.

Fue descubierta por el equipo científico de Xisco Gràcia hace casi 20 años, que recuperó 189 ánforas y recipientes de la época romana republicana, islámica y de los siglos XVIII y XIX. En su interior también se hallaron posteriormente los restos de un Myotragus, una especie caprina desaparecida hace 5.000 años.

El Proyecto IASCM está considerado el primero en arqueología subacuática prospectiva de Europa (permite extraer toda la información sin alterar las condiciones de la cueva). Lo llevan a cabo la Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (Sonars), Submaris, SEB y Explorextrem.

La dificultad de su trabajo estriba en la alta especialización requerida en la investigación, lo que hace imprescindible contar con expertos en espeleobuceo, topografía, arqueología subacuática, fotogrametría, filmación subacuática, documentación y restauración, entre otros.

Tomado por El País.

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