Espectáculos

Utilizan medios visuales para difusión de la cultura

Ciudad de México.- La pandemia estimuló la utilización del internet y los medios virtuales para la difusión de la cultura, las artes y muchos otros productos de entretenimiento y enriquecimiento intelectual,...
  • Por editorsadm

Ciudad de México.- La pandemia estimuló la utilización del internet y los medios virtuales para la difusión de la cultura, las artes y muchos otros productos de entretenimiento y enriquecimiento intelectual, de eso no queda duda. Lo que no ha alcanzado a estimular del todo es el aprovechamiento y explotación de estas herramientas, más allá de la mera presentación de lo que ya disfrutábamos en el entorno físico.

Lo vimos primero con los conciertos virtuales, que gozaron tal vez de un acercamiento mayor entre el público y el artista, además de una atmósfera más íntima en general; algo similar buscaron replicar las áreas de la danza y el teatro y no tardó en seguir sus pasos el mundo de las artes visuales, aunque pocos ejemplos me he encontrado que hayan ofrecido una experiencia verdaderamente innovadora.

Colectivos de artistas y creadores en solitario presentaron su trabajo como ya se ha hecho desde hace años, con sencillas presentaciones de imágenes, “slideshows”, casi diapositivas de Powerpoint, que poco aportaban sobre el acto mismo de la apreciación de la obra.

Art Basel, con toda su importancia y trayectoria, recurrió a un recurso parecido y en la edición 2020, que debió llevarse a cabo en Hong Kong en marzo, se realizó en línea en junio pasado a través de una plataforma en la que el usuario y potencial comprador podía acceder al catálogo de cada galería participante y revisarlo con una interfaz que emulaba estar sentado frente al muro de la galería viendo las obras pasar.

Esta estrategia, de colocar en pase de diapositivas el trabajo de los artistas participantes, también la hicieron otras decenas de ferias virtuales de arte alrededor del mundo, con resultados diferentes entre cada una —Art Basel no se fue en números rojos, por fortuna para los organizadores, de acuerdo con reportes de diversos medios de arte—, y por esto me ha sorprendido que durante estos meses de contingencia no me haya topado con más ejemplos de exposiciones en línea que hagan uso de la realidad virtual, tecnología que ya no es tan lejana como lo pudo ser hace unos años.

Sin embargo existen, y la más relevante a nivel internacional de este calibre está disponible a todo el público en estos momentos. Se trata de UNTITTLED, feria que usualmente sucede en Miami y que hasta el domingo 2 de agosto, en colaboración con la plataforma Artland, podrás disfrutar de manera virtual a través del sitio web de esta última.

La feria ofrece gran variedad de artistas de más de 40 galerías internacionales, con temáticas variadas y técnicas que van de lo más tradicional hasta lo más conceptual.

Artland recreó el pabellón en el que sucede la acción cada año, instalado con vista al mar, al grado de que incluso cuenta con dos salas de estar, una en medio de la exhibición y otra al aire libre desde la que se puede disfrutar de una estática visión de la playa de Miami, a pesar de que ninguno de estos espacios es necesario para la experiencia; nadie va a andar físicamente caminando por ahí, no hay necesidad de descansar.

Es en este punto que vuelvo preguntarme porqué hemos buscado simplemente trasladar la experiencia física al entorno virtual sin considerar las posibilidades del medio y qué otras cosas podemos hacer en él.

Tanto UNTITLED como otras ferias que también han jugado con la realidad virtual como Art360 Virtual Art Fair y Hamptons Virtual Art Fair pero no se deshicieron del “cubo blanco” y tan solo replicaron el espacio galerístico de manera digital.

Solo tengo cuenta de un esfuerzo que pensó “fuera de la caja” y sucedió a nivel estudiantil, en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, con la exposición (IN)CONSTANTE, realizada a través de la plataforma Mozilla Hubs —en la cual también se realizaron otras exposiciones que siguieron la tendencia de hacer el cubo blanco de la galería y colocar las piezas dentro—.

Si bien las limitaciones de la plataforma son varias, el trabajo de las alumnas organizadoras —a quienes tuve la oportunidad de entrevistar, texto que fue publicado el 23 de junio— encontró alternativas para el espacio de la exhibición, planteando el recorrido a través de pequeñas islas flotantes unidas por puentes y escaleras que recalcan al usuario que se está en un ambiente virtual, simulado.

Sería aventurado decir que se trata de un ejercicio revolucionario pero en definitiva es un paso en una dirección diferente, una exploración de los medios que ahora más que nunca estamos utilizando para compartir arte y que debemos comenzar a saber explotar más y mejor, sobrepasando las limitaciones que el entorno físico nos pone.

No puedo evitar imaginar qué sería de una exposición en la que todo es más interactivo, con obras ex profeso para el espacio virtual, en donde se juegue con la verticalidad, con las leyes de la física, con la luz, con el código; hacer ¿porqué no? una experiencia estética total del hecho de acudir a una galería virtual.

Con información de Vanguardia.

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